Mimí Ardú: “Yo no lucho contra la edad”

La actriz llega como protagonista de Falladas, la obra éxito de calle Corrientes que se presentará mañana en La Plata. En diálogo con este medio, repasó su carrera y, tras largos años de encabezar roles dramáticos, aseguró: “La comedia es un lugar que transité toda mi vida”

Nominada a los Premios ACE de este año como mejor comedia, Falladas (nadie es perfecto) llega en medio de una gira nacional con la historia de cuatro amigas ácidas y muchos reclamos pendientes, que deciden contratar a una psicóloga muy particular para sacar todos los trapitos al sol. Mañana a las 21, en el Teatro Coliseo Podestá, se presentará esta pieza dirigida por José María Muscari y protagonizada por Mimí Ardú, María Leal, Emilia Mazer, Patricia Viggiano y Mariana Prommel. “Esta es una de las mejores comedias que se han hecho en la Argentina. La gente saca los pañuelos y se seca las lágrimas de tanto reírse”, contó orgullosa a diario Hoy Ardú, quien se pone en la piel de una de las amigas.

Distendida, modesta, simpática, la actriz hizo un repaso de su extensa trayectoria y habló de cómo siente y disfruta sobre las tablas: “Yo no lucho contra la edad. En estos 61 años de vida me sigue apasionando la actuación. Me apasiona cada cosa que hago”. Sin embargo, reconoció que no siempre estuvo todo tan claro. “Me recibí de profesora de Música a los 15 años, ingresé a la Facultad de Filosofía y Letras, en la carrera de Psicología, me puse a trabajar en un consultorio del Banco Nación, y un día fui a un casting. Ahí lo único que hice fue disfrutar de esos segundos que la vida me regaló”, recordó la actriz, y remató: “Para mí, el escenario es un lugar de comodidad, casi como estar en la panza de mamá”.

—¿Cómo es trabajar con José María Muscari?

—Es genial. Él me potencia mucho, es muy disciplinado, sabe lo que quiere, te deja crear en el escenario pero también pone límites. Tiene una línea de conducta con los horarios, con lo que se debe hacer, es respetuoso y un guerrero incansable, no para. En el día hace 20 cosas diferentes, es una máquina de trabajar y crear.

—¿Es difícil conseguir papeles interesantes para mujeres que superan los 60?

—Sí, hay pocos papeles. Tal vez hay que ser flexibles o accesibles en lo económico y en las pretensiones. Hay actrices que se niegan a hacer de abuelas o de madres de chicos grandes. En mi caso, no tengo problema en interpretar a una vieja, ningún rollo con eso, pero ahora el mundo va al revés. Yo no lucho con la edad, voy piloteándola como puedo.

—Hiciste cuatro años de drama en la obra La casa de Bernarda Alba y ahora mutás a la comedia. ¿Dónde te sentís más cómoda?

—Es cíclico. A veces es necesario para el espíritu y el enriquecimiento como actriz cambiar de camino. La comedia es un lugar que transité toda mi vida y el drama vino después, haciendo en cine Un año sin amor, El bonaerense o la serie Mujeres asesinas. Todos fueron dramas intensos y me encantaron, pero antes no sabía que me gustaba el género, simplemente porque no me convocaban para hacerlo. Durante muchos años se consideró que las actrices más o menos producidas, como yo, no podíamos hacer drama. Te encasillaban en la comedia, pero en estos años pude superar esos prejuicios y etiquetas.

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