Argenzuela

La nueva ley de Abastecimiento ayer tuvo dictamen favorable y está a un paso de ser sancionada. Vaticinan caída de las inversiones, mayor recesión y escasez de bienes e insumos básicos. Los K se reflejan en el espejo chavista

El proyecto para poner en marcha una nueva Ley de Abastecimiento ayer tuvo dictamen favorable en un plenario de comisiones y sería sancionado hoy en la Cámara de Diputados de la Nación, lo que llevará a que el gobierno kirchnerista sea aún más parecido al régimen chavista que administra el poder en Venezuela.

Una vez que sea convertido en ley, el impacto negativo se sentirá en muy poco tiempo en el bolsillo de los ciudadanos. Ocurre que, según los especialistas, esta norma ahuyentará todo tipo de inversiones y llevará a que se agudice aún más el estancamiento productivo. En otras palabras, podrían escasear bienes y servicios básicos, y recalentarse aún más la ola inflacionaria.  “La Ley de Abastecimiento es un atentando a la inversión, y puede ser muy peligroso para la ya alicaída economía del país. Por ejemplo, al no llegar nuevas inversiones, crecerá el uso de bienes importados y ante la escasez de dólares para financiar esas importaciones, se acentuarán las limitaciones que están aplicando el gobierno. Puede llegar a haber importantes faltantes de bienes. Nos estamos pareciendo cada vez más a Venezuela”, le dijo a Hoy el economista Manuel Solanet, exsecretario de Hacienda de la Nación.

En Venezuela, hay una profunda escasez de bienes y servicios básicos, al punto que se generó una crisis social por la falta de papel higiénico en los supermercados. Eso no es todo: los venezolanos tienen que hacer colas para poder comprar aceite o azúcar. No se trata de una simple coincidencia. El régimen chavista tiene su propia ley de abastecimiento –muy similar a la que impulsan los K- para controlar precios, que es un gran fracaso al punto que generó la aparición de un mercado clandestino de leche, arroz  y de otros alimentos, con precios mucho más caros. También provocó la clausura de numerosas empresas, acusadas de usureras, con la consecuente pérdida de puestos de trabajo.

Asimismo, al igual de lo que sucede en la Argentina, en el país gobernado por el chavismo existe una inflación galopante. Concretamente, el Banco Central de Venezuela reconoció una variación en el nivel de precios admitida de 63,4% entre agosto de 2013 y 2014, el cual supera al de cualquier país de América Latina. En ese contexto, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron en un 91%, el transporte en un 48%, la ropa y el calzado un 47,7%, y el cuidado de la salud en un 35,9%. Si bien en la Argentina el incremento del costo de vida ronda el 40% anual, los efectos destructivos de la inflación sobre el poder adquisitivo están a la orden del día. En ese sentido, por ejemplo, el precio de los combustibles aumentaron un 44% en los que va del año mientras que, el mes pasado, comenzaron a llegar boletas de gas en los hogares que con aumentos superiores al 300%. Como si esto fuera poco, no se descarta, que haya un tarifazo similar en el servicio de luz eléctrica. Todo este combo hizo que los aumentos salariales otorgados en paritarias, cuando aún faltan más de tres meses para finalice el año, se hayan licuado casi en su totalidad.

 ¿Qué dice la ley de Abastecimiento?

La propuesta del gobierno es un paquete de proyectos de Ley que establece una nueva y mucho más rigurosa regulación de las relaciones de producción y de consumo. Entre sus puntos más polémicos se destaca la posibilidad de establecer, para cualquier etapa del proceso económico, márgenes de utilidad, precios de referencia, niveles máximos y mínimos de precios. También habilita el dictado de normas que rijan la comercialización, intermediación, distribución y/o producción.  Además, establece regímenes de licencias comerciales y otorga facultades para disponer la continuidad en la producción, industrialización, comercialización, transporte, distribución o prestación de servicios, como también en la fabricación de determinados productos, dentro de los niveles o cuotas mínimas.

En otras palabras,  es una ley acorde a un esquema de economía planificada, como el que existía en la Unión Soviética, que desapareció de la faz de la tierra en 1991. Quizás el ministro estrella del kirchnerismo, Axel Kicillof, que se dice profesor de historia económica, aún no se dio por enterado de que el muro de Berlín cayó en 1989 y que Rusia, hace más de dos décadas, adoptó el sistema económico capitalista. Precisamente, es la propia génesis del capitalismo la que hace que fracasen cada una de la iniciativas que pretenden encorsetar variables económicas en función de los caprichos políticos del gobierno de turno. 

Reunión con tensión

Las reunión de comisión  contó con la presencia del ministro de Economía,  Axel Kicillof, y de los secretarios de Comercio, Augusto Costa y de Justicia, Julián Alvarez, quienes defendieron la propuesta enviada por el Poder Ejecutivo, que ya cuenta con media sanción del Senado.

El paquete de medidas impulsado por el Gobierno fue analizado en una reunión conjunta de las comisiones de Asuntos  Constitucionales, de Comercio, de Defensa del Consumidor, del Usuario y de la Competencia, de Justicia y de Presupuesto y Hacienda, a la que asistieron representantes de más de 50 organizaciones empresariales,  de la producción y de consumidores. Desde la oposición rechazaron la reforma de la Ley de Abastecimiento por considerarla, entre otros términos "dañina" y "una ley vieja que no sirve". La reunión tuvo un momento de tensión cuando el titular de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere advirtió que el campo "no necesita esperar" a que se aplique la norma para saber el resultado que tendrá, debido a que el sector "viene sufriendo las políticas que se vienen dando en los últimos 11 años".

"¿Por qué no intentan ser democráticos y escuchar a los demás si quieren aprender algo?", soltó el ruralista en medio de murmullos.