¿Y Cristina dónde está?
A pocos días de las elecciones, el gobierno nacional sigue mostrando un fuerte hermetismo en relación a la salud de la presidenta Cristina Kirchner que, supuestamente, está recluida en la residencia de Olivos.
El silencio oficial no hace más que sumar incertidumbre a la ya de por si complicado panorama político y económico que se vive en la Argentina, con un sistema ferroviario que se cae a pedazos y que amenaza con repetir siniestros similares al de estación Once del año pasado, una ola inflacionaria que no se detiene y un dólar que es muy difícil de conseguir por menos de $10 en el mercado informal.
La forma en la que el kirchnerismo se está manejando, plantea por lo menos dos hipótesis:
. La presidenta podría tener problemas de salud mucho más serios de lo que se reconoce y, por ende, ello generaría dudas acerca de si está en condiciones médicas de seguir ocupando el máximo cargo político del país. De ser así, se le estaría ocultando a la población información muy sensible, cuando la salud de una presidenta no es un asunto privado, es cuestión de Estado.
. La reclusión de Cristina podría responder a una cuestión meramente electoral, para evitar que no esté en el centro de la escena pública cuando el próximo domingo el oficialismo caiga derrotado en las elecciones legislativas. Esto, obviamente, también seria de una gravedad mayúscula ya que en ante los momentos difíciles que vive el país, la máxima autoridad del Estado se encuentra ausente por una mera cuestión electoral
A esta altura del partido, queda cada vez más claro que, su tramo final en el poder, que indefectiblemente deberá dejar en diciembre de 2015, el kirchnerismo se ha transformado en un régimen muy similar al chavismo. Como se recordará, en Venezuela, también se manejó de forma muy polémica la información sobre la salud de Hugo Chávez, lo que no hizo mas que generar mayor incertidumbre en un país que atraviesa una fuerte polarización política (hubo denuncias de fraude en los comicios tras la muerte de Chávez), y una aguda crisis social y económica. En ese sentido, no son pocos los especialistas que afirman que, más temprano que tarde, pueda producirse un estallido social en Venezuela, ante la posibilidad de que haya una nueva devaluación, y se profundice el desabastecimiento de productos básicos. Argentina y Venezuela son, precisamente, los dos países con más alta inflación del continente.
Los argentinos no sufrimos un castigo divino. Los problemas que estamos padeciendo son el resultado de los errores y horrores de una gestión presidencial egocéntrica y cuasi autoritaria, que considera a todo aquel que piensa diferente como si fuese un enemigo. Encerrarse cada vez en las propias creencias, sin consultar a aquellos que tienen la materia gris suficiente como para plantear soluciones superadoras, es algo cada vez más propio del universo K.
Luego de los comicios del domingo, se iniciará un periodo de transición que durará dos años. Desde el diario Hoy solo buscamos que nuestras críticas puedan ser aportes en pos de poder ir corrigiendo, en esta nueva etapa, aunque sea una parte de todos los desbarajustes que se vienen registrando desde hace más de una década.
