Pablo Swar: el Martín Lousteau de la Capital del Inmigrante

Las elecciones porteñas mostraron el impacto que tienen las figuras políticas nuevas, alejadas de los vicios de las estructuras tradicionales, que se atreven a denunciar aquello que busca ser ocultado por los factores de poder. Pablo Swar y los vientos de cambio que soplan en Berisso

Si hay una lección que dejó las elecciones porteñas del último fin de semana no solamente es el fracaso de las operetas que distintos sectores políticos suelen realizar con encuestas pagas y direccionadas. También se dio un fenómeno, que podría extenderse a otras zonas del país el próximo 9 de agosto, que muestra como jóvenes candidatos,  que tienen la valentía de denunciar y plantear aquello que busca ser silenciados por las estructuras de poder, puede movilizar a importantes sectores de la sociedad en pos de respaldar una propuesta de cambio.

Martín Losuteau es un joven economista que estuvo muy cerca de destronar al macrismo en su propio pago chico. Y lo hizo sin liderar ni forma parte de una estructura política tradicional, como puede ser el Partido Justicialista o, en el caso de la Capital Federal, el Pro que lidera Mauricio Macri. En realidad, Lousteau logró constituir un frente muy heterogéneo, con el apoyo de múltiples partidos (desde la Coalición Civica al socialismo, pasado por la UCR y el GEN de Margarita Stolbizer, entre otros), y se convirtió en la principal opción de cambio en territorio porteño hablando y denunciando lo que tanto macristas como kirchneristas callaban. Así fue como propuso renegociar los contratos de la basura, sospechado de ser un negociado millonario, y hasta se atrevió a denunciar la proliferación de las tragamonedas que, en territorio porteño, son monopolizadas por el zar kirchnerista del juego, Cristóbal López, quien también tiene un pacto con el macrismo.

De no haber sido por la actitud de la izquierda dura, que siempre en estas instancias resulta funcional a la derecha (recordemos que llamó a votar en blanco), Lousteau hubiese sido el nuevo jefe de gobierno porteño.

A tan sólo 63 kilómetros de Capital Federal, en Berisso, se está registrando un fenómeno similar. Pablo Swar, un joven empresario, decidió comprometerse al máximo por la ciudad que lo vio nacer y que tanto ama. Junto a otros destacados vecinos, comerciantes y profesionales, que nunca estuvieron salpicados por los escándalos de corrupción registrados en Berisso en la últimas décadas, fundó su propio partido vecinal: el frente Vamos, que propone hacer un cambio integral y lo lleva como candidato a intendente. Se trata de una fuerza que está alejada de las estructuras políticas tradicionales, claramente viciadas de corrupción. Se nutre de las mejores tradiciones del peronismo, del radicalismo yrigoyenista, como así también del legado de Arturo Frondizi. Es decir, es un frente de carácter amplio, pero unificado en la idea de que es necesario hacer un cambio en Berisso.

A diferencia del resto de los candidatos, Swar se propuso hablar y denunciar todo aquello que busca ser silenciados por quienes detentaron el poder político, en la Capital del Inmigrante, desde el retorno a la democracia. Así fue como sacó a la luz el pacto de impunidad sellando por el actual intendente Enrique Slezack y varios de sus funcionarios con candidatos que se dicen opositores, pero que están unidos con el oficialismo a partir de negociados oscuros; denunció y se propuso echar a todos los ñoquis de la comuna; se comprometió a investigar a fondos las irregularidades cometidas en la construcción del terraplén costero que lleva a que numerosos vecinos se inunden cada vez que llueve; y también dijo que le pondrá fin al monopolio del transporte público en Berisso, que genera serios trastornos a los ciudadanos.

Otras de las propuestas renovadoras de Swar contemplan un plan para refundar el hospital municipal, que atraviesa por una crisis extrema, y poner en marcha un auténtico programa integral de seguridad para proteger a cada vecino. Todo indica que, al igual de lo que sucede en la Argentina, en Berisso competirán dos opciones en las próximas elecciones: una constituida por aquellos que quieren mantener el status quo y consagrar la impunidad, para mantener sus negociados y privilegios, y otra que apunta a que haya un cambio real, no cosmético. Claramente, Pablo Swar es el principal exponente de esta segunda opción, siendo la principal novedad que muestra el escenario político en la capital del inmigrante.