26 años más tarde, Tití Rodríguez siguió el camino de Rubén Capria en Estudiantes
El volante ofensivo, que usó la “10” como el Mago, se despidió del club sin renovar el contrato y continuará su carrera en el exterior. El León perdió la ficha del futbolista, al que podría haber transferido en caso de renovarle el vínculo.
Tal cual se venía informando, Lucas Rodríguez se despidió de Estudiantes y no estará presente hoy en el comienzo de la tercera semana de trabajos.
A diferencia de otros jugadores surgidos en el club que la dirigencia logró transferir y sacar una buena tajada de dinero, como ocurrió en su momento con Jonathan Silva, Guido Carrillo, Gerónimo Rulli, Santiago Ascacíbar, Matías Pellegrini, Juan Foyth o ahora también Darío Sarmiento, el club perdió la ficha de Tití, ya que no se llegó a un acuerdo para que extienda su contrato por un tiempo más, y luego pensar en transferirlo.
De esta manera, el Xolos de México le abrió las puertas al jugador, le ofreció un importante contrato dolarizado, y evitó pagarle a Estudiantes por la ficha del futbolista, que a partir del 30 de junio (dentro de nueve días) no tendrá ningún vínculo legal ni impedimento jurídico para fichar con otra institución.
Estudiantes, como ocurre con Boca con el Consejo de Fútbol, tiene una Secretaría jerarquizada para el fútbol profesional que está compuesta por Agustín Alayes y Diego Ronderos como empleados a cargo de sacar adelante este tipo de negociaciones, amparados con la logística que pueden aportar los dirigentes que trabajan ad honorem, ya que el estatuto del club no contempla un sueldo para aquellas personas que forman parte de la Comisión Directiva.
Si bien a Rodríguez se le había cursado una propuesta para renovar el vínculo por dos temporadas, el jugador decidió aceptar la propuesta mexicana.
La condena al Mago
Una situación parecida se registró en julio de 1995, cuando Rubén Capria también se fue del club con el pase en su poder. En aquel entonces la legislación era distinta a la actual, y el Mago (figura excluyente del equipo que ganó el campeonato del Nacional B) terminó acordando un contrato con el pase libre con Racing. La Academia se quedó con la ficha del habilidoso zurdo, y tiempo después lo vendió.
Por aquel gesto, a Capria se le generó una especie de condena implícita en el club, a tal punto que jamás fue considerado como refuerzo para volver a Estudiantes, ni para ocupar un cargo en las divisiones inferiores. Hoy, en efecto, es mánager de Racing.
Algo similar también le pasó al recordado José Luis “Tata” Brown en 1984, a quien los presidentes de la década de 1980 (Correbo,
Oltonila y Ferella) no le perdonaron esa actitud. En 2012 volvió a reencontrarse y fue reivindicado por la dirigencia de Enrique Lombardi y mantuvo un vínculo cercano con el club hasta el momento de su partida.