Acto de CFK en una planta de uranio

El falso relato nuclear del gobierno

En un acto realizado en Río Negro, la presidenta llamó a avanzar en la “energía y medicina nuclear”. La ficción oficial que busca instalar un tema que apenas movilizó en 12 años de gestión. La hipocresía de un gobierno en retirada

A pocos días de dejar el poder, la presidenta Cristina Kirchner encabezó ayer un acto en una planta de uranio enriquecido en la localidad rionegrina de Pilcaniyeu, para relanzar el denominado Plan Nuclear Argentino 2010, con el objetivo oficial de mostrar “las cosas que los medios no muestran de la Argentina pujante que dejamos al presidente que viene”.

En una de las facetas que el relato kirchnerista busca dejar instalado en la sociedad antes de abandonar el poder, la Jefa de Estado hizo hincapié en un plan que activó muy poco bajo sus ocho años de mandato, sino que con su inacción y pasividad, contribuyó a aminorar el crecimiento nuclear en la Argentina, dependiendo en mayor medida de los capitales extranjeros, principalmente rusos y chinos.

La Argentina es uno de los pocos países del mundo que puede dominar el ciclo completo de la energía nuclear, desde su extracción, hasta el tratamiento de los desechos producidos. A pesar de la alharaca K en anunciar grandes obras y construcciones de centrales nucleares, la realidad marca que poco se ha avanzado en la materia, y que lo poco que se hizo, se hizo mal y a grandes costos para el país.

Pero Cristina Kirchner no ha estado sola en la instrumentación de esta mentira, sino que contó con la complicidad de funcionarios como Julio De Vido, que han malgastado fondos en grandes obras imposibles de hacer para el país, que quedaron a mitad de camino y que solo ha servido para someterse cada vez más a los dictados de China y Rusia, entregando los recursos nacionales para las próximas generaciones.

Incapacidad oficial

Fiel a su verborragia habitual, la presidenta afirmó que “es importante que comuniquemos a los argentinos estas cosas que son invisibilidades y ocultas”, y llamó a “proteger todo lo logrado en estos años”. Parece olvidarse de las promesas hechas y jamás cumplidas de su parte de lograr el desarrollo energético nuclear sustentable, del cual gusta hablar mucho en público pero hacer poco a la hora de gestionar.

En diálogo con Hoy, el vicepresidente del Instituto Argentino de Energía General Mosconi, Gerardo Rabinovich, señaló que “la política de la gestión kirchnerista ha sido un fracaso estrepitoso, visto desde cualquier punto de vista que uno lo quiera analizar. Han sido 12 años de una total y absoluta inmovilidad”.

Para el profesor de la Maestría de Energía en la Universidad Nacional de Cuyo, “el gran discurso que uno escucha del gobierno en materia nuclear es que se construyó la central de Atucha II, pero si uno mira los números ve que hay tanta potencia instalada de grupos diésel como de centrales nucleares. Se habla mucho pero se hace en la realidad muy poco”.

“En los últimos años predominó la discrecionalidad de los funcionarios a la hora de hacer las obras. Esto se debió a una ausencia de planificación y de estrategia por parte del gobierno. Toda esta falta de pensamiento estratégico se prestó para cualquier desmanejo, como se ve en las contrataciones rápidas que se hicieron en forma directa sin llamado a licitación, o la entrega a rusos y chinos, y que terminan saliendo muy caros al país”, destacó Rabinovich.

La década larga del kirchnerismo ha degradado no sólo las instituciones, sino también las políticas públicas. En base de un progresismo energético, se avanzó con un manejo que sólo tendió al desabastecimiento, dejando al descubierto que los anuncios de Cristina Kirchner de incrementar las tecnologías nucleares en la Argentina, es una farsa que nunca se materializó, existiendo sólo en lo más profundo del ocaso del relato K.

“Son todos anuncios vacíos de contenido”

Por Emilio Apud (Ex Secretario de Energía de la Nación)
Especial para Hoy

Lo de la presidenta ayer es un anuncio más como tantos que ha hecho, que en realidad no significan nada, porque a una semana de irse del poder hablar del relanzamiento de un plan que tampoco existe, ya que en 2010 se había hecho la configuración de un plan nuclear que nunca se llevó a cabo.

Son todos anuncios vacíos de contenido y hechos para sostener el relato que se ha formado en la última década en materia energética y nuclear. Ahora sacaron de la galera esto, porque están muy orgullosos de algo que hicieron muy mal, entonces la habrán asesorado a la presidenta que diga eso. ¿Por qué no hicieron esto hace 6 o 10 años atrás?, lo hacen una semana antes por mezquinas cuestiones políticas.

Acá lo que hay que hacer es definir hacia donde queremos ir en desarrollo nuclear, y convocar a los países, caso Francia, Reino Unido, Alemania, Canadá y Estados Unidos, a que hagan sus ofertas tecnológicas, económicas y financieras, ya que acá entre gallos y medianoche se acuerda un contrato de 6.000 millones de dólares para la central nuclear de uranio natural con Rusia, no diciendo cuánta va a ser la participación tecnológica nacional y cuál es la financiación de algo que vale 6.000 millones.

Costos del descalabro

Uno de los hitos que la gestión K remarca en materia nuclear, es la terminación de la central Atucha II, a la que ponen como ejemplo para los países de la región.

La realidad marca que se concluyó su obra, pero olvidan decir que la misma se hizo a un costo gigantesco, ya que salió cinco veces más que lo presupuestado en un inicio. De los 950 millones de dólares calculados en un comienzo, se terminó pagando más de 4.200 millones de la moneda norteamericana, dando cuenta del enorme precio que le insumió al país.

Los costos de construcción en infraestructura se multiplicaron muy por encima de los valores que se pueden apreciar en países limítrofes, líneas de extensión, centrales eléctricas a cargo del Estado, cayendo en un capitalismo de amigos que benefició a unos pocos, y perjudicó a los más de 40 millones de argentinos.