entrevista
“La simpleza y el despojo es lo que mejor le sienta a mis canciones”
En diálogo con diario Hoy, Carmen Sánchez Viamonte reflexiona sobre las obras en su haber. Además, presenta su último trabajo discográfico.
Nacida en La Plata, Carmen Sánchez Viamonte es una cantante y compositora que acaba de lanzar su último trabajo discográfico llamado La fuerza.
Respecto de las letras de su autoría revela que “hablan de las relaciones desde unos ojos cursis, del aislamiento producido por la depresión, gritan con voz de una mujer enojada ya sin miedo a ser tildada de loca, de bestia ruidosa, se ríen de esas formas absurdas que aún nos cuesta deconstruir como sociedad. Es una inyección de vida en un contexto aparentemente dormido”. Asimismo se enfoca en el género rock, las letras y las conquistas actuales: “El rock hecho por mujeres o disidencias es en sí mismo un acto revolucionario, porque es un género en el que se nos dijo que no encajábamos. La fuerza es un disco de rock en cuestiones estéticas, y lo vuelve feminista al poner sobre esta música letras sensibles, que interpelan, que expresan además de empatía y emociones, fiereza y actitud. Algunas son canciones cursis de amor, que ponen al hombre en el lugar de la musa (ese lugar estático en el que quisieron ubicarnos a nosotras por mucho tiempo), también está incluida la canción No pareces normal que trata expresamente sobre los colegas varones que en repetidas ocasiones quisieron decirnos qué hacer y cómo hacerlo, creyendo tener la fórmula del éxito y la última palabra solo por ser hombres”.
Durante una charla con este multimedio, la intérprete se expresó las vicisitudes de la producción que se trae entre manos y que será presentada el 16 de septiembre en La Plata.
—¿Bajo qué circunstancias nace este disco? ¿En qué momento se dio la composición?
—Nace durante la cuarentena obligatoria de la pandemia en 2020, en un clima de aislamiento total, de sensación del fin del mundo.
—¿Qué melodías e ideas destacás en él? ¿Cuál es el concepto en general?
—Las melodías son una de las cosas en las que más me centro al componer, no sé si podría elegir una sola, pero quizás mi favorita de todo el disco sea la de Locutorio, toda la canción es como una gran melodía, como un arrullo que se repite con variaciones. La idea principal es la esperanza, como destaca la tapa del disco: la luz en la oscuridad.
—¿Cuáles son las sensaciones que te rodean ante esta propuesta?
—Por sobre todo, gratitud. Encontré un equipo de personas con las cuales me siento muy bien acompañada y contenida, eso es lo más gratificante de toda la experiencia. También tuve muchos nervios al momento de publicarlo (esa sensación que nunca desaparece), pero el amor que devuelve el público me deja tranquila y es el motor para seguir haciendo cosas.
—¿Qué balance realizás en estos momentos de lanzamiento? ¿Y en tu profesión?
—Que necesito ser más paciente (risas). Mi ansiedad porque las canciones vean la luz, a veces me lleva a hacer las cosas de una forma atolondrada o desprolija. De todas formas también estoy muy orgullosa de la cantidad de trabajo que hicimos en tan poco tiempo, por eso también agradezco a este equipo compañero que supimos construir.
—¿Qué debilidades y fortalezas encontraste durante la producción artística?
—Confirmé que la simpleza y el despojo es lo que mejor le sienta a mis canciones, que su importancia no tiene que ver con la cantidad de arreglos si no con la calidad de los mismos. Como debilidades destaco, de nuevo, mi impaciencia (aunque no es nada que no podamos resolver).
—¿Por qué recomendarías su escucha al público?
—Porque es un disco que busca generar compañía, despertar amor, promover lo verdadero como contraposición a la frivolidad, a la desconexión.