Crimen del jubilado en Berisso: lo fusilaron a corta distancia
Tras la autopsia, se determinó que recibió un tiro que entró por el cuello, subió, le destrozó el cerebro y salió. Sigue sin haber detenidos.
Fusilado con su propia arma: así murió el anciano de 75 años a quien mataron en su casa de Berisso, que después quemaron para borrar evidencias. La operación de autopsia a la que fue sometida durante la jornada de ayer la víctima, que se supo también que se trata de un policía retirado, indicó que recibió un disparo a corta distancia que ingresó por el cuello y le atravesó el cerebro, dejando sobre el destrozado cráneo incinerado un orificio de salida.
Un calificado vocero le contó a Trama Urbana que Benito López fue ultimado de un tiro que ingresó por el cuello, “entre el mentón y la nuez de Adán, con dirección ascendente. El proyectil, calibre 9 milímetros y circulando por la cabeza, le destrozó el cerebro y salió, aunque la salida no se observó ya que pudo estar disimulada por la acción del fuego”. En ese sentido, explicó que el foco ígneo “destruyó mucho el cuerpo”.
Tras la autopsia, se estableció que lo que provocó el deceso fue el disparo, ya que no se observaron otras lesiones”, mientras que, como este medio puntualizó ayer en exclusiva, no se halló plomo alguno entre los restos; ya la placa radiográfica había indicado la ausencia del proyectil en el cadáver.
Investigan una relación
El jubilado, antiguo numerario de la Policía Federal que conservaba lo que fuera su arma reglamentaria en su domicilio de 81 bis entre 125 y 126 de Villa Arguello, Berisso, fue sorprendido en el interior de su inmueble cerca del mediodía del jueves. Su asesino, de acuerdo a las pruebas forenses, lo fusiló en el living y lo trasladó hasta su habitación, dejando tras de sí un marcado reguero de sangre. “Se destacaron en la escena del crimen importantes manchas hemáticas de arrastre”, reza la autopsia. Ya en su cuarto, el homicida pretendió ocultar su acción prendiendo fuego el lugar, con el fin de que se diluyeran las evidencias, hasta perderse.
Dos dotaciones de bomberos voluntarios de la vecina ciudad acudieron al incendio y, tras sofocar las llamas luego de una hora de trabajo, hallaron entre los escombros los restos carbonizados del damnificado, que vivía solo y se había separado de su mujer hacía 20 años.
En el lugar se incautaron dos proyectiles intactos y una vaina servida, mientras que la pistola que el damnificado guardaba en un cajón ya no estaba: “Es probable que lo hayan matado con ella”, puntualizaron.
Las primeras versiones orientaron a los detectives de la DDI hacia un joven de 20 años, que frecuentaba a López. De hecho, en el barrio hablaban hasta de una “relación sentimental” entre ambos. Esta persona fue entrevistada y se desligó del hecho: “Negó un romance y aseveró que el fallecido era su tío del corazón. Admitió algunos pormenores en el trato cotidiano, pero nada desencadenante”, se limitó a expresar un pesquisa, quien agregó que por el momento no están detrás de ninguna pista firme, y la investigación sigue con diversos testimonios.