ENTREVISTA EXCLUSIVA

"La vida se redujo; el afuera, la calle, se enrareció”

El actor y dramaturgo Luis Ziembrowski acaba de estrenar radioteatro en el ciclo Vuelve de AM 750, ensaya para el Teatro Nacional Cervantes y tiene pendiente de estreno 1986, de Mauro López.

Sinónimo de talento y profesionalismo, Luis Ziembrowski estrenó ayer, en el ciclo radial Vuelve, Derecho de
Pernada, que también escribió y dirigió. Diario Hoy dialogó con el actor para saber más de su presente.

—¿Cómo estás viviendo esta situación extraordinaria, en la que además se pudieron ver algunos trabajos realizados durante la pandemia?
—Estamos en una situación muy fluctuante en cómo la estamos viviendo. La vida se redujo, la economía se redujo; el afuera, la calle, se enrareció. La gente, con barbijo, bozales. Somos unos deformes raros, no sabemos si confiar o no, hay cosas que juegan mucho en el cotidiano. Me guía un norte, sabiendo que desde el vamos no iba a poder trabajar afuera, que se iban a cortar muchas cosas; y consciente del padecimiento social, siendo responsable con eso. Se abrieron o inventaron algunas situaciones extraordinarias de trabajo, como filmar un corto en casa para murciélagos, con mi pareja, mi hija; escribirlo, imaginando una pequeña historia y darle una forma. Un trabajo en medio de la situación de prender un zoom para que mi hija vaya a clases, parar por el cansancio, volver, parar para cocinar.

—¿Qué te gusta de recuperar el radioteatro como materia de expresión?
—Tiene algo fascinante el sonido, todo es sonido hoy, lo que escuchamos, lo que no escuchamos, el sonido interior, el imaginario que despierta la palabra, la singularidad, lo que despierta a cada uno. Pienso en Hamlet como una obra que se escucha, el oído se despierta, se lo envenena, se espían, es algo fascinante; y la radio es un formato que no ha cambiado tanto, con un género popular.

—Tenés pendiente de estreno 1986, del realizador platense Mauro López. ¿Qué podés contar del proyecto?
—Es una propuesta muy ambiciosa, transita un suspenso de personajes y un mundo muy moral, con creencias y pistas falsas sobre sucesos que acontecen; y los personajes creen que responden a una fuerza natural y no lo es. Había algo muy interesante para actuar y participar, con condiciones de producción ceñidas a un ritmo de producción que la película se arribó a contarla.

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