La cocina de “La Final”

En la previa a un partido definitorio para el Leandro Desábato, se cumplen hoy 11 años de la final del Mundial de Clubes entre Estudiantes y Barcelona. El cocinero del equipo campeón de América recordó los cuidados que tenía con los alimentos para Boselli y para Sabella, admitió que estuvo cerca de ir a la Selección con Pachorra y que el Chavo y el Chapu podrán sacar adelante este momento.

Hace 11 años, con una realidad deportiva totalmente distinta, Estudiantes jugaba el partido más importante de los últimos 50 años de su historia. Se enfrentó al Barcelona de Pep Guardiola y Lionel Messi, que llegaba después de haber ganado la Liga de Campeones de aquel 2009.

Por las calles de Abu Dhabi se anunciaba el partido con el rostro del crack argentino, y nada se decía del Estudiantes de Verón y de Sabella.

En toda preparación de un buen equipo y sobre la base de los dichos de Sabella, siempre hay que priorizar “el nosotros por encima del yo” para lograr que las cosas salgan bien. En tal sentido, aquel Estudiantes no dejó ningún detalle librado al azar en la preparación, desde el aspecto deportivo hasta la logística. Allí entró en escena la alimentación, elemento clave en la condición física de los jugadores que van a jugar la final del mundo. Y en ese contexto, el cocinero se convierte en un protagonista tan importante como el preparador físico, el ayudante de campo o el masajista.

Horacio Molinari (“el Peque” de la gente) cumplió un rol muy importante en las campañas consagratorias de Estudiantes y fue quien negoció con los cocineros de los hoteles donde paraba el equipo para que nadie le ponga una pisca de sal al plato de Sabella o le preparara un plato con derivados de la leche a Boselli, que no los toleraba.

En la final de la Copa Libertadores contra Cruzeiro, el cocinero tuvo que “regalar” 11 camisetas de Sebastián Verón al personal de la cocina donde estaba hospedado el equipo para que le permitan hacerse cargo por tres días de todo el lugar y garantizar que nadie en Brasil se le ocurra meterle algo a la comida para que a los jugadores les caiga mal.

“En Abu Dhabi fue distinto porque el idioma y la distancia de la cocina a donde estaban los jugadores dificultaba todo. Había una traductora que era ecuatoriana y teníamos un poco de manejo con ella. Pero con Boselli había que buscarle la vuelta, porque no podía comer nada derivado de los lácteos. Por ejemplo, fideos o ravioles con crema no comía. No los toleraba”, contó el cocinero que cuidaba cada detalle. Boselli aquel 19 de diciembre terminó marcando el gol en el empate 1 a 1 en tiempo regular, que luego el Barcelona torció en tiempo suplementario.

En todo este tiempo, Molinari acompañó al equipo hasta hace dos años, cuando optaron por trasladarlo a la sede de calle 53, en donde cumplió funciones hasta que se terminó
jubilando.

Desde su partida, en el Country nada volvió a ser igual. Algunos sostienen que era la cábala del equipo, ya que le cocinó a más de 100 jugadores que pasaron los últimos 10 años por el club y muchos que están afuera todavía lo recuerdan con cariño por los almuerzos o las meriendas que solía guardar a modo de vianda para que los equipistas puedan llevarse a sus casas.

Por una decisión del intendente del Country Marcos y también por otros empleados como Leonardo Mancilla, “el Peque” dejó de condimentar las cenas y los almuerzos del equipo, que ahora necesita más picante que nunca para salir de esta situación.

“Yo ya me jubilé de Estudiantes y les deseo lo mejor a los que pusieron para cocinarles al plantel. Hay que darle paso a la juventud, dicen. Con algunos jugadores mantengo relación, como con el Chino Benítez. Les deseo lo mejor y estoy convencido que el Chavo y el Chapu van a poder salir de esta”, contó Molinari mientras posaba con la camiseta del Estudiantes mundialista de clubes en su casa.

“Me dolió mucho la partida de Sabella. Desde hace 10 años le cocinaba sin sal. Cuando fue a la Selección Argentina me ofreció ir con él, pero sabía que eso podía durar poco o mucho. Y me recomendó que me quede en Estudiantes. Soy hincha del club y quiero que le vaya de la mejor manera”, concluyó el cocinero de los jugadores, que hoy están al frente de la toma de decisiones y serán responsables mañana de cortar una mala racha de escasez de goles y partidos sin ganar ante Racing en el estadio de 1 y 57.

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