“Correr me ayudó a vencer el cáncer ”

En la antesala a los 21k de La Plata, la maratonista Mirian Cao explicó en qué consiste la lucha contra la violencia de género y el cáncer de útero

Toda historia de vida merece ser contada. Y la de Mirian Cao, no iba a ser la excepción. Esta mujer de 41 años que a raíz de varios golpes que le deparó la vida se decidió por ser maratonista, complementa su actividad con la natación. 

Docente de nivel inicial (ahora no está ejerciendo), se considera una fanática del arte y de la lectura. Esta mujer, oriunda de Berazategui llegó hasta la pista de atletismo del CEF contigua al estadio Ciudad de La Plata y mantuvo una extensa charla con este medio acerca de incursión en el mundo del atletismo.

Con la camiseta de la Selección Argentina que utilizó en las Islas Malvinas, Mirian comenzó a deslizar su historia desde que le detectaron el cáncer de útero, lo que significaría un cambio rotundo en su vida. 

“En uno de mis chequeos de rutina con mi obstetra, se me detectó Cáncer en el útero a los 37 años. Realmente fue un golpe muy duro y hasta temí por el cuidado de mis dos hijos”. Esa noticia marcaría un quiebre en la vida de Mirian que sería víctima también de la violencia de género. “En ese entonces me divorcié del padre de mis hijos ya que sufrí la violencia de género durante mucho tiempo. Gracias a dios pude escapar de esa mano violenta y despegarme de ese fantasma”. Ahora quedaba enfrentarme a la enfermedad terminal; no le dije nada a mis hijos, pasé por la cirugía, los estudios correspondientes y el tratamiento que me llevó un año”. 

Una vida ligada al deporte, la lectura y el arte

Desde muy chica, Mirian tuvo la oportunidad de iniciarse en el Ballet pero también pudo practicar varios deportes. “A los 5 años y hasta los 18 hice ballet, pero me gustaba realizar otras actividades como ir a jugar al tenis, al handball, salir a correr y hacer natación”. “Luego por una cuestión de tiempo y horario, me dediqué a la docencia y relegué un poco las actividades”. Durante el año de tratamiento me aferré mucho a la lectura y al arte. Hasta que una mañana mi médico me sugirió comenzar a caminar. Lo hice una mañana de noviembre acompañada de una amiga, y luego me habilitó para empezar a trotar. Desde ese día no paré, y a los meses corrí mi primera maratón de 3k que organizaba Unicef. Correr me hacía sentir viva y me propuse una meta: Empezar a correr para vencer al cáncer. Me aferré mucho a la fe espiritual y le pedía a Dios que me ayude para derrotar a este monstruo”.

Su relación con las Islas Malvinas

Durante el año que empezó a correr, Mirian se enteró de que en abril, cuando se conmemora la gesta de Malvinas, siempre se realiza una maratón en beneficio de un centro de no videntes. Su relación directa con el conflicto que se vivió en 1982 se da porque su hermano, es un veterano de guerra, y su viaje a Malvinas fue justo en el día de su cumpleaños, un 12 de abril.

“Cuando me enteré de la maratón que se realizaba en las Islas me propuse como meta ir a correr. Mi hijo me decía que estaba loca, que era algo muy difícil de realizar, más teniendo en cuenta que yo seguía con el tratamiento vía oral. Empecé a entrenar con mi profesor que me manifestó lo complejo que es correr allí por las condiciones climáticas, y traté de ponerme a punto corriendo otras maratones para llegar de la mejor manera. Y luego fui por más. Junto a una amiga corrí 60k hasta llegar a la capilla”. Llegó el momento de golpear puertas y tratar de costear un viaje un poco inalcanzable para la realidad que vive el país. Hasta que una empresa láctea aportó el dinero necesario para que Mirian pueda cumplir su sueño. 

“Estar en Malvinas fue una experiencia inolvidable, porque a mi familia nos golpeó mucho el tema de que mi hermano haya estado combatiendo. Desde su regreso, no es el mismo que cuando se fue. Estar en Malvinas te cala en los huesos. Mi hermano jugaba con los soldaditos y de repente se lo llevaron con un fusil en la mano. Pisar Malvinas es sentir la historia. Se me desgarró el alma. Por eso cuando se escuchó el disparo de largada, dije: mi objetivo acá en las Islas es correr los 42k en homenaje a mi hermano. Fui a buscar la alegría de mi hermano y las lágrimas de mi mamá, y lo logré”, cuenta Mirian, quien quedó quinta en la general y primera entre las argentinas que corrieron y les impidieron desplegar la bandera nacional para festejar la llegada. “En las islas no se permite otra bandera que no sea la inglesa”. 

Mirian Cao correrá mañana los 21k de La Plata para seguir sumando motivos de superación y lucha incansable que la hizo imponerse a esa maldita enfermedad.