Entrevista exclusiva

Catherine e India Oxenberg revelan detalles del drama que vivieron

Madre e hija son las sobrevivientes de una pesadilla. Mientras se recuperan del abuso, la serie que las tiene como protagonistas expone una vez más las miserias y violencia tras el culto Nxivm.

Nada haría suponer a Catherine Oxenberg que introducir a su hija India en un grupo para empoderarla terminaría en la peor de las pesadillas imaginadas.

Durante varios años luchó para sacarla del terrorífico culto Nxivm, liderado por Keith Raniere, y si bien ella contó su historia en Captive, libro que desa­rrolla el relato de su particular misión para rescatarla, ahora en StarzPlay se estrena la serie documental Seduced: Inside the NXIVM cult, que profundizan su lucha, pero también su fuerza, resilencia y amor y la importancia de alertar sobre estos cultos a todo el mundo.

Diario Hoy dialogó con ellas para saber más de este proyecto.

—¿Cómo están conectadas ahora como madre e hija?

— Oxenberg: Estamos muy cerca como hija y madre, nos amamos muchísimo, siento una enorme gratitud por lo que mi mamá hizo por mí, me devolvió a la vida. Nos respetamos mutuamente y sabemos que fuimos testeadas, y nos seguimos amando.

—Catherine Oxenberg: ¿Necesitás que te responda? (risas). Estoy muy agradecida de tenerla de nuevo, porque en un momento pensé que no la iba a tener cerca nunca más de nuevo, la garantía que el amor entre una madre y su hija no se puede quebrantar es algo ingenua, porque hay grupos y gente que destruye el amor, familias, y personas y espero que esto no vuelva a pasar jamás.

—¿Cuándo decidieron que era hora de contar esta historia?

—IO: Me llevó un tiempo, cuando salí del culto me concentré en mi sanación y recuperación, y durante un tiempo me sentía que no estaba preparada para hablar, y me sentí sí con ganas de escribir, eso me hacía sentir segura. Cuando me presentaron a Cecilia y las otras realizadoras involucradas en Seduced, me compartieron su mirada y además iba a ser un equipo femenino el que llevara adelante el proyecto, enfocándose en la cohesión, el control de los grupos y el abuso de poder. Me sentí cómoda y segura para contar mi historia con ellas y con esa misión.

—¿Qué cosas sabían que iban a contar sí o sí en la serie?

—IO: No hubo algún no, excepto que por una cuestión de tiempo no pude compartir todos los abusos que me hicieron y experimenté, y me concentré en Keith. Igualmente, en la serie está casi todo lo que expresé, pude sacar mucho de mí en ella.

—Durante el proceso, ¿sentís que te sanó participar de Seduced y contar lo que te pasó?

—IO: Fue duro, muy duro, porque hablar todo el tiempo del tema es problemático, en un punto te empoderás y te sentís bien, pero lo que te empodera es poder hablar y compartir la serie al mundo, porque siento que estoy habilitada para hacerlo. Mientras hacíamos el programa era más una suposición, pero ahora es real, ya se puede ver, me siento expuesta pero muy motivada para seguir hablando.

—¿Cómo es tu vida ahora? ¿Fue complicado “rearmarte”?

—IO: Fue por etapas, no pasó todo de una vez y ya. Primero ni estaba capacitada para hablar sobre eso, después vino un proceso con terapias, algunas funcionaron, otras no, después hice terapia física, para reconstruirme físicamente y fortalecerme, después hice más terapia hablada, pasé horas y horas dialogando y charlando con mi mamá, fue mucho trabajo, mucho, sanar no es fácil y es continuo.

—CO: Es como pelar una cebolla, porque se la adoctrinó para otra cosa, entonces hay que deconstruir capa por capa.

—IO: En el grupo te cambian la personalidad, entonces cuando salís tenés que intentar volver a ser aquella que eras, es difícil, tenés que volver a ser quien eras no quien ellos te decían que eras.

—CO: Es difícil, viendo el dolor que atravesó, como una montaña rusa, ella luego sintió mucho miedo, esquizofrenia.

—IO: Llegué a tener tendencia hacia el suicidio, es terrible.

—CO: Es una crisis de identidad la que padecen, es muy aterrador.

—IO: Para aquellos que salimos de este tipo de situación, aun siendo valientes, la peor parte es que la otra gente te juzga, te rechaza. Tenía miedo de hablar, porque sabía que iba a recibir mucha negatividad de la gente, pero por suerte fue lo contario, claro que mucha gente, mala, me dio comentarios negativos, la gente es mala, pero por suerte recibí positividad y esperanza de muchos.

—En el primer episodio te mostrás googleando tu nombre, ¿es complicado manejar esa información que se dice sobre vos en los medios?

—IO: Duele, soy una persona, un ser humano, las cosas malas que dicen sobre uno duelen, y si bien no terminarán, tengo que alejarlas, o dejarlas correr, entendiendo que esa maldad es así de pequeña comparada con la bondad que existe en el mundo. Soy una persona optimista, me gusta ver el bien en la gente, experimenté la parte oscura cuando estaba en el culto, y ahora afuera, con todo lo que aprendí, tengo que dejar de lado eso.

—Sos muy valiente, y este programa y tu testimonio seguramente servirán para que otras jóvenes puedan animarse a hablar ¿cómo continúa tu camino?

—IO: Esa es mi meta, que nadie se involucre jamás en este tipo de cultos, nunca, eso sería una victoria para mí. Mi madre ahora creó una fundación, aún antes que saliera de Nxivm, para que aquellas que salgan de esos cultos puedan tener terapia y recursos para rearmar sus vidas.

Ahora trabajamos juntas en ella, consiguiendo fondos, porque cuando se sale de un culto, la mayoría de las veces, no tienen dinero, perdieron sus carreras profesionales, sus contactos, amigos y comunidad, no tienen nada, cero, entonces tienen que rearmarse totalmente, así que estamos trabajando para conseguir más fondos para ellas. Tenemos una página que está posteada en el Instagram de mi madre, es catherineoxenberg.com y pueden donar allí lo que quieran.

—¿Cómo es un día en tu vida ahora? ¿Volviste a cocinar?

—IO: Si, de hecho, como perdí mucho tiempo de mi vida por esto, soy una afortunada. Tengo un novio que es chef, que de hecho me llevó a Argentina, estuve en Buenos Aires en enero, comimos carne, tomamos vino, hice todo lo que no pude durante mucho tiempo, estoy agradecida por lo que puedo hacer y hago ahora.

La realeza, Dinasty y una pesadilla impensada

Años le llevó a la estrella de Dinasty que su hija saliera del culto encabezado por el depredador sexual Keith Raniere sentenciado ayer a 120 años de prisión.

—En la serie contás lo doloroso que fue para vos introducirla en Nxivm, ahora que está al lado tuyo ¿qué sentís?

—Catherine Oxenberg: Tengo muchas emociones, y claro que la culpa siempre estará rondando, nunca se irá, pero me siento bendecida de poder estar nuevamente con ella. Hay muchas familias que aun están luchando por recuperar a sus hijas, están quebradas, y nunca se vuelve a hacer como antes, porque el daño es muy profundo. Siento que somos afortunadas, gratitud, bendición, es lo que siento, porque creo que no hay nada más poderoso que el amor y la familia.

—Y más en este momento extraordinario que vivimos por la pandemia, el mensaje es aún más poderoso…

—CO: Gracias, sentimos eso.

—India Oxenberg: Nos sentimos afortunadas de tener nuevamente nuestras vidas, y esta pandemia de la Covid-19, además, nos enseñó qué es lo realmente importante, el tiempo, la familia, el amor.

—Catherine, no puedo no preguntarte por Dinasty, ¿qué recuerdos tenés del programa?

—CO: Aun cuando era parte del programa, con millones de espectadores alrededor del mundo, yo pensaba que tenía que haber una razón para estar en él y tener esa fama, y en perspectiva, 30 años después, si yo no hubiese tenido la posibilidad para exponer al culto en los medios, no hubiese tenido la visibilidad necesaria

—Todo está conectado entonces…

—CO: Claro, Dinasty me permitió estar junto a mi hija de nuevo.

—IO: Le permitió llamar la atención sobre algo que todos estaban ignorando, muchos trataron de exponer y denunciar a Nxivm y no tuvieron éxito y mi madre lo pudo hacer a fuerza de insistencia.

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