La Plata, al rojo vivo: robos, crímenes y una policía ausente

En lo que va del año, asesinaron a dos personas para quitarles una moto y un celular. Los reiterados cambios en las comisarías locales no ayudan a solucionar los problemas.

La ciudad de La Plata, desde hace ya un largo tiempo, viene siendo asediada por la delincuencia, en un furor histórico que tiene varias explicaciones.

La queja más fuerte de los vecinos que viven a diario con esta triste realidad indica que sin lugar a dudas las zonas están totalmente liberadas, con el fin de que los ladrones actúen con tranquilidad a sabiendas de que no serán atrapados. Pero, además, se suma otra arista y son los recurrentes, llamativos e innecesarios cambios, no solo en las diferentes comisarías de la localidad, sino directamente en la cúpula de la Jefatura Departamental.

En lo que va del año, que recién arranca, ya se cometieron dos crímenes en ocasión de robo, pero, además, se producen casos en todo momento, sin que nadie les ponga un freno.

A Jonatan Calderón, enfermero de SIPEM de 40 años, lo asesinaron de un tiro por la espalda el pasado sábado, cuando dos motochorros lo interceptaron en la esquina de 10 y 63. Intentaron quitarle el rodado que se había comprado recientemente y, ante la resistencia, le dispararon, quitándole la vida en cuestión de segundos. Poco después, los detectives de la DDI atraparon a dos sospechosos, con frondosos antecedentes, pero hasta el momento se desconoce su participación en el suceso.

Por lo pronto, uno de ellos, de 25 años, contó que estaba en su casa al momento de atraco, y que tiene familiares que pueden confirmar su coartada. Su cómplice, de 28, se negó a declarar y por el momento ambos permanecen presos.

En tanto, a Mateo Yagame (18) lo asesinaron de una puñalada en la pierna a mediados de enero. El implicado fue un adolescente de 14, quien le sustrajo el celular para después darse a la fuga. Debido a que es menor, fue liberado, aunque luego fue puesto otra vez a disposición de la Justicia.

“Cambios estructurales”

Lejos de tratarse de episodios aislados, los platenses conviven a diario con estos sangrientos robos, ya que la policía (comandados por el titular de la Jefatura Departamental) prefiere mirar hacia otro lado, por diversas razones, como negligencia o para liberar la zona.

“Acá en City Bell solo se ven uniformados en Cantilo, y los que están ahí se la pasan mirando el celular. Hace unos días hubo un robo en un local de calle 15 y fueron los propios comerciantes quienes salieron a perseguir a los malhechores”, dijo una vecina de esa área.

Varios coinciden en que “ni siquiera obtenemos respuestas cuando llamamos al 911: no te atienden o te dan mil vueltas, pese a que hay un robo en proceso. Lo mismo sucede si vas a la comisaría: podés pasar horas esperando a que te atiendan y te tomen la denuncia. La desidia que hay es total”.

Siempre argumentando motivos estructurales, los cambios de titulares en las dependencias son constantes, y de nada sirven. Por año, una comisaría puede pasar por tres personas a cargo, sin que los delitos mermen.

“No tiene sentido lo que hacen; además, lo que hacen son enroques: mandan al comisario de la Cuarta a la Novena, y al de la Novena a la de Abasto, y así. Los nombres son los mismos, cuando el cambio tiene que ser estructural”, finalizó un frentista.

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