David Carradine, un rebelde sin causa

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la actuación, diario Hoy recuerda al líder de las películas abocadas a la acción.

Corría el 2009 cuando David Carradine aceptó un trabajo que lo devolvería a escena. Se trataba de un proyecto audiovisual titulado Stretch, que se rodó en Bangkok y es por ello que allí se instaló allí para estar en cercanías.

De esta manera, eligió un hotel de primera línea en esta zona tailandesa para transitar estos días y luego regresar a su país de residencia, Estados Unidos. Sin embargo, la paz de la travesía quedó trunca cuando el hombre debía ser despertado por una camarera que tenía esa tarea una mañana de junio. Al no obtener una respuesta, se adentró en la pieza y descubrió una tragedia sin igual. Sucede que este famoso se encontraba desnudo, amarrado a un poste dentro del placard junto a una soga que unía sus genitales y el cuello. Ante la llegada de las autoridades policiales y sanitarias a la escena del hecho, la primera observación fue que se trataba de un suicidio pero no estaba el caso cerrado. Tiempo después, se revisó el hecho para culminar en una carátula que fue muerte por asfixia autoerótica. En este contexto de tristeza y dolor, la esposa del difunto, Annie Bierman, inició un juicio contra la productora responsable de la cinta por negligencia e incumplimiento del contrato. Sucede que la noche en que ocurrió la tragedia, el hombre debía salir a una cena junto al director pero el asistente que estaba responsable de ordenar las agendas, reunir a las estrellas, organizar los traslados y la cena, no hizo bien su trabajo, teniendo errores fatales como consecuencias. Sin quedarse quieta, la cuarta esposa de David también inició una demanda al respecto, se trata de la actriz Marina Anderson. Explicó que investigó la causa porque no creía las explicaciones del caso. Es más, afirmó que David nunca hacía actividades en soledad, por el contrario prefería las prácticas sexuales en participación con otro.

Repleto de antecedentes artísticos, su legado más grande y personaje icónico fue su interpretación en la producción televisiva Kung Fu, donde supo cosechar una amplia fortuna y convertirse en un referente de culto, a propósito de esta recordada serie, se anunció que próximamente se realizará una nueva versión. Con la fortuna recogida por el programa invirtió en bienes raíces, construyó su casa en Los Ángeles y no dejaba de trabajar. Además mantenía una dieta equilibrada, entrenaba y quería verse saludable.

Desde su juventud, solo pensaba en disfrutar de la vida pero jamás se imaginó en hacer una carrera en el arte. Tras el éxito al protagonizar una obra de teatro, luego volvió a la TV y así creció en la profesión. Sin tapujos, el actor vivía como quería y no tenía pruritos a la hora de enviar al demonio a los personajes que dirigían o producían las películas. Con una trayectoria algo estancada debido a la selección de proyectos y la rebeldía contra los esquemas de Hollywood, David Carradine fue contactado por el director cinematográfico Quentin Tarantino para que se pusiera en la piel de un villano que lideraba una banda de asesinos a sueldo. Además estaría acompañado por un elenco estelar como Uma Thurman, Lucy Liú, entre otros. Esta edición fue exitosa y su presupuesto se acrecentó, como también su fama. De igual forma no conciliaba la paz y se habría volcado a viejas costumbres poco saludables. Luego del éxito, la película tuvo una segunda parte que también resultó exitosa alrededor de todo el globo terráqueo y ahora es considerada una obra de culto, quizá próxima a tener una nueva parte.

Apasionado por el arte marcial, la música y la filosofía, David fue un apasionado que supo vivir al límite. Exitoso en el trabajo, también conquistó a las cinco esposas que tuvo, con todas terminó en excelentes condiciones y entabló una amistad intensa. Además fue un padre presente con sus herederos que trabajan en el arte. Ellos, luego del encierro, decidieron revisar sus pertenencias y descubrieron los proyectos pendientes que faltaron. Así hubo un libro de cocina, una serie y un filme que databa desde los años 70. Pero también la intención de participar de un reality show de baile emitido por la pantalla chica de Norteamérica, que contaba de la participación de famosos en un concurso de danza.

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