entrevista

Diego Gentile: “No hay una sensación que pasó una década”

El actor protagonista de uno de los episodios más recordados de la película reflexiona sobre su rol y todo lo que vino después.

El talentoso Diego Gentile junto a Érica Rivas son los protagonistas de Hasta que la muerte nos separe, una de las historias más recordadas de Relatos salvajes. Hablamos con Gentile para saber más detalles de su participación en la película de Damián Szifrón, una de las más taquilleras del cine argentino.

Para los que aún no conocen el relato que protagoniza, transcurre en una celebración de casamiento en el que las cosas se salen de control cuando la novia (Rivas) detecta que algunas actitudes del novio (Gentile) hacia una invitada podrían significar algo más.

—¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza de Relatos salvajes?

—Mucho disfrute, fue algo de mucho disfrute. La previa, cómo me enteré que iba a ser parte, después como muy de disfrute el rodaje, el estreno, lo que pasó después. Entonces me parece eso, disfrute, algo muy lindo.

—¿La volviste a ver?

—En su momento la vi varias veces en el cine. Después no la vi entera. Siempre que la agarrás un poco o te quedás viéndola. Hay algo como, pasaron 10 años, pero lo hablábamos antes, no hay una sensación que pasó una década. Porque estuvo tan presente a lo largo de todo este tiempo y no es una película que estuvo guardada en la cabeza de la gente y de golpe... ¡Uy, mirá, pasaron 10 años! Nos juntamos para celebrarla. Porque aparte, a nosotros, los que la hicimos, delante y detrás de cámara, fue un trabajo de nuestro oficio muy importante, claramente. Pero hay gente que te cuenta como: “es la primera vez que fui al cine con mi hijo”, es decir, le significó, le remite a un momento de mucha felicidad en sus vidas. O “fue la última película que vi con mi viejo”, siempre me llegan anécdotas donde relatos están muy presentes en momentos importantes de la vida de la gente que uno, a veces, como hacedor, no se da cuenta de lo que puede generar algo que hace. Porque uno lo hace, lo suelta y quiere más o menos un trabajo, pero ahí no se da cuenta de lo que formó parte, cómo puede afectar la vida de la gente. Eso es muy mágico del trabajo.

—Yo recuerdo muchas críticas durante el estreno original que hablaban de la violencia y ahora se reestrena y es como que tiene más sentido todavía… Hay algo visionario. No es que es ficción y demás, pero uno lo ve todo el día…

—Todo el tiempo, siempre titulan con Relatos salvajes en noticieros: “otro relato salvaje en Constitución, en Belgrano”, siempre tenés un colectivero que va a estar con un palo, un matafuego, una señora tirando algo de un balcón. La película quedó como referencia titular que te lleva directo a entender lo que vas a ver en la noticia. Te instala directo en el estado de una persona. Te lo define mucho. No es furia, es relato salvaje.

—Más allá del reestreno de Relatos salvajes, vos siempre estás con muchos planes, ¿cómo sigue el año de trabajo?

—Ahora estoy actuando en Microteatro. El mes que viene voy a estar dirigiendo ahí también, estoy preparando un unipersonal para febrero que se llama Luchar contra la tristeza, hermoso, dirige Juan Serrauch y escribió Andrés Gallina. Es como una autoficción que iba a empezar en ficción y terminó siendo como una autoficción hermosa que creo que vamos al Nun.

—¿No estás de gira?

—Terminamos en Mar del Plata la semana pasada con Largo viaje de un día hacia la noche, hicimos esa pequeña girita después de dos temporadas en el teatro San Martín.

—¿Y tenés pendiente algo de estreno?

—No, lo último que se entró fue la de Bill 79, el año pasado, el último audiovisual que hice.

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