Papel pintado para todos: El peso ya no vale absolutamente nada

La moneda nacional, totalmente devaluada, de nada sirve en el mercado local. Hoy, un kilo de cuadril cuesta $100 y acceder a la canasta básica en cualquier supermercado supera los $ 500. Alertan sobre la inflación y la retracción de la economía  

Puro papel pintado. En eso se transformó el peso, nuestra moneda nacional, que continúa absorbiendo el efecto de una devaluación atroz, generada por la grave crisis económica del país. Es que el gobierno de Cristina Fernández poco ha hecho para cambiar una ecuación que arroja saldos negativos por todos lados.

La situación, en este contexto, es más que crítica: Hoy, un kilo de cuadril cuesta $100 y para llenar la tradicional canasta básica de alimentos hay que desembolsar más de 500 pesos. Prácticamente el 12% del salario mínimo, vital y móvil de 4.400 pesos que fue dispuesto por la Casa Rosada a principios de este mismo mes. Y eso sin contar los elevados costos en las tarifas de servicios públicos, que experimentaron aumentos de hasta el 600% o 700% en algunos casos.

Claro está que, frente a este escenario, el grueso de la sociedad opta por el refugio seguro que representa el dólar. Sin embargo, las múltiples trabas que impuso el Gobierno nacional para la adquisición de la divisa estadounidense también atenta contra el deseo de millones de argentinos que hacen malabares para que sus frágiles economías no se pierdan en la nada.

Incluso algunos expertos en el tema dejaron entrever que las señales a futuro no son para nada claras, sobre todo para quien tome el poder luego de finalizado el mandato de Cristina Fernández. “Superar el atraso cambiario es un tema que este Gobierno se lo va a dejar al próximo, sin dudas, por el costo social que conlleva”, dijo el ex presidente del Banco Central, Javier González Fraga. Y advirtió: “Cualquier devaluación que se haga en un contexto de inflación alta, es un colapso social. Sería un nuevo Rodrigazo”.

“Inflación y retracción económica  es todo lo que uno no desea tener” 

Consultado por esta realidad, el economista Juan Dumas señaló a Hoy que “ahora lo que tenemos es el peor de los escenarios: una economía en plena retracción. No obstante eso, también tenemos una inflación creciente, donde el número más consensuado entre todos los economistas es del 40%”.

“Hoy, inflación y retracción económica es todo lo que uno no desea tener”, sostuvo el especialista, quien además mostró su preocupación por el crecimiento del gasto público y los exagerados desbordes financieros en el presupuesto del Ejecutivo nacional (ver aparte). 

El Gobierno ya gastó 26% más de lo que previó para todo el año

Otra de las grandes preocupaciones a nivel macroeconómico son los exagerados gastos del Ejecutivo Nacional en el gasto público y la expansión de un presupuesto que sigue quedándose corto.  En este sentido -y sólo en los primeros ocho meses de 2014- la gestión K aumentó partidas en un 26,1% (unos 224.780 millones de pesos extras de gasto presupuestario). Para colmo de males, la mayor parte de esta ampliación presupuestaria se instrumentó de manera discrecional, sin previa autorización parlamentaria. Un despropósito total.

“Esto está en consonancia con todo lo que viene pasando: Tenemos un crecimiento del gasto público del 46% de junio a julio y una autorización por parte del Poder Ejecutivo con decreto de necesidad y urgencia de imprimir 200 mil millones de pesos. En definitiva, lo que hay es un déficit fiscal, que no tiene otra forma de financiación que la emisión monetaria, sobre todo después de los traspiés a nivel exterior, con los holdouts”, certificó a nuestro diario el economista Juan Dumas.

Por otra parte, Dumas consideró que “el próximo gobierno se va a encontrar con un problema muy importante, un déficit fiscal que se inició en esta década. Hoy se tiene un déficit a costa de restricciones sumamente importantes en las importaciones”.