Escandaloso ocultamiento de la AFIP

Tras un pedido de acceso a la información pública realizado por un particular, pudo conocerse que el organismo público lleva gastados 750 millones de pesos en publicidad durante la “década ganada”. Una nueva tomadura de pelo al destino de los fondos públicos

En casa de herrero, cuchillo de palo”, reza el dicho popular, y nunca mejor ejemplificado esta acción que en lo que viene sucediendo cotidianamente en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), donde los gastos en publicidad oficial no condicen para nada con lo que ha venido reflejando el gobierno durante todo este tiempo.

Según un informe realizado por el especialista Hernán Reyes tras un pedido de acceso a la información pública realizado al gobierno, queda claro que el gasto del organismo dirigido por Ricardo Echegaray en publicidad oficial, no es informado por la Jefatura de Gabinete en sus escritos.

El ministerio regenteado por Jorge Capitanich, aseguraba en sus informes semestrales, que la AFIP sólo había gastado 4,8 millones de pesos de mayo de 2010 a mayo de este año, mientras que el organismo público reconoció que durante ese mismo período había gastado la friolera suma de 259,7 millones de pesos, una diferencia sideral con lo especificado por el jefe de gabinete.

El kirchnerismo ha hecho a lo largo de la mal llamada década ganada, un baluarte del secretismo en las decisiones de Estado, de ahí lo difícil que resulta acceder a la información pública. Cuando se tiene acceso a la misma luego de múltiples trabas y procesos, salta a la luz el verdadero descontrol que se sufre de los dineros públicos por parte del gobierno.

La AFIP debería ser por regla el organismo que más claras tenga sus cuentas y no fallar en la conformación de ninguna de ellas, pero como sucede en todos los ámbitos de la política nacional, lo natural es lo inusual, y los manejos oscuros es el panorama habitual que reina en ellos.

Los números dados en el informe brindado por el organismo comandado por Echegaray, dan cuenta de las constantes irregularidades surgidas en los números oficiales, que alcanzó los 745.678.000 pesos en publicidad oficial entre el 2003 y septiembre de este año.

Tomando la información dada por la Jefatura de Gabinete, puede verse la burla que se hace a los argentinos desinformando sobre el destino de los dineros públicos, ya que se había anoticiado que el año pasado la AFIP había gastado $ 516.000 en publicidad, pero la realidad marca que lo gastado ascendió a más de 65 millones de pesos. 

Lo mismo ocurre para lo gastado en los primeros cinco meses del 2014, ya que Capitanich se había encargado de informa que lo gastado en publicidad en dicho período ascendía a los 2.956.000 pesos, cuando los números verdaderos revelan que lo despilfarrado llega a la cifra de 59 millones y medio de pesos.

La falta de transparencia de los fondos públicos por parte de un organismo que debería ser ejemplar a la hora de manejar el dinero, no hace más que dejar abierta la pregunta sobre lo que puede estar sucediendo en otros estamentos del Estado que no tienen el supuesto “riguroso” control que se tiene en la AFIP.

Ejemplos de las irregularidades

La publicidad oficial siempre ha estado en el ojo del debate público, por el direccionamiento que el kirchnerismo ha dado a la misma para aleccionar a los medios opositores y favorecer a los medios oficialistas.

Los fondos de la AFIP instrumentados para la publicidad no son lo que se había dicho públicamente que eran, y eso resalta a las claras con algunos ejemplos bien sencillos. En el año 2010, las planillas oficiales dijeron que el organismo dirigido por Echegaray había gastado 98.000 pesos en publicidad, cuando en realidad lo erogado fue $ 48.475.000.

Siguiendo con estos datos, puede verse también que en el 2011, el organismo recaudador declaró haber gastado sólo 142.000 pesos, y los números reales dicen que se ascendió a los $ 65.869.000.

En el 2012 la situación fue la misma, ya que se declararon oficialmente gastar 576.000 pesos, pero lo realmente desembolsado fue $ 20.904.000.

Datos que dejan en evidencia la oscuridad imperante en el organismo oficial, que en vez de ser un ejemplo de transparencia en sus gastos, termina siendo un modelo de lo que no debe hacerse desde la función pública. 

Un organismo en el eje de la polémica

La AFIP ha sido desde un comienzo uno de los organismos públicos más cuestionados por el elevado nivel de impuestos que se cobra en la Argentina y por la manera de llevar a cabo la recaudación que tiene su director, Ricardo Echegaray.

La fuerte presión impositiva es un tema recurrente en la conversación de los argentinos, que ven como una gran parte de sus sueldos se va en impuestos que no llegan a ejecutarse en obras que tiendan al bienestar general.

El estilo personal de Echegaray, lo ha llevado muchas veces a entrar en fuertes contradicciones, como cuando desde el gobierno se pedía a los argentinos no veranear en el extranjero, mientras él y su familia pasaban las vacaciones en su casa de Punta del Este.

Además, el escándalo en el que se vio sumergido este último verano con su viaje a Río de Janeiro junto a dos empresarios aduaneros que supuestamente él mismo debería controlar, causaron malestar en la sociedad.

Un organismo plagado de contradicciones e irregularidades, y con un director que con su personal manera de llevar las cosas no hace más que generar la polémica en la sociedad sobre el rol central que debe cumplir la AFIP para el desarrollo del país.