Fondos buitre: venció la cláusula RUFO ¿y ahora?
Argentina enfrenta el desafío de arreglar con los holdouts, pero el Gobierno mantiene su inoperancia sin un plan estratégico. La falta de acuerdo impactará en la economía 2015 con una inflación galopante, un dólar descontrolado, tasas de créditos altas, problemas para importar y exportar y fuga de capitales
La resolución del conflicto con los llamados fondos buitre será clave para la economía argentina de éste y los próximos años. Ayer se venció la cláusula RUFO que impedía a la administración Kirchner mejorar la oferta a los tenedores de bonos en default que no aceptaron los canjes de 2005 y 2010.
Ahora nuestro país deberá negociar una deuda aproximada a los 10 mil millones de dólares, y saldrá a la luz la falta de un plan estratégico económico por parte del Gobierno K. La presidenta Cristina Kirchner y su equipo económico se ampararon en la denominada cláusula "RUFO", la que frenó la negociación entre el gobierno y los fondos buitre e impedía otorgarles a esos acreedores un beneficio mayor a los que participaron de la reestructuración de deuda del 2005 y 2010, para esconder la falta de una propuesta seria y eficiente para pagar la deuda.
Pero con la caída de esa cláusula se libera ahora el camino del gobierno para sentarse a negociar con los fondos buitre que tienen fallos favorables en la justicia de Estados Unidos.
Sin dudas, la destrucción del proceso productivo nacional, la corrupción de varios de los funcionarios claves del gobierno nacional y las falencias de la estructura macroeconómica dejan a los argentinos en una situación complicadísima, ya que seremos nosotros los que pagaremos con sudor y esfuerzo esta millonaria deuda.
Como se recordará, los acreedores de la deuda externa que no participaron de esos dos canjes (2005 y 2010) tienen una sentencia del juez de Nueva York, Thomas Griesa, tras la causa iniciada por el grupo inversor, NML Capital, que determinó que la Argentina debe pagarles alrededor de 1.600 millones de dólares, entre capitales e intereses.
A ese fallo se sumaron otros acreedores, que buscan beneficiarse del mismo fallo con lo que la deuda total ascendería a alrededor de los 10 mil millones de dólares.
No obstante el proceso de negociación podría ser largo y sería poco probable que se llegue a un arreglo inmediatamente, ya que el gobierno insistiría en otorgar las mismas condiciones que las que otorgó a los que participaron del canje.
Actualmente los bonistas que tienen títulos de deuda con legislación norteamericana o inglesa, son los que no pueden acceder al cobro de los intereses de los títulos por el embargo dispuesto por el juez Griesa.
El conflicto judicial mantiene a la Argentina en un default selectivo desde el 30 de julio, cuando el juez Griesa impidió el pago a acreedores hasta que el país cumpla con el pago dispuesto en el fallo.
El no arreglo llevará a nuestro país a una situación insostenible: se profundizará la recesión ya existente, los créditos se ofrecerán con altas tasas de interés, una inflación por las nubes, un dólar cada vez más caro y dificultades para exportar e importar, con todo lo que eso significa para un sistema económico débil y en crisis.
Tanto a nivel local como en el exterior, la comunidad financiera internacional aguarda que el gobierno argentino ponga fin al litigio que mantiene con un grupo de holdouts en los tribunales de Nueva York. Cabe recordar que la presidenta Cristina Kirchner fue la que aceptó llevar el conflicto judicial a esa instancia
Autorizan el pedido de embargos
La Justicia de los Estados Unidos rechazó hace nueve días una apelación de la Argentina y benefició a los holdouts, que podrán reclamar información de activos del país y requerir embargos para cobrar la sentencia por 1.330 millones de dólares que dictó Griesa.
La decisión de la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito indicó que entre los activos sujetos a la sentencia se incluyen equipos militares y propiedades diplomáticas.
