“Estamos muy entusiasmadas con lo que viene pasando con la obra”

Así reflexionó Tamara Tenenbaum sobre la obra qure escribió y que protagoniza Violeta Urtizberea

Durante una charla íntima con diario Hoy, Tamara Tenenbaum reveló los detalles de Una casa llena de agua, la obra de teatro de su autoría que está protagonizada por Violeta Urtizberea. Este viernes, a las 21, la función tendrá lugar en el Teatro Municipal Coliseo Podestá, ubicado en 10 entre 46 y 47.

—¿Bajo qué condiciones surge este escrito? ¿Qué características tiene en particular que podés precisar?

—Esta obra sale de un cuento que está en un libro mío, Nadie vive tan cerca de nadie. Un verano empecé un taller de dramaturgia con Romina Paula y cuando llegó el momento en que yo tenía que llevar algo para leer me di cuenta de que no tenía nada para llevar, así que armé algo para llevar con el cuento ese, que tenía como protagonista a una niñera. Romina me dijo que le parecía muy atractiva la idea de una niñera monologando y contando las cosas más escabrosas, como que ella nunca había pensado en eso, en que tu bebé pasa una cantidad de tiempo con alguien que anda a saber qué le cuenta, así que decidí seguirla, y después trabajé el texto más en detalle y en clínica con Mariano Tenconi Blanco. Fue un proceso largo y muy formativo para mí, y cuando terminamos me dijo que la obra le gustaba mucho y que le interesaba producirla con Compañía Futuro.

—¿Cuáles son las tensiones que subyacen en la obra? ¿Cuáles son las aristas en boga?

—Creo que es una obra profundamente política, sin embanderarse demasiado detrás de nada (diría que ni siquiera detrás del ­feminismo). Hay tensiones de clase que aparecen muy al frente y también una tensión como más primitiva, algo que tiene que ver con el deseo. No es una tensión entre el deseo y el deber ser, sino más bien algo interno del propio deseo que la protagonista tiene que entender y organizar, y por supuesto fracasa, como fracasamos todos.

—¿A qué temáticas apelaste para poder escribir esta pieza?

—Cruza muchas temáticas en ­relación con los trabajos de cuidado y las mujeres, pero también la sensualidad y el dinero, concretamente cómo esas cosas se ­entremezclan.

—¿Cuánto de lo autorreferencial aparece en la obra?

—Muchas cosas, pero no historias concretas. Creo que sobre todo aparecen cosas que tienen que ver con la experiencia de ser una mujer joven que trabaja y sale con hombres, van apareciendo imágenes y anécdotas que recogí en mi vida, y también que les escuché a mis amigas. Pero no es una historia estrictamente autobiográfica.

—¿Qué energías te rodean en la actualidad con la buena recibida de la puesta en escena?

—Estamos muy entusiasmadas con lo que viene pasando con la obra. Es decir, nos sorprendió mucho, no porque no confiáramos en nuestro trabajo pero una nunca sabe, y las repercusiones son todas buenísima. Así que me dan muchas ganas de seguir haciéndola muchos años y también de seguir escribiendo teatro.

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