entrevista exclusiva

Juan Minujín: “Los docentes en muchos casos hacen un trabajo que no tiene que ver con lo educativo”

El actor, uno de los más requeridos del momento, presenta una producción con la educación como eje para hablar de vínculos, drogas y la transformación posible.

Tras haber presentado este año varias producciones para plataformas, el talentoso intérprete Juan Minujín es el protagonista de El suplente, película que llega a los cines con la dirección de Diego Lerman y que se presentó con éxito en diversos festivales internacionales. Para saber más de la propuesta, diario Hoy dialogó con el actor, quien además, por estos días, trabaja en una serie biográfica sobre Guillermo ­Coppola.

—¿Cómo se prepara un personaje que, además, tiene tantas aristas?

—Hicimos muchas entrevistas con docentes, con Diego trabajamos mucho en eso, yo a su vez entrevisté docentes de la facultad, de ­colegios que están en barrios populares. Después mucho trabajo en conjunto para entender cómo relatar un personaje atravesado por muchas cosas, porque tiene esa crisis personal, se le está muriendo el padre, la hija se le empieza a ir de las manos, sus decisiones empiezan a ser otras, así que fue un trabajo muy intenso sobre el guion con Diego y en entrevistas.

—El personaje genera por momentos empatía y por otros rechazo, por ejemplo en las exigencias hacia su hija, ¿es difícil desandar ese camino como intérprete?

—Ese es un poco el chiste: trabajar un personaje que tiene tantas contradicciones, es autoritario con su hija, quiere manejarle la vida, también a su padre, es un personaje que quiere controlar más que lo que puede ­controlar.

—No lo puede hacer ni siquiera con él mismo…

—Claro, y de pronto lo lanzan a un lugar donde las reglas son distintas, no está en la Universidad de Buenos Aires en una cátedra donde todos quieren escucharlo, acá a nadie le importa lo que hace, a los adolescentes no le interesa lo que hace o dice, tiene que empezar a ganar terreno ahí y es un personaje que se ve enfrentado a todas esas cosas, por eso el trabajo de Diego es tan fuerte en el guion y fuimos en ese sentido.

—Además, la película pertenece a un género particular de “películas de profesores”, pero, el plus es su toma de posición política frente a lo que relata...

—Creo que es un personaje que tiene claro el uso de la educación como herramienta de transformación, en la universidad, y en un punto más básico el secundario, y la mirada política y toma de posición tiene que ver con eso, con poner en valor o la mirada en un trabajo que está medio desvalorado, o con una mirada romantizada, sobre los docentes, quienes están, como trabajadores, precarizados, y en muchos casos hacen trabajo que no tiene que ver con lo educativo, sino simplemente están a cargo de formar una red de contención social, y poner el ojo ahí es una toma de posición política. Además las contradicciones a las que están enfrentados esos docentes, con chicos amenazados por el narcotráfico, que están metidos en el medio, que son hijos de narcotraficantes del barrio, las fuerzas de seguridad en la puerta de la escuela, ya hablar de eso es poner una mirada política.

—Por tu trabajo en El marginal recibiste muchas críticas asociadas a la romantización de la violencia, por ejemplo, y acá está el otro lado, la solidaridad, la ayuda...

—Hay un trabajo acá de Diego de años y yo me incorporé dando cuenta de cómo los docentes tienen un rol muy activo, no solo dar la clase e irse, lo hacen con una convicción muy fuerte, buscando, por ejemplo, en pandemia y en pos pandemia, a los chicos para que vayan a estudiar, y todo eso a mí me resultó muy fuerte, es conmovedor verlo, acá no hay una romantización de ninguna cosa, sino poner el ojo y contar una historia desde la intimidad desde un ­personaje, porque claramente no es una película de denuncia.

—¿Cómo trabajaste con Alfredo Castro para lograr el vínculo tan cercano?

—Alfredo es un actor que yo admiro mucho, desde Tony Manero en adelante, y cuando Diego me confirmó que iba a estar él, me pareció un regalo de la profesión tener un vínculo con él. Es un actor, además de compañero, de una sensibilidad enorme, y el intercambio con él me pareció muy enriquecedor, que sumaba a la línea del vínculo entre su personaje y el mío, que eso además inunda la película haciendo que no sea nada más una película de escuela.

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