La receta del triunfo

Ángela Cabrera y Horacio Molinari son los cocineros de Gimnasia y Estudiantes. A partir de hoy, tendrán la responsabilidad de alimentar adecuadamente a los jugadores para que lleguen fuertes al clásico

Vigilia de clásico en la ciudad. Los hinchas de Estudiantes organizan el almuerzo de mañana para seguir el partido por televisión. Los del Lobo buscan comprar una entrada para estar presentes en el Bosque. Los preparativos están en marcha y nadie quiere dejar detalles librados al azar. 

En la cocina de Estudiantes, por ejemplo, Horacio Molinari ya mandó a comprar 10 kilogramos de mozzarella y jamón para darle forma a las tartas tan requeridas por el plantel del Pincha. 

En el Lobo, en cambio, Ángela Cabrera se prepara para amasar las pizzas y los fideos que los jugadores reclamaron para el almuerzo de este domingo. 

Esta noche, los planteles quedarán concentrados y ellos tendrán la responsabilidad de que lleguen fuertes al partido más importante del semestre. 

—¿Cómo se hace para que los jugadores no lleguen excedidos de peso al partido?

AC:—Se llega a un acuerdo con el nutricionista para cada caso en particular. Los jugadores se cuidan, pero si alguno quiere comer alguna ración de más y sabemos que no puede, cuidamos el bien del equipo. 

HM:—Siempre hay algún goloso. En la noche previa al partido, pasamos con un carrito por las habitaciones de la concentración ofreciendo la ensaladita de frutas o la porción de queso y dulce. Igualmente, ellos saben que tienen que cuidarse. 

—¿Qué es lo que tiene prohibido un jugador antes de un clásico?

AC:—La comida picante, condimentada. Por lo menos en las horas previas a los partidos, no pueden comer eso. 

HM:—El dulce de leche, porque cae pesado. 

—¿Cuál es el plato preferido de los jugadores de Gimnasia?

AC:—El bife de chorizo y la tarta de jamón y queso. Son dos comidas que comerían todo el tiempo, estoy segura. Cocinamos empanadas de jamón y queso también.

—¿Y en Estudiantes?

HM:—Lo mismo. La tarta de jamón y queso siempre la piden. Es simple, pero la diferencia está adentro. No es la misma que hacemos en casa; es más completa la que le hacemos a los chicos. El secreto está en el relleno y la cantidad que le ponemos.

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