Miles de tucumanos acompañaron la procesión al Cementerio

Multitudinario pedido de justicia por el Cura Viroche

Miles de habitantes de la pequeña localidad tucumana de Posse acompañaron ayer la procesión al Cementerio del sacerdote encontrado muerto tras denunciar al poder narco. Piden que la clase dirigente investigue los motivos del deceso

Justicia, justicia”, ese fue el grito que resonó ayer en la localidad tucumana de Posse para despedir al sacerdote Juan Viroche, quien fue encontrado muerto el miércoles tras denunciar a los narcotraficantes y a las mafias que causaban gran inseguridad en el Jardín de la República. 

Fieles, vecinos, familiares y amigos del cura llenaron las calles de bronca y dolor, acompañando con un gesto de indignación y enojo la procesión del ataúd hasta el Cementerio en donde descansa ahora el cuerpo. Las voces de los manifestantes pidieron al poder político y judicial local que se hagan cargo de la investigación, porque denuncian que “el Padre fue asesinado”.

En ese sentido, los fieles se mostraron indignados con las versiones que se dieron a conocer sobre una posible “doble vida” de Viroche. “Inventan cosas desde el propio poder mafioso para buscar tapar todas las causas que el Padre investigaba, porque destapaba la olla de todo un accionar corrupto donde la droga y la delincuencia predominaban”, advirtieron entre llantos los peregrinos.

Durante el velatorio, el acceso a la Iglesia fue complicado por momentos debido a la gran cantidad de personas que se acercaron al lugar, donde el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, ofició una Misa en memoria de Viroche, en donde resaltó su coraje y su valentía para luchar contra el poder.

Enojo creciente

El enfado de los vecinos fue en aumento tras conocerse los primeros detalles de la autopsia practicada al cuerpo del cura, en donde se dictaminaba el suicidio como causa de la muerte, dato que todos los presentes en el entierro se negaron a creer, por considerar que el sacerdote “impregnaba vida”.

La tarea pastoral del religioso, que estuvo marcada por un fuerte compromiso social enfocado en los más necesitados y vulnerables, se centró sobre todo en los más jóvenes, poniendo especial atención en aquellos que habían caído en el oscuro mundo de las drogas, intentando recuperarlos a través de la contención social, el amor y la educación.

La ceremonia que se llevó a cabo en el cementerio de Cevil Pozo, del departamento de Cruz Alta, contó también con la presencia del Obispo de Concepción, José María Rossi, y del Cardenal Luis Villalba, quienes solicitaron a los gobernantes una rápida acción, para “esperar que la Justicia logre esclarecer el hecho”.

Un pedido de traslado por amenazas

La tarea social y comunitaria que venía realizando el Cura Juan Viroche lo había llevado a enfrentar fuertemente a la delincuencia en la zona aledaña a la localidad de Posse, lo que lo había empujado a pedir la semana pasada su traslado de la parroquia de La Florida, donde el miércoles fue encontrado muerto.

Así lo confirmó ayer el Arzobispo de Tucumán, Alfredo Zecca, quien dijo que el miércoles 28 de septiembre se había reunido con el párroco y le había solicitado el traslado por el “temor que vivía en la región”

El Arzobispo detalló: “El Padre Juan me vino a ver y me dijo que quería irse de la parroquia porque recibía amenazas, por lo que estaba muy deprimido, muy mal. Mi respuesta fue: Juan, a mí nada me interesa más que tu vida, andate inmediatamente, yo te proveo otra parroquia; pero él me dijo que antes quería terminar con la novena que había iniciado. Entonces el Padre Juan se quedó y no se fue en ese momento, a pesar de que el día 30 de septiembre ya estaba firmado el decreto de traslado”.

Zecca dijo que Viroche le había contado en esa reunión que recibía “amenazas telefónicas en contra de su vida” y que por eso “estaba muy asustado, muy angustiado y tenía miedo por su familia”.

Una muerte que esconde el flagelo de la droga

El fallecimiento del sacerdote Juan Viroche dejó al descubierto el enorme drama de la droga y el poder narco en el norte del país, donde en los últimos años, y con la anuencia del poder político local, se viene sometiendo a la población a los estragos que el tráfico de estupefacientes provoca en la sociedad.

Tucumán ha sido uno de los lugares elegidos por los narcotraficantes para establecerlo como base de sus acciones, lo que ha llevado a que en el jardín de la República se viva una verdadera fiesta del poder narco, sin que la Justicia ni el poder político hayan realizado algún tipo de acciones para resolverlo.

Justamente Posse, localidad donde apareció muerto Viroche, es paso de la marihuana que viene del Paraguay y del tráfico de cocaína que viene de Bolivia y que mueve millones de pesos al mes.

Informes que generan más dudas que certezas

El principal foco de las críticas de los fieles religiosos que reniegan que la muerte del cura Juan Viroche se haya tratado de un suicidio, es por estas horas el fiscal Diego López Ávila, que según los detalles de las primeras pesquisas que se le hicieron al cuerpo del fallecido, rechazó cualquier posibilidad de muerte violenta.

La mayor causa de indignación por parte de los ciudadanos que descreen de la explicación oficial, se debe a que el fiscal, a pesar de que continúa adelante con las investigaciones para determinar si se trató de un suicidio inducido, se encuentra ahondando en una pista sobre los vínculos sentimentales del sacerdote. 

En ese sentido, López Ávila le tomó declaración ayer a una mujer que habría confesado haber mantenido una relación con Viroche hasta marzo último. Además, la testigo, cuyos datos se preservan, habría contado que el cura recibía amenazas de familiares de otra joven, quien habría quedado embarazada.

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