Abel Pintos: “Me influyeron mucho los artistas drag que se presentaron”

Así lo afirmó el talentoso cantante sobre una de las disciplinas que desconocía hasta su ingreso a Got Talent Argentina, que comenzó el lunes.

Abel Pintos es uno de los jurados de Got Talent Argentina, que todas las noches por la pantalla de Telefe trae grandes artistas de todo el país. Diario Hoy dialogó con el cantante en pleno boom del reality conducido por Lizy Tagliani, que marcó, en su lanzamiento, casi 20 puntos de rating.

—¿Cómo es para vos sumarte a este programa como jurado?

—Fue una linda experiencia en primer lugar. Fue muy nutritiva, aprendí mucho, aprendí de mis compañeros, aprendí de los participantes, aprendí hasta de mí mismo porque me vi envuelto en circunstancias, en situaciones en las que tuve que resolver conceptos que de repente cuando terminaba decía mirá, nunca lo había visto de esta manera, y este artista vino y me llevó a poder entenderlo y analizarlo de esta forma. Es muy interesante para mí, me siento muy agradecido. Nunca nos damos gracias a nosotros mismos, yo me siento muy agradecido conmigo mismo por haber aceptado este desafío.

—¿Qué cosas te sorprendieron que hace mucho que no veías?

—Que nunca había visto. Me influyeron mucho los artistas drag que se presentaron. Yo había escuchado un poco de cierto concepto, pero nunca había sido testigo, ni mucho menos había conocido más profundamente el concepto artístico. Más allá de que es una disciplina muy especial porque se mezclan especialmente los conceptos artísticos con las emociones, con el tránsito emocional, con el tránsito psicológico, con el tránsito espiritual, y me impactó mucho. Aprendí mucho en las oportunidades que tuve, les agradecí mucho a los participantes porque fueron muy pacientes conmigo, yo les hice saber abiertamente que estaba aprendiendo mucho y que fueron muy pacientes y se los agradecí. Eso me enseñó mucho.

—En tu rol de jurado, ¿con qué criterios entraste? ¿Cómo fue el juzgar a los participantes?

—Fue fundamental la primera charla que tuvimos entre los cuatro jurados, incluyendo a Lizy porque ella fue parte de este equipo de jurados, aunque su rol no era juzgar, no importa, estuvo ahí. Esa charla fue fundamental porque preestablecimos un concepto, casi una ley. Dijimos: “Tenemos que ser nosotros y solamente nosotros. La producción nos dio, por supuesto, carta libre de hacer, decir y pensar lo que querramos, no hay ningún tipo de bajada de línea. Entonces seamos eso. En este caso nos toca estar en el frente de la cámara pero no nos toca trabajar para la cámara, no pensemos en lo que el público va a pensar, no pensemos en lo que van a pensar en casa, cuando lleguemos y les contemos o cuando lo vean, nada, vamos a sentir lo que nos pasa con cada participante y sostengamos eso”. Y esa fue una charla fundamental porque los cuatro conectamos en ese lugar. Y nos permitió tomar ese criterio fundamental. Luego, con cada participante, los criterios eran para cada participante, porque vinieron muchos artistas a revalidar su talento, después de recorrer un camino largo, pero siempre sin la oportunidad de una ventana popular tan grande como esta. En lo personal, cuando yo me daba cuenta que eso era así, me ponía más técnico, más punzante, iba más al fino, porque no sos un principiante, ya sabés lo que hacés, entonces podrías hacerlo un poco mejor. En cambio con los artistas que vinieron a descubrirse, a esos artistas los acompañamos más, y con esos artistas trabajamos más en darles herramientas y también darles votos de confianza. Trabajamos mucho en este programa desde lo emocional, sin ponernos en ningún rol que no nos pertenece, pero sí trabajamos mucho acompañándolos y sosteniéndolos.

—Te vemos distinto, desde la vestimenta, brillos, otra ropa. ¿Cómo surgió esto? ¿Influyó en algo el programa?

—Yo nunca me veo igual. Si voy a un festival lo siento de una manera, en un teatro lo siento de otra, en un estadio lo siento de otra manera. Para esta situación quise respetar eso que me pasa. Entonces hablé con Ana Laura Espósito, que es quien trabaja conmigo a diario en la parte estética, y le dije: “Yo quiero seguir cumpliendo esta ley”. Y me dijo: “Bueno, ok, ¿qué sentís con el programa?”. Y le dije que es un desafío enorme para mí. Todos los días va a ser un desafío. Entonces me explicó que no hay mejor manera, entonces, que tomar desafíos estéticos porque es la forma que la gente vea desde fuera lo que está pasando dentro tuyo. Y me pareció perfecto. A partir de ahí empezó a volar, es una creatividad increíble, tiene un equipo de gente que trabaja maravillosamente bien. Y empezamos a buscar, tomar riesgos con la ley esta, de que me identifique, que me haga sentir cómodo y que hable de mí y de lo que me está pasando. Entonces, a mí me pasaron muchas cosas desde el programa y al vestuario también (risas).

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