La nueva vida de Lucero

La cantante mexicana abrió su corazón y reveló los detalles de la intimidad junto a su esposo.

Con esfuerzo y perseverancia, la cantante Lucero fundó su carrera profesional como cantante y ahora abre las puertas de su intimidad para revelar los detalles de su privacidad. También habló sobre la relación amorosa que mantiene con Michel Kuri, el sobrino del empresario Carlos Helú, con quien comparte su vida hace más de diez años. En la actualidad, la mexicana que también se dedica a la actuación y a la conducción de eventos, se explayó sobre el paso del tiempo, la evolución del amor propio y la aceptación interior.

La pareja está conformada hace más de una década y han decidido sostener una intimidad que no revela detalles de sus días, comparten muy poco de su detrás de escena y así han logrado llevar una existencia pacífica por fuera de los flases mediáticos, alejada de los paparazzis que todo el tiempo buscan primicias. Sin embargo, Lucero brindó una entrevista a un medio de alcance internacional donde describió cómo se siente respecto a su ser amado: “Mi eterno enamorado siempre ha sido un gran apoyo”.

Asimismo la mujer que prontamente iniciará una gira nacional por sus tierras natales aztecas agregó: “Ser amada por él es muy bonito, me mantiene con mucha ilusión y alegría. Siempre comprometidos con nuestro amor y con lo que hemos construido”. También tomó un momento para analizar que los vínculos fluyen sin prisa pero sin pausa: “Mi relación es sana, linda, sin problemas, sin ataduras y sin obligaciones. Vamos de la mano en nuestro camino juntos”.

Por otro lado, negaron los rumores de casamiento pues así están en paz y tienen un compromiso cotidiano: “Hablamos mucho él y yo, decimos que nuestro compromiso y nuestra unión es del corazón y no porque tengamos que firmar un papel. Estoy muy contenta y satisfecha con lo que veo en el espejo, no solo por lo que veo por fuera, sino por dentro; el tiempo va pasando y es lógico que el físico vaya cambiando. Me gusta cómo me veo, me siento joven, energética”.

La también modelo nacida en los setenta en los suelos aztecas ha sabido respetar el paso del tiempo y, a diferencia de sus colegas, no se ha sometido a tratamientos faciales, estéticos ni a cirugías para detener el curso de la vida. Por el contrario, solo se abocó al entrenamiento para poder lucir natural y aceptar las consecuencias que cada año deja en su cuerpo. Sobre ello, asegura que no elige este tipo de intervenciones: “Me quiero ver de la edad que tengo, yo no quiero el rollo de cirugías o bótox, me da miedo dejar de ser yo, dejar de ser natural”.

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