Marta Cipriano, ícono de la danza, será declarada Ciudadana Ilustre

Bailó en ¡Hola Susana! en los años 80 y ganó el primer reality show de talentos varias décadas antes que el producido por Tinelli. También enseñó y dirigió. Hoy festeja 70 años con el arte y, en medio de un diálogo con este diario, recibió la noticia de que será homenajeada por la ciudad que la vio brillar 

Sentada entre los trajes y disfraces de su local en pleno centro platense, Marta Cipriano dialogó con este medio y mostró una vitalidad envidiable. Desenvuelta, dio detalles sobre el espectáculo que dará hoy a las 21 en el teatro Coliseo Podestá, Luces de Broadway, donde repasará lo mejor de la historia de la comedia musical. Chicago, Victor Victoria y Cabaret serán de la partida, contó esta bella mujer de 87 años que, en definitiva, hará en el escenario lo que hizo toda su vida, y festejará sus 70 años en la danza con un tributo a sus grandes referentes. 

“Tengo tantas anécdotas”, contó Marta, y detuvo la entrevista cuando sonó su teléfono.  Pidió disculpas y atendió. Mientras escuchaba por el auricular, su silencio intrigaba, hasta que preguntó: “¿Le parece a usted que lo merezco?”. Era un concejal y le acababa de decir que será declarada Ciudadana Ilustre, por lo cual se emocionó y no supo cómo continuar. Paradójico, porque ni bien se repuso quiso retomar el hilo de sus historias y afirmó: “Yo no puedo parar. Terminaré este espectáculo y ya mañana estaré pensando si lo podemos reeditar. Soy consciente de lo difícil que es hacer toda la vida lo que a una le gusta, por eso siempre digo que tengo un duende dentro mío que me empuja”. En su historia se resume la de una ciudad que, según sus propias palabras, “siempre se destacó por tener mucha cultura”. 

—Ha tenido una carrera exitosa. ¿Cómo fue que empezó todo?

—Yo tenía ocho o diez años e iba con mi mamá al cine a ver las comedias musicales norteamericanas. Me fascinaban. Era la época de oro del género y eso me marcó. Por eso el espectáculo de hoy retoma esa tradición, porque se basa en mis recuerdos. Pero en aquel entonces estaba de moda el baile español. Yo estudié mucho y me metí en las compañías españolas, porque a mí me encantaba bailar. Cuando tenía 17 años empecé a dar clases, tenía algunas alumnas, y terminé presentándome en grandes salas, como el Teatro Avenida de Buenos Aires, donde bailé con mi propio ballet durante tres meses. Hice muchas cosas. 

—¿Podríamos decir que participó de una especie de  Bailando por un sueño?

—Podríamos decirlo. Yo daba clases, y una alumna anotó mi ballet  en un programa de talentos donde no solo había bailarines, sino también guitarristas, cantantes de tango, de danzas clásicas y folclore. Era en el canal más importante del país y tenías que atravesar varias etapas. Nos hicieron pruebas durante dos meses y las pasamos todas. Podemos decir que gané el primer reality de talentos del país. 

—También bailó con Susana Giménez...

—Sí, porque era la apertura de un museo donde iban a mostrar los vestidos de Evita, esos que le habían regalado cuando fue a España. Tenía 53 vestidos de las distintas regiones españolas, hermosos, y a nosotros nos llamaron de lo que entonces era ¡Hola Susana! para hacer un baile en ese programa. 

Recuerdo que Susana era muy simpática. Ella tenía puestas las castañuelas y me pedía a mí que las tocara detrás de bambalinas para que sonaran bien. Yo estaba feliz, bárbara, guardo mi foto con un abanico. Y las chicas de mi ballet también estaban chochas, porque justo en ese programa estaban Ricardo Darín y los galancitos de esa época: era el año 1987. 

—En el camino, ¿tuvo que hacer muchos sacrificios?

—Sí, cuando ganamos el programa de talentos, Nace una estrella, nos contrataron para bailar todo el año en televisión. Yo era la solista y estaba con dos parejas más, pero ya estaba casada y tenía tres hijos. Entonces, mi esposo tuvo problemas económicos y nos tuvimos que ir a vivir a Córdoba. Me fui solita para acompañarlo, lo habíamos perdido todo. Dejé mi pasión acá, dejé todo. Pero después regresamos, porque allá nos fue peor que nunca y tuvimos que vender todos los muebles para volver. En La Plata otra vez, me prestaron una casa hermosa de tres pisos y empecé nuevamente a dar clases. Gracias a un amigo pude poner un aviso publicitario, porque no lo podía pagar, y al mes tenía cien alumnas porque era muy reconocida. 

Marta Cipriano lo hace todo con pasión, aún hoy, a sus 87 años. En ella se resumen las mejores décadas de la danza y el arte en nuestra ciudad, y está convencida que los jóvenes tienen que apostar al arte. Durante la entrevista, aseguró que “las chicas que estudian danzas destacan, aprenden a desenvolverse y a moverse”, y agregó que “necesitamos que más varones se animen”. Está convencida de que el arte es un gran lugar para los jóvenes, y trata de persuadirnos con pasión, porque eso es lo que abunda en todo lo que ella hace y dice. Historia viva de la ciudad, el título de Ciudadana Ilustre le queda perfecto. 

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