Asesinaron a golpes a una anciana durante un robo

Ocurrió en barrio Hipódromo, enfrente del Hospital Gutiérrez. Los malvivientes treparon por los techos y entraron a la propiedad por una puerta trasera. A la jubilada, de 77 años, le desfiguraron el rostro

Una jubilada viuda de 77 años fue brutalmente asesinada a golpes durante la madrugada de ayer en su casa de barrio Hipódromo por dos delincuentes que escaparon tras robar diferentes objetos de valor, en un sangriento hecho que fue descubierto por la hija de la víctima, informaron fuentes policiales y judiciales. 

Qué pasó con exactitud es algo que solo la damnificada, Elisa Angélica Miquel, y sus homicidas saben, aunque la tarea de los pesquisas es intentar esclarecer de la manera más fehacientemente posible la cronología del tétrico suceso. 

Lo que admitieron fue que todo se desarrolló cerca de las 2.30, cuando al menos dos ladrones ingresaron a la vivienda emplazada en diagonal 114 entre 39 y 40, justo enfrente del Hospital Gutiérrez. “Sospechamos que treparon por los techos, bajaron al patio trasero y abrieron la puerta que allí hay”, adujo un investigador, tomando en consideración que la apertura principal del domicilio “estaba cerrada cuando llegamos nosotros, y la trasera abierta”. 

 Paliza brutal 

Una vez en el interior, los encargados del caso creen que los maleantes recorrieron las diferentes instalaciones, hasta llegar al cuarto donde se encontraba durmiendo la anciana, quien aparentemente no había escuchado nada hasta ese momento. 

“Le pegaron una paliza brutal, le desfiguraron el rostro; está todo ensangrentado”, le contó a Trama Urbana un vecino y amigo de la señora, a quien conocía desde hacía 40 años. Lo que no se explican las fuentes es por qué los autores del hecho implementaron semejante violencia. “La mataron a golpes y lo que podemos presumir es que lo hicieron así con el fin de que les dijera dónde tenía dinero. La amedrentaron torturándola y, por lo visto, ella les decía que no tenía nada para darles, ellos no le creyeron y continuaron con la paliza, hasta matarla”, graficaron. 

Fue su hija, Patricia Odelo (54), quien descubrió a su madre sin vida. Ella se encontraba durmiendo en el segundo piso de la propiedad y al escuchar ruidos fue hacia la planta baja, donde está la habitación de Miquel. “Tardó en escuchar lo que pasaba porque toma pastillas para poder dormir”, dijo el cuñado de la fallecida.

“Cuando ingresó al cuarto la vio recostada en la cama, con abundante sangre en el rostro y el cuerpo, también había en las paredes, además de la almohada puesta sobre la cara”, señaló un jefe de la fuerza, quien también dijo que en el cuello de la anciana había un cable. Llamó a la Policía y efectivos de la comisaría Segunda se hicieron presentes, constatando el hecho y convocando a una ambulancia, cuyo médico determinó el deceso. 

El paso siguiente fue el arribo del Gabinete de Homicidios de la DDI, los peritos de la Policía Científica y de la fiscal Ana Medina, de la UFI nº 1, que caratuló la causa como “homicidio en ocasión de robo”. Ellos, junto a Diego Bravo, comisario inspector de la Jefatura Departamental, comenzaron a trabajar en el caso y lo primero que notaron fue un “gran desorden en la finca”.

Al principio se habló de que los hampones huyeron con un revólver calibre .38 que la damnificada tenía en su hogar y había pertenecido a su esposo, aunque después los voceros admitieron también que Odelo enumeró “plata y un celular” como otros faltantes, aunque nadie precisó la cantidad de efectivo sustraído. 

Los ladrones descartaron parte del botín durante la huida 

El cuñado de Elisa Angélica Miquel, Norberto Odelo, dialogó con este diario y dio sus impresiones al respecto. “Es posible que (a Elisa) la hayan matado porque reconoció a los ladrones”, dijo y aseguró que estos tuvieron que dejar varias cosas que se estaban llevando, al no poder sacarlas de la casa por el patio del fondo. 

La puerta trasera, que da al jardín de la vivienda, estaba abierta y por allí fue por donde entraron y salieron los cacos. Además, en el patio se encontraron algunos objetos. “Quedó una notebook y hasta dos billeteras. Eran varias cosas que se quisieron llevar, no pudieron y debieron descartar”, sentenció el hombre, quien aseguró que “nunca había pasado algo así acá”.   

La causa recayó en la comisaría Segunda, comandada por Daniel Tolaba, y en la DDI, cuyos detectives ya analizan una cámara de seguridad fija del Monitoreo Urbano de La Plata que hay justo en la esquina, con el fin de poder identificar a los autores del hecho, quienes hasta el cierre de esta edición se mantenían prófugos. 

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