¡Basta de mentiras!

Si alguien pensaba que la contundente derrota elec­­toral que tuvo la presiden­ta Cristina Fernández el último domingo, que sepultó por siempre los afiebrados sueños de re reelección, se equivocó de forma sideral.

La primera mandataria no sólo hizo oídos sordos al contundente mensaje de las urnas, sino que también volvió a pronunciar un cúmulo de mentiras que hasta provocan vergüenza ajena. 

Vanagloriarse de que sus candidatos se impusieron en la comunidad Qom, cuando gran parte de estos aborígenes ni siquiera tienen documentos, resulta hasta una tomada de pelo. Y más cuando los kirchneristas avalan y permiten que los integrantes de esta etnia sean masacrados por el poder político y económico de Formosa -con estrechos vínculos con la Casa Rosada-  que busca silenciar sus reclamos territoriales.

Algo similar se puede plantear respecto al puñado de votos favorables que tuvo el gobierno K en la Antártida, que le generó una situación de éxtasis a la primera mandataria. Ahora bien, dado que los argentinos que están haciendo Patria en el continente blanco suman solo un puñado de sufragios, que los hacen absolutamente identificables, qué hubiese pasado si no votaban con CFK cuando este gobierno, por la destrucción de las fuerzas armadas y la falta de inversión pública, los ha dejado prácticamente abandonados. 

Sin ir más lejos, en marzo pasado, se conoció que el buque contratado para abastecer los campamentos que sostienen la soberanía argentina no estaba en condiciones de completar su misión, lo que llevó a una situación de desabastecimiento alarmante. 

La presidenta también intenta ocultar la realidad cuando dice que no quiere sentarse con suplentes a discutir los problemas del país, enviando un mensaje a los intereses económicos que estarían detrás de la oposición de su gobierno. Lo que no dice la primera mandataria es que estos intereses son los mismos que hicieron escandalosos negocios, incluyendo saqueos permanentes y sistemáticos, durante los años de gobierno K. A saber:

/ Espurios acuerdos fueron los que llevaron a que, por ejemplo, sólo dos empresas monopólicas controlen el mercado de lácteos y lleven a las góndolas el precio de la leche más caro del mundo, mientras los productores tamberos están bajando las persianas por la baja de rentabilidad. Un litro de leche en el supermercado sale más de $8 pesos, y al productor sólo le pagan $2.

/ Los grandes pooles de siembre, que en muchos casos son fondos buitres que están llevan a que la Argentina se encamine al monocultivo de soja, lograron su mayor desarrollo durante la era K. Asimismo, por las nefastas intervenciones de Moreno y la falta de políticas estratégicas para el agro, nos estamos quedando sin trigo y el pan –que cuesta 20 pesos el kilo- está desapareciendo de la mesa de los argentinos. Algo similar ocurre con la carne.

/ La megaminería a cielo abierto, que hace que un puñado de empresas trasnacionales estén saqueando nuestros recursos naturales dejando poco y nada para el Estado, contaminando algunas de las fuentes de agua dulce más importantes del país, son las que estarían financiando a varios gobernadores K como así también a varios funcionarios del gobierno. No por casualidad, en su momento, la primera mandataria vetó la ley de Protección de Glaciares.

/ Chevrón, una empresa que se encuentra en el ojo de la tormenta en varios países, especialmente en Ecuador donde causó un genocidio ambiental, no llegó a la Argentina producto del Espíritu Santo. Está en el país porque el gobierno K, a cambio de una inversión irrisoria, le garantiza tener acceso a uno de los yacimientos de gas y petróleo no convencional más importante del mundo, ubicado en Neuquén. Y ni siquiera pagará retenciones. 

/ Los banqueros siempre fueron recibidos con alfombra roja en la Casa Rosada. Actualmente, constituyen el sector económico con mayor rentabilidad y por una decisión política del gobierno, dejan poco y nada al fisco debido a que no existe el impuesto a la renta financiera, mientras los créditos hipotecarios y para fomentar la producción de las pymes y de las economías regionales, prácticamente brillan por su ausencia..

/ Empresarios del transporte ferroviario y automotor se hicieron millonarios con los subsidios que otorga el Estado, mientras se viaja cada vez en peor, en condiciones casi infrahumanas. No por casualidad, durante seis años, un corrupto como Ricardo Jaime estuvo a cargo de la Secretaria de Transporte. Y ahora la actividad está bajo la órbita del ministro Florencio Randazzo,  un funcionario que no ha modificado en absoluto la estructura de corrupción tejida alrededor de los subsidios.

Otra flagrante mentira fue la supuesta predisposición de la primera mandataria a querer sentarse en la misma mesa con los representantes del movimiento obrero, a los que llamó “compañeros”. La primera mandataria no solamente viene desoyendo el reclamo de los trabajadores, que entre otros medidas piden cada vez con más fuerza que haya empleo genuino y que se elimine el impuesto al trabajo, sino que también operó de forma desembozada para dividir a las centrales gremiales. Así fue como, con la caja del Estado, impulsó la fractura de la CGT, creando una CGT trucha con sindicalistas amigos. Lo mismo hizo con la CTA, creando una estructura paralela con aquellos que habían perdido los comicios internos con Pablo Miceli.  

Ante este escenario, resulta tragicómico escuchar a la presidenta decir que su gobierno dice la verdad, endilgándole la mentira y las falsas promesas a los que se encuentran en la vereda de enfrente. Pero la única verdad es la realidad, y los hechos hablan por si solos. Los platenses pueden dar cuenta de las mentiras ya que aún aguardan que se construya la estación Ferroautomor, que se electrifique el ferrocarril Roca, que se reactiven los talleres de Gambier y que se construya el tercer carril de la autopista. Todos estos anuncios fueron realizados tanto por la primera mandataria como por su fallecido marido cuando era Presidente. A las palabras se las lleva el viento, pero la memoria queda.