La proliferación de las series, ¿riqueza o plaga?

De Netflix en adelante, se ha creado un culto a las ficciones de la pantalla chica que no deja de crecer. Los números son contundentes: en 1986 apenas se produjeron cincuenta, y para 2006 ya había casi 200. El año pasado la marca llegó a 455, solo en los Estados Unidos.

Pero la cantidad no es lo único que ha crecido, sino también las posibilidades de acceso. Ya no hay que esperar que alguna señal compre los derechos -caso emblemático el de Twin Peaks que Canal 9 se encargó de comercializar- ni incurrir a la piratería, como sucedió con el auge de la banda ancha. Las opciones on demand están a pedir de boca, con Netflix a la cabeza y Odeón como la versión nacional. A ellos se les puede sumar el acceso a HBO Go y Amazon.

Ahora bien, ¿vale la pena este desborde de producciones? La cantidad de historias que florecen en libretos se traduce en que por día haya entre tres o cinco títulos que estrenan un nuevo episodio, y ponerse al día requiere una disciplina inquebrantable de horas frente a la pantalla, que no garantizan el entretenimiento.

Lost abrió la puerta

En 2004 nacía una de las bestias que cambiaría los hábitos de los consumidores de televisión. Con una excelente construcción de climas y generación de ganchos, Lost, la historia de J. J. Abrams, Jeffrey Lieber y Damon Lindelof, generó una adicción descomunal que se sostuvo durante cuatro buenas temporadas y decantó en un final debatible. Pero el daño ya estaba hecho y en la gente había crecido una necesidad por el consumo de historias contadas en capítulos.

Luego de esto, ya no importaba qué se veía; algo había que mirar. Así, se entró en el complejo universo de la selección. ¿Qué historias valen la pena y cuáles no? Breaking bad  fue una de las más aclamadas, pero por la misma abertura se colaron otras tantas cuestionadas o, incluso, canceladas.

Under the dome y The following fueron dos muy promocionadas por Warner Channel, que a pesar de que las emisoras les bajaron el pulgar pudieron tener un cierre. Distinta fue la suerte de otras como Lie to me, a la que Fox ni siquiera le permitió concluir su historia. Es que, en este sentido, embarcarse en estas aventuras puede terminar en un callejón sin salida.

La vara argentina: Okupas

¿Qué pasa con las locales? En el año 2000, Ideas del Sur produjo el excelente guión de Bruno Stagnaro, que él mismo dirigió, y marcó el inicio de una etapa en el país: Okupas. Apenas dos años más tarde, llegó Los simuladores y ahí se plantó la bandera. Todo lo que vino después cargó con la cruz de ser comparado con una mirada nostálgica.

Tumberos, Mujeres asesinas, Epitafios, Todos contra Juan y la más reciente, El marginal, son algunas de las más reconocidas. Con sobresaltos, las producciones argentinas han ido moldeando su estilo, mientras los contenidos siguen puliéndose.

Aún así, a favor de lo nacional hay que decir que rara vez son canceladas, y no hay riesgo de elegir una ficción que quede inconclusa.

Los números de la proliferación

- 1986: 50 series

- 2006: 192 series

- 2016: 455 series

Noticias Relacionadas