El gobierno de la contradicción permanente

En la semana que pasó se pusieron de manifiesto, de forma muy clara, las aberrantes y permanentes contradicciones en las que suele caer el gobierno nacional. 

Esta falta de rumbo fijo, generada por las abruptas marchas y contramarchas de una gestión que no tiene ni siquiera una gota de materia gris, está llevando a que la Argentina se acerque peligrosamente, como ocurrió en 2001, al abismo económico y social.

En definitiva, los hechos concretos ponen de manifiesto lo que siempre se dijo en las páginas de nuestro diario. Detrás del discurso supuestamente progresista, repleto de palabras típicas del zurdaje a la violeta que prolifera en las oficinas y pasillos de la Casa Rosada, se esconde una gestión absolutamente conservadora y entreguista. 

Una clara muestra de esta suerte de perversa ambivalencia política es el acuerdo que, entre gallos y medianoche, tejió YPF con la multinacional Chevron, hecho anunciado con bombos y platillos el último miércoles. 

Producto de la falta de recursos, el gobierno K rifará lo poco que le queda de soberanía a nuestro país y le entregará los recursos del yacimiento más importante de la Argentina (Vaca Muerta) a una empresa, con sede en Estados Unidos (del Grupo Rockefeller), que vienen de ser condenada en Ecuador por haber ocasionado una catástrofe ambiental. 

Eso no es todo: Chevron utilizaría una tecnología muy contaminante, prohibida en Francia y seriamente cuestionada en su propio país de origen, con lo cual podría repetirse las nefastas experiencias registradas en la selva ecuatoriana. Allí los delitos cometidos por el Grupo Rockefeller devastaron miles de hectáreas y hasta desaparecieron poblaciones enteras de aborígenes y colonos. Por eso, la empresa fue condenada a pagar 19 mil millones de dólares de resarcimiento, de los cuales aún no desembolsó un solo dólar, pese a los reclamos constantes del presidente Rafael Correa. 

¿CFK y Correa, junto al régimen chavista, acaso no formaban parte del bloque emancipador de America latina, como ellos mismo lo definían, que iban a cumplir los sueños de Simón Bolívar?, ¿Dónde quedó la alianza de la “Patria Grande”, de la Unasur y del Mercosur ampliado? La realidad muestra que todo fue retórica, discursos vacíos de contenido. Nunca habrá unidad continental con gobiernos como el kirchnerista, que ha hecho de la famosa frase del comediante Groucho Marx, su forma de hacer política: “Estos son mis principios, si no te gustan tengo otros…”

Los K están dispuestos a seguir vendiéndole el alma al diablo con tal de seguir manteniendo sus oscuros negocios y el saqueo sistemático de nuestros recursos naturales.

Resultados de un gobierno infame

En momentos en que se está por cumplir 10 años de gobierno K (el próximo 25 de mayo), no hay nada que festejar por más que ya se están accionando los mecanismos del más rancio clientelismo político para rodear a la presidenta de militancia rentada durante el acto donde se “festejara” los 10 años de la llegada del kirchnerismo a la Casa Rosada. 

Pocas veces en la historia un gobierno tuvo oportunidades macroeconómicas, como la que tuvieron Néstor y Cristina, para cambiar la historia del país. Por culpa de los K, la Argentina dejó pasar el tren del progreso y del desarrollo. 

Los recursos que ingresaron en las arcas del Estado, producto de un mundo que demandaba los alimentos que se producen en nuestro territorio, sólo sirvieron para montar un inmenso aparato de clientelismo político que permita garantizar el voto fácil.  

Por eso vivimos en una Argentina sin soberanía energética, con reservas de hidrocarburos que se encuentra en los niveles más bajos de la historia, dado que las inversiones genuinas del Estado, en exploración y explotación petrolera, brillaron por su ausencia. Fue, en definitiva, el resultado de no haber contado con planes estratégicos para desarrollar la infraestructura básica que necesita un país para poder vivir con lo propio.  De seguir con este camino de entrega, la Argentina será Potosí (el yacimiento de plata más importante del continente, saqueado durante el periodo colonial) del siglo XXI 

A su vez, los desaguisados cometidos en la década de gobierno kirchnerista, dejaron como resultado una inflación galopante y una moneda nacional (el peso) que prácticamente no tiene valor, que hasta es rechazada en los países vecinos. 

Esta realidad intenta ser ocultada por el gobierno, que se está quedando sin excusas. Así es como, en menos de un año, CFK pasó de proponer una pesificación total de la economía, aplicando cepos cambiarios y condenando a la hoguera a todas aquellas personas que recurrían a la divisa norteamericana para preservar sus ahorros, a abrirle la puerta –ofreciendo un bono con un interés del 4%-  a todos aquellos delincuentes (narcotraficantes, tratantes de blancas, contrabandistas, etc.) que quieran blanquear dólares en nuestro país. 

Bipolaridad política

La desesperación por el compartimiento que mostraba el dólar blue, que había superado la barrera de los 10 pesos, también llevó a que el gobierno profundice el saqueo de los recursos que deberían estar destinados al pago de jubilaciones y pensiones, en un país que tiene al 70% de la clase pasiva cobrando haberes que se encuentran por debajo de la línea de la pobreza. 

Concretamente, luego de hacer un oscuro acuerdo con las cuevas que venden dólares en el mercado informal, el gobierno salió a vender masivamente bonos dolarizados del fondo de sustentabilidad de la ANSES. De esta manera, este organismo ya no sólo sirve para tapar baches fiscales del gobierno, sostener el Fútbol para Todos y comprar netbooks para los chicos de La Cámpora, sino que también se utiliza para regular el mercado cambiario. 

De seguir con este camino, en un futuro no tan lejano, correrá serio riesgo el pago de las jubilaciones y pensiones.