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Ayoví quedó preso de sus palabras y aportó poco desde el banco

El atacante ecuatoriano ingresó de mala manera en la victoria contra Patronato y su rendimiento preocupa. Su llegada fue otro error de Alayes, quien desde 2016 no contrata un buen delantero.

Sin dudas que Jaime Ayoví no esperaba este presente en su vuelta al fútbol argentino. El delantero que arribó en este mercado de pases a Estudiantes de La Plata vuelve a traer fantasmas del pasado. Tanto tiempo pidiendo un delantero de jerarquía (tantos técnicos despedidos por no tener jugadores que en los metros finales respondan convirtiendo) parece que le pesa al moreno, que tiene una mochila pesada en la espalda, pero que desde su llegada al Pincha viene jugando mal y además no convierte.

Da la sensación que el Departamento de Fútbol manejado por Agustín Alayes, que pasó unos cuantos días varado en Miami cuando Ricardo Zielinski lo necesitaba en City Bell para seguir buscando incorporaciones, no entiende que el dinero hay que ponerlo por futbolistas que sean de verdadero peso para encontrar soluciones a un problema que parece no tener fin.

Algunas apuestas salieron bien, como la de Juan Ferney Otero, o el joven Gustavo Del Prete, que era un desconocido para muchos. Pero después hubo una innumerable cantidad de malas decisiones en la gestión futbolística del León, que seguramente le hubieran costado el puesto a otra persona. Parece que Alayes es intocable en el mando del club.

Desde 2016 que el Secretario Técnico no acierta un delantero. Hay que remontarse al arribo de Lucas Viatri y Javier Toledo, que ambos medianamente rindieron y lograron concretar goles importantes para el equipo de Nelson Vivas, en aquel entonces, logrando colocar al club en una Copa Libertadores, el objetivo que hoy tiene Zielinski, pero que con estos jugadores será un camino duro y áspero.

¿Hasta cuándo?

Hace cinco años que en Estudiantes se toman malas decisiones. Pasaron Mateo Retegui, Federico González, Martín Cauteruccio, Mauro Díaz, Lucas Melano, el propio Leandro Díaz, todas malas contrataciones, jugadores que no dieron la talla, pese a algún gol esporádico, y que no le dieron soluciones a un equipo que necesitaba concretar. Ninguno dio certezas y garantías de poder ser efectivo en el arco contrario.

Con Ayoví sucede lo mismo, aunque tiene contrato hasta diciembre de 2022 y probablemente tenga ganas de revertir esta pésima actualidad en su vuelta a nuestro fútbol. En la CD también esperan eso, ya que no es un jugador económico. ¿Hasta cuándo se seguirán tomando malas decisiones en materia futbolística en Estudiantes?

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