entrevista

Damián Szifrón: “Mi pueblo es el cine”

Tras embarcarse en la nueva versión de El hombre nuclear, que finalmente nunca se realizó, el director vuelve con una intensa propuesta hablada en inglés.

Sin dudas uno de los más talentosos y queridos realizadores de la escena nacional e internacional, Damián Szifrón, regresa a los cines con el thriller Misántropo. Rodada en Canadá, la película es protagonizada por Shailene Woodley y Ben Mendelsohn. Por acá, cuenta a Hoy detalles del proyecto.

—¿Cómo surge la historia de Misántropo, donde personajes rotos igual intentan encontrar la verdad?

—A partir de algún momento de la vida, te pasará también, hay situaciones que te van dañando y te vas sintiendo resquebrajado, frágil, vulnerable, y todos los personajes en esta historia son así. Me daban ganas de visitar un tono maduro, y creo que con respecto a cosas que hice antes, inspiradas en cosas que me marcaron de chico, impresiones que no se me fueron más; no cuestiono esos gustos de mi infancia porque los siento nobles y puros, sin la conciencia de la crítica o de que me iba a dedicar al cine, a la dirección; o sí, pero pensaba que iba a tener un videoclub. Y estas películas me impactaron desde siempre e imagino desde ahí, como esos directores de los cuarenta que citaban a sus pueblos para narrar, y yo cito el cine porque mi pueblo es el cine, el videoclub, Lavalle, desde ahí. Y en relación a cosas que hice antes, me parece que hubo una variación de tono, que la recuerdo cuando escribí el cuento de Relatos salvajes. La propuesta, que protagoniza Oscar Martínez, tiene una madurez, un drama diferente a los otros relatos, que me capturaron y subyugaron y disfruté mucho al escribir, pero en este cuento había algo teatral, más maduro, y me gustó. Y al abordar Misántropo, lo hice desde ese lugar, por eso me parece natural que la asocien con thrillers como Seven, Harry el sucio y El silencio de los inocentes. Sé que va a surgir eso, pero para mí es un drama institucional, y el corazón de la película es la relación entre Lamarck (Mendelsohn) y Eleanor Falco (Woodley), la protagonista, en el corazón de una institución en la que la tensión está puesta en la pérdida de tiempo, la pérdida de energía y dirección que tienen que padecer por transar o dialogar con pedidos estrambóticos y ridículos de gente aferrada al poder, que quiere mostrar resultados independientemente de si esos resultados tienen una base sólida o no. Y esa estupidez reinante en la institución los lleva a desviarse o perder foco de la investigación en sí. Y en ese sentido, las razones detrás del homicida también están vinculadas con ese sistema, con el abuso corporativo, la estupidez mediática. Y creo que tiene que ver más con eso, un drama institucional, que está inmerso en un thriller con un asesino que es un fantasma increíblemente entrenado, a diferencia de las tragedias que se suceden en Estados Unidos, que tienen que ver con una persona que compró un arma y sale a disparar; pero acá es más Jason Bourne suelto matando gente, un enemigo muy difícil de detener. Por eso para mí las referencias son más Terminator o Tiburón, donde el mal es una fuerza que no se va a detener, con la que no podés negociar y que no habla tu mismo idioma, y ese elemento implacable está presente en este villano también.

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