“Esta cosa de que el tango o la milonga suenan a viejo es un prejuicio impuesto”

Así lo aseguró Rodrigo de la Serna, quien actualmente gira por el país con El Yotivenco, su proyecto musical que rescata ritmos como la milonga y el candombe

Corría el año 2000 cuando, por una casualidad, Rodrigo de la Serna y Juan Hermelo comenzaron a juntarse a zapar unas cuantas canciones. Mientras la amistad crecía y se afinaban los estilos con ritmos de candombe, milonga y gatos cuyanos, nacía El Yotivenco, un proyecto musical cuyo nombre surgió de un juego de palabras del lunfardo (el reordenamiento de las sílabas de “conventillo”). El grupo terminó de conformarse en 2005. Al principio, en un formato de dúo, hacían un número de varieté en el que tocaban y actuaban, interpretando a un matrimonio de tangueros fracasados en el que Juan hacía de esposa y Rodrigo, de marido. También se presentaban en bares barriales a la gorra y hacían espectáculos e intervenciones callejeras con otros músicos, combinando géneros como la milonga y el son cubano.

Luego se sumó Blas Alberti en la guitarra y la formación comenzó a dejar la actuación de lado para pasar a hacer solo música. Al proyecto se le fueron añadiendo diversos músicos, amigos e invitados. Finalmente, con Fabio Bramuglia, se consolidó el cuarteto que actualmente gira por todo el país. El próximo lunes 21, aprovechando el feriado, la banda presentará Estilos criollos en el Teatro Astral de Buenos Aires. En un mano a mano con diario Hoy, Rodrigo y Juan hablaron sobre el estilo que le impregnan a los ritmos que forman parte de nuestra herencia cultural.

—¿Por qué eligieron ritmos como la milonga, el tango y el candombe?

Juan Hermelo:—Lo pensamos antes de formarnos como grupo. A mí me tocó por una historia de vida, igual que a los compañeros de la banda, y eso derivó en el grupo.

Rodrigo de la Serna:—Cuando empezamos a tocar con Juan era el año 2000 y había pocos músicos de nuestra edad dedicados a esos ritmos, cosa curiosa porque es una música que heredamos naturalmente. No debería ser un caso raro que dos jóvenes, en aquel entonces de veinte y pico de años, comenzaran a tocar esa música, pero lo era. No había mucha visibilidad. Me acuerdo de que estábamos en la casa de Chiqui (Franco Tirri), un colega de Okupas, y yo estaba con mi guitarra tocando milonga. Entonces llegó él (por Juan) con un tambor de candombe y fue amor a primera vista.

JH:—Al otro día estaba en mi casa. Me acuerdo de que yo vivía en un conventillo, me asomé por el agujero que había en la pared y ahí estaba Rodrigo, sonriendo con la guitarra en la mano (risas).

RS:—Son ritmos que nos identifican, al margen de que somos rockeros. Nos volcamos al estudio de este tipo de música y hemos forjado una gran amistad.

—¿Buscan rescatar las tradiciones?

RS:—Es una manera de conectar con cuestiones sagradas. Hoy hay una industria cultural que te impide un poco conectar con eso, con nuestra historia y nuestra identidad cultural. A través de la música, nosotros intentamos hacerlo.

—¿Cuántas de sus vivencias del barrio de la infancia, relacionadas con el tango y con otras épocas, tienen que ver con su repertorio?

RS:—No es de otras épocas. Las historias siguen siendo las mismas, de los mismos barrios. Las músicas y ritmos siguen vigentes. Esta cosa de que el tango o la milonga suenan a viejo es un prejuicio impuesto. En todo caso, el rock también es viejo.

—A la hora de elegir el repertorio, ¿a qué apelan?

JH:—A todo. Que guste, que nos quede, que nos motive. Por suerte, actualmente podemos romper con esa lógica de que si hacés esto no podés hacer lo otro. Escuchamos de todo. Yo soy profesor de música clásica, por ejemplo.

RS:—Nuestro formato es tres guitarras y un guitarrón y eso limita mucho el repertorio que hacemos. Milongas, tangos, chamarritas, gatos cuyanos, candombe. Estamos en un muy buen momento, nos sentimos muy sólidos. Por eso, la fecha que daremos en el teatro será una celebración de eso, una fiesta nacional y popular. Un festejo de lo nuestro.

—En tu caso, Rodrigo, ¿de dónde nace tu deseo de hacer música, siendo que le dedicás mucho tiempo a la actuación?

RS:—Desde chico la música estuvo muy presente en mi casa. Mi vieja es licenciada en Artes y ella estudiaba y escuchaba mucha música barroca, brasileña. Pero además, bajaba al almacén a comprar galletitas y estaban las milongas y los fuelles ahí. Luego empecé a estudiar guitarra a los 18 años. En el año 2000 me crucé con Juan y empezamos a desarrollar lo que es El Yotivenco. Le dedico el tiempo que puedo a esto que me apasiona mucho también.

—¿Con qué se encuentra el público en las fechas de El Yotivenco?

RS:—Se van a encontrar con música argentina, criolla. Vamos a pasar por diferentes ritmos, de temas románticos a más picantes. Va a haber candombe, murga, orquesta. Va a haber muchas cosas.

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