Otra maldad del Guasón: el pan a $26
El aumento refleja los mayores costos del sector y la baja en la producción de trigo. La bolsa de harina llega a los 450 pesos y la gente compra menos. La crisis se sienta en nuestra mesa, aunque el “bufón” Moreno diga que no está invitada
El villano perfecto es ese que se mofa de todos, que hace de su maldad una burla, indiferente a las reacciones y enojos de sus víctimas. Siendo un simple bufón con poder, a Guillermo Moreno le queda bien el traje de Guasón, pues es capaz de negar la inflación pese a las constantes desmentidas de la realidad. Ayer, una nueva risa socarrona se pintó en su rostro: el kilo de pan llegó a los 26 pesos en panaderías de la provincia y la ciudad, dejando en la anécdota bizarra el “felipe a 10 pesos” que promovía el secretario de Comercio.
La nueva suba es producto de la crisis del sector que se inicia en la propia cosecha de trigo, que se vio seriamente afectada por la sequía primero, y por la falta de planificación estatal después, ya que se sembraron menos campos de este grano en el territorio nacional, en detrimento de la soja, que se extiende como una plaga. La merma en la producción afectó el precio de la harina, cuya bolsa de 50 kilos ya se ofrece a $ 450. Lo paradójico es que el propio Guasón, es decir, Moreno, había fijado un tope de trescientos pesos para la harina mayorista que utilizan las panaderías. Su ineficacia hace recordar, una vez más, al mítico villano de metrópolis, acostumbrado a las derrotas.
“En algunos lugares de Buenos Aires, el kilo de pan ya vale 26 pesos”, reconoció Emilio Majori, presidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia (FIPBA), aunque sugirió que el precio oscila entre “los 24 y 26 pesos”. "Al no tener respuestas positivas y mientras no se regularice, esto va a seguir aumentando", advirtió luego. Los valores varían justamente por la falta de control y el incremento de los gastos del sector panadero. Todo sube, y la seguridad social de los trabajadores, los insumos y demás materias primas se convierten en un elemento de ajuste y regulación ante la ausencia de políticas de Estado que estabilicen los precios.
El presidente del FIPBA agregó, sin embargo, que "tendría que estar en 28 pesos el kilo" porque la bolsa de 50 kilos de harina "se está pagando entre 440 y 460 pesos". El motivo de que aún no haya tocado su techo y los comerciantes resignen rentabilidad se debe a que el aumento ha golpeado fuerte el bolsillo. Los consumidores, pues, han dejado de comprar, y las ventas cayeron entre un 20 y un 25 por ciento. "Nuestra industria está relegando utilidades para intentar que cambie la situación del consumo", dijo Majori.
“No hay inflación”, había dicho el polémico funcionario kirchnerista hace unos días, pero nuestras familias no llegan siquiera a comprar el pan para completar la mesa. Son alimentos de primera necesidad, que consumen los sectores empobrecidos de la sociedad. Sin embargo, el bufón se ríe.
El sector está en crisis. Se siembran menos campos porque no se establecen políticas a largo plazo que aseguren lo necesario para nuestros chicos. Se apuesta a la exportación y, con tal de traer dólares para las alicaídas arcas del Estado, mediante retenciones, el gobierno prefiere alimentar a los chanchos chinos que a los ciudadanos argentinos. Los productores trasladan los aumentos de los costos a los comerciantes, quienes ajustan también sus números. La crisis la terminan pagando los consumidores, pero todos salen perdiendo. Quienes producen, quienes venden y quienes compran. Digamos, los que trabajamos. El pan es un alimento fundamental, y hay que ser muy bufón, o canalla, para jugar con la comida.
Insólito: Moreno apretó a la encargada de un comedor
Indignada. Así se mostró Margarita Barrientos ante tanta negación oficial. "Aumentó todo, me da mucha bronca que aún haya gente que crea sus mentiras", lamentó la mujer que dirige el Comedor Los Piletones y que desde hace años es símbolo de solidaridad en nuestro país.
Lo más grave es que, después de estas declaraciones, Barrientos recibió un apriete del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
La dirigente social contó que recibió un llamado de l Guasón, para reprenderla por haberse referido en un programa de televisión a subas en el precio de los alimentos.
Barrientos relató que luego de ese llamado fue a ver a Moreno a su oficina, y el funcionario le dijo que los precios que ella había manifestado por televisión “no eran ciertos”, y le aconsejóque fuera a comprar "temprano los días jueves" al Mercado Central para conseguir arroz a un valor de 2 pesos.
La dirigente, que da de comer a unas 2.000 personas, agregó: “lo sigo sosteniendo porque las cosas no bajaron".
Además, desde Villa Soldati, donde tiene su obra, contó que, por el alza de costos que registran casi todos los productos, debieron privar a la gente de un alimento bàsico: "El pan lo damos en el desayuno y el almuerzo y (ayer) no lo pudimos hacer". "La harina es el oro de todos los días para nosotros, con las chicas que trabajan conmigo nos mirábamos cuando la gente nos pedía un pedazo de pan y no teníamos para darle", describió Barrientos, y enfatizó: "Lo primero que pide un chico es un pedacito de pan porque le llena la pancita; cuando no tenés y le das sólo mate cocido o leche, es triste".
Moreno seguirá haciendo estragos
Por más maldades que haga, todo indica que Moreno seguirá en la función pública hasta tanto el kirchnerismo siga en el poder.
Ayer, el presidente de la Confederación General Económica de la República Argentina (CGE), el kirchnerista Ider Peretti, estimó que el secretario de "va a seguir" en el cargo, ante rumores de cambio del jefe de esa dependencia junto a eventuales modificaciones ministeriales.
Además, reveló que un grupo de jóvenes empresarios le obsequió un perro Bulldog al secretario de Comercio Interior para su cumpleaños y el funcionario kirchnerista le puso el nombre de "Ider" en honor al presidente de la CGE. En otras palabras, es todo muy bizarro. El gobierno cada vez es menos serio.
