Un León en la trinchera
“Nos enterábamos por cartas del resultado de Estudiantes”
A 39 años del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas, Carlos Alberto Tarsitano, fanático de Estudiantes y excombatiente, recordó aquellos días de otoño de 1982, mientras el equipo de Bilardo se formaba para luego pelear el campeonato y consagrarse meses después.
Para muchos hinchas de Estudiantes, enterarse en la actualidad del resultado de un partido basta con tocar la pantalla de un celular o seguir el resultado al instante por la red social del pajarito. Sin embargo, esta posibilidad no existía hace 15 o 20 años atrás, y mucho menos hace cuatro décadas, cuando algunos soldados argentinos de La Plata les tocó seguir la campaña del equipo de Bilardo en la trinchera defendiendo la patria.
Este es el caso de Carlos Alberto Tarsitano, un excombatiente, fanático de Estudiantes, y que creció en la zona de 22 y 60. Siendo todo un adolescente, a Tarsitano lo fueron a buscar con un camión del ejército una tarde de aquel otoño de 1982 para llevarlo a guerra, pese a que había terminado la instrucción y ya había hecho el servicio militar.
Fue un héroe sobreviviente de aquella guerra, en la cual muchos soldados lograban un pequeño instante de dispersión leyendo cartas y enterándose del resultado de los partidos de fútbol por el contenido de las mismas, que muchas veces llegaban con varios días de atraso.
“Los días que jugaba Estudiantes nos íbamos enterando porque mi hermana Alicia solía escribirme para contarme el desarrollo del partido y me trascribía el resultado final”, explicó Tarsitano con relación a la forma en la que pasaban los días antes de que llegaran los enfrentamientos.
Con relación a la experiencia en el combate y al significado de la guerra en su vida, por todo lo que le tocó vivir, el soldado argentino y actual vecino de La Plata consideró que “han pasado ya 39 años, pero en lo que a mí respecta, la reflexión que tengo es que las guerras son una locura. Fue una decisión de unos pocos que sufrimos muchísimos. En aquel momento, hace 39 años, sostenía lo mismo cuando estaba en las Islas. Y hoy pienso lo mismo. Cada vez estoy más convencido de que es así”.
Las huellas de los combates, sin embargo, han quedado en la piel de este “León en la Trinchera”, que junto a otros soldados de La Plata y la región se hicieron fuertes escuchando historias y leyendo cartas de los familiares y amigos que estaban en el continente.
“Por suerte tuve la posibilidad de charlar todo lo que pasó allá en el Sur. Pero no dejo de reconocer que mi vida se dividió en dos: una antes de ir a la guerra y otra muy distinta después”, detalló el excombatiente que seguía los partidos del equipo de Estudiantes que luego se terminaría consagrando con Bilardo en febrero de 1983.