sierra chica

Denuncian abandono de persona en un penal tras la muerte de un preso

Tras ser agredido por la espalda por otro interno, terminó con heridas que no fueron bien tratadas. Además, no recibió la medicación que necesitaba para la epilepsia.

Los familiares de un preso denunciaron abandono de persona, luego de que este hombre falleciera tras ser agredido por la espalda por otro interno. Debido a las heridas que sufrió, tuvo que ser trasladado a un hospital. Pero al regresar a la unidad carcelaria no recibió el tratamiento adecuado ni la medicación para tratar su epilepsia y terminó perdiendo la vida.

Todo comenzó en la Unidad Penitenciaria N° 38 de Sierra Chica, donde Damián Alfredo Córdoba Miguelez estaba alojado, cumpliendo el séptimo de los nueve años de condena. Durante una jornada, recibió el ataque de otro detenido, que presuntamente tenía problemas mentales. Al intentar defenderse fue mordido y sufrió la amputación de su nariz.

Por tal motivo fue asistido primeramente en el penal y después fue derivado a un nosocomio, debido a la profundidad de la lesión.
Allí le realizaron las curaciones correspondientes. Pero al regresar a la cárcel, a modo de castigo le enviaron al aislamiento, en los denominados buzones. Allí debió dormir en el piso, sin el colchón y con la mitad de sus cosas.

Según sostienen sus familiares y allegados, a partir de allí comienza el abandono de persona, teniendo en cuenta que no le brindaban los antibióticos necesarios para tratar su herida, como tampoco la medicación para la epilepsia. Así lo mantuvieron durante varios días en condiciones infrahumanas.

Por otro lado, durante su visita al hospital se había programado una intervención quirúrgica reconstructiva para Miguelez. Sin embargo, un día antes de la operación, lo reubicaron, llevándolo desde Sierra Chica hacia el penal de Urdampilleta. En el traslado, tampoco recibió el tratamiento para sus afecciones preexistentes y, al llegar, fue depositado nuevamente en el buzón.

Allí comenzó a padecer fuertes dolores, causados no solo por la herida y amputación de su nariz, sino que también quedó a total merced de sus ataques de epilepsia, ya que no contaba con la medicación que debía tomar. A esto se sumaba la posibilidad de contagiarse de coronavirus, siendo persona de riesgo.

Tras ser llevado a un pabellón, empezó con una serie de convulsiones, pero no fue atendido en el momento preciso, agravándose su estado de salud. Según afirmó otro detenido, esa misma noche Miguelez tuvo una convulsión muy fuerte y, tras el pedido desesperado de sus compañeros, fue trasladado hasta el sector de sanidad, donde le suministraron de forma inyectable Clonazepam.

Poco después lo hicieron volver al pabellón, pero unas horas más tarde volvió a convulsionar y esta vez su corazón no resistió, provocándole la muerte. Según sostienen sus allegados, el calmante se lo habría aplicado un odontólogo ante la falta de un médico.

Ante esta situación, sus familiares responsabilizan a las autoridades de Sierra Chica y de Urdampilleta por el abandono de persona, a la vez que exigen que se haga justicia.

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