Los divorcios más escandalosos de Hollywood

En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda las separaciones más mediáticas.

El amor y el odio son sensaciones contrapuestas, pero se puede pasar de una a otra en un abrir y cerrar de ojos. Esto puede darse en cualquier ­vínculo y aún más en las relaciones matrimoniales, que pueden ­terminar con escenas dignas de películas.

De forma reciente, asistimos al divorcio mediático entre Amber Heard y Johnny Depp, que fue televisado a pedido de ambas partes. Por ese entonces, los buenos muchachos tomaron cartas en el asunto para exponer las intimidades de la pareja en forma de fotografías, videos íntimos y conversaciones de WhatsApp que fueron compartidos ante todos los presentes. Además ambos se acusaron de maltrato, violencia doméstica y abuso sexual.

Las exparejas del galán fueron citadas para que dar testimonios al respecto. Al escucharlos, el público tomó preferencias por el actor y no por ella que fue ridiculizada en más de una oportunidad en el universo digital.

Luego de los intercambios y las sesiones eternas, la Justicia ­terminó fallando a favor del también cantante de The Hollywood Vampires. Ella fue encontrada ­culpable por difamación y tendrá que pagarle al hombre 15 millones de dólares.

Haciendo un poco de historia, Mia Farrow y Woody Allen se encontraron en los años 80 mientras trabajaban en proyectos audiovisuales en común. La pasión ­trascendió el rodaje y compartieron la vida íntima, fundando una familia en común. Su situación era innovadora: ella estaba divorciada, tenía tres hijos biológicos y cuatro adoptivos.

Pero como no todo lo que brilla es oro, un día Mia entró al departamente del director y encontró fotos de su hija adoptiva Soon Yi, en las que posaba desnuda. Allí empezó el divorcio y toda la locura que los envolvió. Allen, de 56 años, se enamoró de su hijastra de 21 años, comenzaron una relación y pasaron por el altar.

Una vez que Farrow y Woody se separaron, una de las hijas adoptivas del matrimonbio declaró que Allen había abusado de ella cuando tenía siete años. Ante esto, él pasó un detector de mentiras y las evidencias no demostraron que haya pruebas en su contra. Incluso declaró que la niña fue manipulada por su mamá, que también fue acusada por otros hijos por maltrato.

Otra de las memorables separaciones de Hollywood fue la sucedida entre el fundador de Amazon, Jeff Bezos y quien fuera su esposa por más de dos décadas y la mamá de los cuatro hijos en común. Al momento del divorcio, le cedieron el cinco por ciento de las acciones de la empresa y ella se convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo.

Polémico e inquieto, Ben Affleck supo encontrar el amor en los brazos de su colega Jennifer Gardner. El flechazo fue instantáneo, la pareja empezó a salir y enseguida planificaron una familia que se formó con la llegada de sus tres hijos.

Sin embargo, con el paso del tiempo, las circunstancias fueron opacándose puesto a que la rutina los abrumó y ya no se sentían a gusto. Es más, él terminó abocándose al alcohol y empezó a sufrir una severa adicción que lo dejó en un centro de rehabilitación en más de una ocasión. Luego de un divorcio rápido, la pareja continuó por caminos separados con una relación cordial.

El muchacho, una vez recuperado, tomó las riendas de su vida y brindó una entrevista en profundidad al comunicador Howard Stern. Esta charla causó una gran conmoción debido a las polémicas declaraciones del también productor.

Allí afirmó que se había visto atrapado en el matrimonio, y que esa fue la razón por la que se entregó a los vicios. Incluso indicó que si no se hubiera separado habría continuado con su consumo. Al respecto, advirtió: “Parte de la razón por la que comencé a beber fue porque estaba atrapado. Sentía que no podía irme por mis hijos, pero no estaba feliz. Entonces bebía una botella de whisky hasta quedarme dormido en el sillón, pero resultó que esa no era la solución”. Asimismo, continuó: “Teníamos un matrimonio que no funcionaba. Es alguien a quien respeto, pero con quien no debía seguir casado”.

Sus dichos no fueron bien recibidos debido a que la mujer lo acompañó durante su rehabilitación y se hizo cargo de mantener el hogar y de la crianza de los niños cuando él estaba imposibilitado por sus problemas de salud. Hasta el momento, ella nunca se refirió a todo esto, aunque sus amigos han dejado entrever que fue como una bofetada escuchar esas palabras por parte del padre de sus hijos.

Otro caso de gran alcance estuvo dado por Mel Gbson y la pianista Oksana Grigorieva, que estuvieron casados por tres años. Recibieron a su primera hija pero terminaron en malas condiciones, hubo denuncias de maltratos, golpes y violencia doméstica. La batalla continuó en la corte debido a la tenencia de la niña. Finalmente pudieron cerrar un acuerdo en el ámbito de lo privado. Este quedó nulo debido a las declaraciones que la artista rusa realizó a una revista de alcance internacional.

Por otro lado, Paul McCartney, que estuvo casado con Linda ­Eastman hasta que falleció de cáncer, pudo hacer el duelo y cuatro años después se recuperó del dolor al conocer a la joven modelo y actriz Heather Mills, que se convirtió en su musa inspiradora.

La pareja decidió empezar un noviazgo que terminó en un casamiento irlandés con todos los lujos. Vale mencionar que ella era una activista por los derechos humanos y las víctimas de los accidentes automovilísticos. Recordemos que perdió una pierna en un siniestro vial y continuó modelando hasta la actualidad.

Un año luego de la boda, la pareja recibió a su única hija en común llamada Beatrice y todo marchaba sobre ruedas. Pero todo se desmoronó unos años más tarde, cuando empezaron un divorcio que duró dos años. En este contexto, salieron a la luz unos documentos que plasmaban las denuncias hechas por ella, dando cuenta de que su ex era agresivo y alcohólico.

En resumen, luego del pedido de 170 millones de dólares a modo de indemnización, él pagó solo 40 y todo se resolvió. Luego aseguraría en una entrevista que esta relación había sido uno de sus peores errores en la vida.

Por último, la pareja constituida por Arnold Schwarzenegger y Maria Shriver duró casi tres décadas y tuveron cuatro hijos en común: Katherine, Christina, Patrick y Christopher.

Todo voló por los aires cuando la experiodista se percató de que su esposo mantenía una relación ­amorosa con la empleada doméstica, con la que también había tenido un hijo.

En ese momento, el exactor trabajaba en política y era toda una figura en sus gestiones como funcionario público. El divorcio fue pedido en 2011, aunque se zanjó una década después debido a las exigencias de ambos lados. La división de bienes culminó con una fortuna de 400 millones de dólares.

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