Aumentan los delitos cometidos por los menores

 El estudio compara los años 2013 y 2014. El Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil Bonaerense tuvo un incremento de causas de 28.892 a 29.155.  Es decir, menores de edad protagonizan un ilícito cada 20 minutos. En homicidios, cometidos o tentados, la cifra se elevó en un 12,7%, y en delitos contra la propiedad la suba fue del 5,1%

En la provincia de Buenos Aires durante el 2014 se iniciaron 29.155 causas por delitos penales cuyos autores fueron  menores de 18 años, lo que indica un aumento respecto al año anterior, donde la misma variable alcanzó la cifra de 28.892. En otras palabras, por día, se denuncian 79 delitos cometidos por menores, lo que equivale a decir que cometen un ilícito cada 20 minutos. Lo mas grave  es que, al analizar la composición de los hechos, surge que los adolescentes concretan o intentan realizar un homicidio por día.

De acuerdo al informe brindado por el Ministerio Público Fiscal, en el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, que investiga hechos perpetrados por menores de edad, se registraron 431 homicidios (consumados y en grado de tentativa) de los cuales 13 fueron en ocasión de robo y 27 culposos, es decir, accidentales.

En tanto, en el transcurso del año 2013, en los 18 departamentos judiciales de la Provincia comenzaron las investigaciones de 339 crímenes cometidos o tentados por menores. De ellos 17 asesinatos se dieron en el marco de un robo y 20 fueron culposos. Lo que implica que durante el 2014 el incremento de adolescentes involucrados en hechos de sangre se incrementó en un 12,7%.

Otra de las variables analizadas fueron los delitos contra la propiedad, que incluye hurto, hurto agravado, robo, robo calificado por el uso de armas y robos agravados. Al sumar estas tipologías penales, en el 2013 quedaron implicados menores en 9330 causas, y en 2014 la suma se incrementó a 9811 (2208 protagonizados con armas de fuego). Es decir un 5,1% más.

La estadística marca que en la provincia de Buenos Aires adolescentes cometieron el año pasado al menos 27 delitos contra la propiedad por día. Cabe aclarar que muchos de los robos que se producen no son denunciados, por lo que esta cifra en realidad es bastante superior.

Cómo es la situación en la región

En el departamento judicial La Plata, que involucra a la capital provincial, Berisso, Ensenada, Magdalena, Brandsen, General Paz, Cañuelas, Saladillo, Lobos, Monte, Punta Indio, Roque Pérez, San Vicente y Presidente Perón, en el año 2014 la Justicia de Menores inició 37 causas por homicidios, de los cuales 12 terminaron con víctimas fatales y 25 con lesiones graves.

Durante el mismo periodo, respecto a los delitos contra la propiedad, en la región se iniciaron IPP (instrucción penal preparatoria) en 663 causas en las que los autores se  presume fueron menores. De ellos 186 fueron hechos perpetrados con armas de fuego.

En el 2013, los hurtos y robos, con sus distintas tipologías, en las que quedaron involucrados menores fueron 834 (205 cometidos con armas de fuego).

Cabe destacar que el año pasado en la región quedaron imputados 93 menores por delitos contra la integridad sexual y 129 por infracción a la ley de drogas.

Los números en el departamento judicial de Quilmes informan que adolescentes cometieron durante 2014  27 homicidios (18 concretados y 9 tentados), 704 delitos contra la propiedad (219 con armas de fuego), 88 delitos contra la integridad sexual y 105 por infracción a la ley de drogas.

“Son maltratados que maltratan”

* POR EL PADRE EDUARDO LORENZO
Capellán General del Servicio Penitenciario Bonaerense

Tenemos que enfatizar más en la prevención, con mayor compromiso social, con acompañamiento, que incluye pensar en familias sustitutas. El Padre Carlos Cajade decía que el problema de los pibes comienza cuando el patrullero está en la puerta.
Prevenir es escuela, prevenir es contención, prevenir es salud. Hay que luchar por los derechos elementales. Y la Iglesia desde cada capilla, desde cada centro lo intenta hacer, lo debe hacer.

El Papa Francisco declaró este año como el de la misericordia. Y justamente los menores que delinquen generalmente son del ámbito marginal, los que necesitan imperiosamente misericordia. Son maltratados que maltratan. No les quito responsabilidad, pero sí es verdad que varios de ellos no han tenido mucha opción en la vida: nadie se hace delincuente por deporte, la exclusión social trae como resultado falta de justicia y eso conlleva al delito. Y la Iglesia debe comprometerse, y de hecho lo hacemos. Las parroquias que el Obispo mira con más atención son las que están en la periferia.

Una parroquia debe ser más que un lugar de culto, tiene que servir para recibir a la gente que necesita ser escuchada, ser comprendida, es un faro dentro de la comunidad.

Es fácil decir está lleno de presos, lleno de delincuentes. Somos todos ‘diagnosticólogos’, pero hay que ver qué hace cada uno de nosotros para evitar que haya un nuevo ladrón. Tenemos que prevenir. La delincuencia no es exclusiva de los pobres, pero que la miseria y la exclusión ayuda, de eso no hay dudas.

Debemos ir al encuentro de los pibes que están en riesgo y de los que cometen delitos y darles una mano y oportunidades. En la vida de ellos no está dicha la última palabra. Es inadmisible que un católico, un cristiano, no dé oportunidades. 

Narcotráfico, marginación y mala educación: un cóctel peligroso

* POR CLAUDIO STAMPALIJA
Abogado penalista, criminólogo y director del Centro de Estudios para la Prevención del Delito, que depende de la Universidad de Belgrano

Es bastante sencillo de explicar el incremento de los índices delictivos que protagonizan los menores. Al analizar las variables delictivas que se están dando en este último tiempo hay dos cuestiones que vienen acelerándose y que impactan en el segmento juvenil.

Los dos tienen que ver con el narcotráfico. Uno es que los traficantes utilizan mano de obra elegida entre los sectores más vulnerables para la microcomercialización de drogas. Hay chicos que empiezan a vender a los 11 años. Y dos, estos mismos chicos y otros han aumentado el consumo de estupefacientes, marihuana y cocaína, y alcohol. Y esto trae aparejado violencia. Y esa modalidad a veces se dispara para el delito.

Es decir, tanto el narcotráfico como organización que involucra a menores, y por el otro lado, el consumo, es lo que marca el impacto de los adolescentes en el delito.
A esto hay que agregarle que siguen creciendo algunos nichos de pobreza, por lo que no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que la problemática tiende a complicarse.

Además, la educación está bajando la calidad, tanto en el círculo estudiantil como el docente. Los que imparten la educación se dejan arrastrar por los que la reciben. Hoy cada vez más los chicos se están adueñando del aula y los maestros dan marcha atrás. Esto colabora en el círculo vicioso y complica e influye en la delincuencia juvenil.

* Por Ana María Dubaniewickz
Licenciada en Psicología especializada en infancia y conflictividad social
 
En la Argentina se niega a dar el porcentaje certero de los menores que cometen delitos para poder evaluar este problema en lo sustancial y poder desmenuzarlo.

Para terminar con los menores que delinquen necesitamos igualdad social y acabar con la corrupción, así como también igualdad en el acceso de las personas a una vivienda digna, a una cultura, a una Educación, a la Salud física y psicológica, y si todo eso no funciona mancomunadamente, se va a ver siempre a un sector de la población, principalmente los más vulnerables, que van a ser los que van a tomar otros caminos.

Hoy los chicos viven una violencia social que representa cabalmente este problema. Son los adultos los que están generando esta violencia en los chicos, ya que somos los que los terminamos de definir.

Para mí no hay un Estado ausente, el Estado está totalmente presente y los representantes estatales son los que a través de sus comportamientos logran mantener este estado de corrupción. Si se cambia el hecho de que no haya chicos víctimas de la prostitución, la pornografía, la droga, la venta de armas, el alcohol, quiere decir que en ese caso el Estado sí estaría bien presente.

Lamentablemente en nuestro país el Estado está presente para que las cosas no cambien, porque si los representantes cambiaran sus procedimientos como debería pasar, en ese caso no pasarían estas cosas. El Estado es el que provoca todo este tipo de situaciones de violencia en los menores de edad que vemos en la Argentina.

 “Hacen falta políticas de redistribución social”

 * Por Daniela Zulcovsky
Licenciada en Psicología. Presidenta de la Asociación Civil Igualdad de Derechos
 
 El incremento de los delitos en los menores de edad se debe básicamente a la falta de inclusión social que hemos tenido a lo largo de las últimas décadas, está el tema de los Ni-Ni que no estudian ni trabajan.

Debe haber más políticas sociales focalizadas en esta situación, las que hay no han alcanzado, debe haber más programas que tengan que ver con la inclusión, que son cuestiones que hacen que los pibes no estén tanto en las calles.

Hacen falta políticas de redistribución social que tomen a los adolescentes como un proyecto de vida, dándoles capacitaciones en oficios, brindándoles contención social, educación, trabajo a los padres. Si los chicos vienen de generaciones de padres que sufrieron las políticas neoliberales del menemismo y vienen de una o dos generaciones sin trabajo, se hace todo más difícil.

Los pibes no tienen ningún proyecto de vida de nada, entonces hay que apuntar a poder construir una solución para que puedan reinsertarse en la sociedad, es decir, para los que llegaron hay que hacer políticas para que puedan mantenerse, y para los que no llegaron, se deben hacer políticas de reinserción para que puedan llegar y hacer su vida.

La responsabilidad en los temas de infancia, es de todos. Hay responsabilidad de todos los gobiernos para que esto cambie. La provincia de Buenos Aires tiene una ley interesante en este sentido, que es la 13.298 que es la ley de Promoción y Protección Integral de los Derechos de los Niños. Hay que seguir ese camino.

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