Testigo protegido por el caso Etchecolatz sufrió una entradera

Ocurrió ayer a la madrugada, en La Loma. La víctima se hallaba descansando junto a su esposa cuando fue sorprendida por dos delincuentes que forzaron el ingreso a patadas

Dos delincuentes ingresaron ayer a la madrugada a una vivienda ubicada en el barrio La Loma, propiedad de un testigo protegido por el caso Etchecolatz. Los implicados sorprendieron a la víctima mientras se hallaba descansando en su habitación con su esposa. Tras romper la puerta de entrada y estar en el lugar por un espacio de 20 minutos, escaparon con objetos de valor y dinero en efectivo, dejando maniatado al propietario.

El episodio se produjo cerca de las 5. Walter Docters, dueño de la casa, le contó a Trama Urbana: “Ingresaron dos personas rompiendo la puerta a patadas. Yo estoy enfermo y estoy tomando medicación. Cuando quisimos reaccionar, ya los teníamos adentro de la pieza. Mi mujer comenzó a gritar pero nos dijeron que no podíamos hacer nada, que ya estaban adentro”.

Según Docters, los malvivientes solamente ejercieron violencia verbal contra la pareja, con algunos empujones, pero sin golpes. “Nos robaron una gran cantidad de cosas: relojes, una tablet, celulares y plata, hasta monedas buscaron, no dejaron nada”, aseguró.

Víctimas de la Dictadura

Silvia, esposa de Walter, explicó: “Yo viví el secuestro de mi hermana en 1977 y ahora sentí la misma sensación cuando me violentaron la puerta, cuando escuché los golpes. Esta vez, cuando declaré ante la Policía, dije lo mismo que experimenté en aquella oportunidad en que se la llevaron. La inseguridad que vivimos es tan grande que nos lleva a revivir la época de la Dictadura, es trasladarnos a tiempos que no deberíamos volver a vivir”.

Para finalizar, Docters sentenció: “Lo que pasó es terrible porque tenemos custodia de la Federal, somos testigos protegidos. Ahora bien, si tengo un efectivo pero vienen y nos rompen la puerta a patadas es porque mucha custodia no tenemos. Ustedes (la prensa) llegaron antes que el Municipio, que tuvo que haberse acercado para ver qué nos pasaba. Recibimos cero atención. Veo más preocupados a nuestros amigos y conocidos que a las autoridades. Los agentes se disputaban entre ellos para ver a quién le correspondía nuestro robo, si a la Bonaerense o a la Federal. Para ser testigos protegidos, muy protegidos no estamos. No sé si se entiende”. 

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