Juan Sebastián Quebrada presenta El otro hijo
El director estuvo en Mar del Plata durante el estreno de la película.
Este jueves llega a los cines El otro hijo, película de Juan Sebastián Quebrada, que tras su paso por San Sebastián llegó al 38 Festival Internacional de Mar del Plata y hablamos con él.
—¿Cómo surge el proyecto?
—El otro hijo surge de un evento personal y, digamos, que yo antes había hecho unos trabajos previos, entre ellos Días extraños, acá en Argentina, y a partir de Días extraños hice un cortometraje y lo que sentí cuando terminé el cortometraje fue el tema que quiero tratar ahora, la muerte. No existía otra cosa. Que a mí, de verdad, pues, me da igual hacer otra película, solo tenía ganas de hacer esta, a pesar del complejo que era para mí obviamente hacerla. Cuando estaba en todo el proceso de escritura y de búsqueda de plata mucha gente me miraba como por qué quería hacerla, pero a mí me gusta mucho la literatura y he visto muchos escritores, que al vivir algo similar, de una van y algunos van muy rápido, algunos después de diez minutos. Pero lo hacen en algún momento de su carrera y yo sentía, pues, sinceramente desde la sensación más inmediata, eso. Puede que me tardara diez años, quince, veinte, pero lo quería hacer, porque sentía que era lo que tenía que hacer. Luego en el proceso fue muy lindo lograr como un objeto independientemente a lo personal, es como una obra de la que me separé. Que ya es como que yo comienzo a trabajar para eso que estaba escribiendo y que ya no es mi historia, sino la película y la película tiene puntos buenos, puntos malos, como que mejoró. Y necesitamos estos personajes, ya lo concreto del cine, el rodaje en sí mismo que fue como trabajar a partir de un mundo y unos actores, entonces digamos que todas esas etapas me ayudaron mucho ya para estar conectado en el ejercicio cinematográfico y lo personal se volvió como una emoción que circuló.
—¿Cómo fue separarte de trabajar con los actores y no verte reflejado con la historia?
—Fue lo más difícil. Me dio miedo, pero he podido encontrar lo que quiero contar. Era un temor muy grande, pero en el momento que empezamos a ejecutarlo, cambió todo. Así que tanta confianza en el proyecto que ellos entregaron, que fue un proceso muy lindo, porque había una emoción que estaba circulando, que no era artificial, y ha sido de verdad muy emocionante. Y en Colombia ha ido mucha gente a las salas, hay mucha gente la ha visto, y es que aunque parezca increíble, no es como el retrato más urbano y son temas muy escasos en Colombia.