Ezequiel Campa, el rey del stand up

En diálogo con diario Hoy, el comediante recorrió sus inicios, presentó sus nuevos proyectos y reflexionó sobre la actualidad del humor.

Durante una charla íntima con este multimedio, el humoris­ta Ezequiel Campa dio cuen­ta de su incursión en el oficio del stand up y de cómo crea sus personajes y monólogos. Además, presentó las propuestas que está por estrenar.

—¿Cómo llegaste al teatro? ¿Bajo qué circunstancias se dio?

—La verdad es que fue un suceso que se dio bastante en solitario. Lo busqué solo, desde chico cuando iba al colegio me gustaba participar en los actos escolares. Me gustaba estar sobre los escenarios, siempre fue algo bastante natural para mí. De esta manera, por esa época, solito empecé a buscar cursos e intenté formarme lo más que pude. Mi idea, desde un principio, era ser actor de cine porque me gusta mucho esa disciplina. Quería ser como Marlon Brando, todo un actor dramático y que el público se emocionara con mi desempeño, todo eso. Después, la vida me fue llevando por otros caminos, más precisamente más por el de la comedia. De igual forma nunca me cerré, hice otras cosas de actuación que tienen que ver con otros géneros. Sucede que el stand up y otros personajes que hago en mis redes sociales me fueron llevando por la vida misma, hacia otras zonas. En síntesis, mi primer acercamiento fue en el colegio y en los cursos que elegí para formarme. Así, de a poco, fui haciendo obras de teatro independientes y empecé a trabajar. Así se dio el camino.

—En ese recorrido, ¿de qué manera te adentraste en el stand up?

—Mis inicios fueron viendo espectáculos, lo que considero que es una cosa fundamental para algo así porque es donde más se aprende. Por aquel entonces, yo no sabía que existía el stand up como género. Es decir, veía comediantes, escuchaba monólogos, pero pensé que era algo que hacían porque sí, de forma natural porque alguien era gracioso y podía escribirlo en formato monólogo. Ahí me di cuenta de que era todo un género. Ahí me di cuenta de que era algo donde podía poner mucho de lo mío como ideas, chistes que siempre me venían a la cabeza. Después, lo que pasó en el stand up es que encontré una manera de poder estar sobre los escenarios cada semana, cada día, cada fin de semana. También de poder trabajar y vivir de algo vinculado con la actuación. En mi caso, considero que hacer stand up es una manera de actuar. De esta forma, se fueron convirtiendo en una parte importante de mi vida laboral y creativa. Por último, mi acercamiento fue así, viendo espectáculos, viendo comediantes de afuera, riéndome mucho, disfrutándolos mucho y diciendo: “Esto me gusta, me interesa y creo que lo puedo hacer”.

—¿Cómo se innova en la actuación?

—No sé si es algo que, en mi caso, yo lo haya buscado en sí mismo. Considero que, quizá, la innovación viene por una cuestión generacional, por una cuestión de gustos y sobre todo con la chance de decir: “Esto no me gusta”. De esta manera, quizá uno se empieza a inclinar por algo, un gusto más personal. Es decir, cuando un artista se pone personal, seguramente va a aparecer algo muy original o algo que sea considerado como innovar. No sé si hay mucho por hacer, pues quizá todo esté inventado, pero no sé.

—¿Hay límites a la hora de hacer humor?

—Me parece que es una pregunta muy amplia. Da para largos debates y charlas. No sé si hay algún tipo de límites, si son morales, éticos. Es muy difícil de responder. Lo importante es que siempre haya un contexto. No sé si hay límites en el humor o dónde. No es lo mismo decir algo en un show de stand up que decirlo en la televisión, en el teatro o con un grupo de amigos. También es importante quién lo dice. A priori, no creo que existan los límites, pero me parece que está dado por alguien que no me hace reír.

—¿Cómo surge el personaje Dicky?

—Lo empecé a hacer cuando en el Congreso se debatía la ley del aborto. Lo que me pasó era que estaba en el barrio de San Isidro, en los árboles había listones amarillos que colgaban. Entonces, los vecinos me contaban que ese era el color de la bandera del Vaticano, siendo la manera de la gente de manifestarse en contra de este momento. Me pareció gracioso y divertido hacer un personaje de un rugbier de zona norte, blanco, acomodado, manifestándose en contra de un derecho tan importante como es el acceso al aborto. Además, su discurso se entrecruza con la religión y la violencia. Así surgió este personaje, empezó de a poco con grupos de gente que lo seguían y les parecía gracioso. De a poco fue creciendo, lamentablemente comenzaron a crecer las noticias de rugbiers involucrados en hechos de violencia, que lo sabía y observaba porque me crie jugando este deporte. De hecho, tengo cientos de recortes con estas noticias. Es un tema que me sensibilizaba porque jugué muchos años, conocí muy bien ese mundo.

Lamentablemente, luego sucedió lo de Fernando Báez Sosa, que incluso muchos pensaron que allí había nacido Dicky del Solar y me bardearon bastante, pero hacía dos años que lo hacía. Las repercusiones fueron inesperadas, encontré que, en principio, es muchísima la gente a la que le divierte, los hace reír y ese es mi principal objetivo. Mi principal objetivo es que con mi humor, de la manera que creo que puedo ser gracioso, a la gente le pase algo parecido. El resto es una consecuencia, de cómo llego a ser el comediante que soy. Las repercusiones son enormes.

—¿Cuánto ayudan las redes sociales a la hora de armar los guiones o de componer tus ­personajes?

—Creo que es una buena vidriera. Es decir, es una buena herramienta porque es una buena manera de mostrar el trabajo que uno hace. Yo trato de hacer en el teatro algo que sea distinto para que cuando la gente venga a verme no sea una extensión de lo que observa en las redes sociales. Seguramente, eso me juegue en contra porque habrá mucha gente que venga esperando encontrarse con lo mismo que ve. Para mí, el ­desafío es hacer algo distinto. Me parece que la experiencia y el esfuerzo que requiere ir al teatro merece que haga algo diferente y mejor, dentro de lo posible.

—¿En qué proyectos te encuentra este año?

—Acabo de lanzar mi nuevo show de stand up, que lo armé el año pasado. Ahora estoy de gira en la Costa, luego en Buenos Aires y en el interior del país por lo que resta del año. Luego vamos a estrenar con Dalia Gutmann una obra distinta porque no es stand up.

Noticias Relacionadas