entrevista

Mirta Busnelli: “No encontraba algo que me motivara para volver al teatro”

Una de las actrices más populares y queridas de todos los tiempos eligió para su gran regreso una obra con compañeras mujeres.

Hoy, a las 18, en el Teatro Picadero (CABA), será el gran estreno de Nada que no quieras, una obra de Fabián Saad, con dirección de Corina Fiorillo y protagonizada por Mirta Busnelli, Inda Lavalle, Miriam Odorico y Mónica Raiola. La obra expone las miserias de cuatro mujeres, al punto de poner en descubierto la sordidez de cada una de sus almas. Elige el camino de la comicidad para llevarlas casi al extremo del absurdo, confirmando que la risa es un apropiado mecanismo de defensa que nos permite sobrellevar nuestras propias ­desgracias.

Nada que no quieras es la historia de cuatro mujeres que han naturalizado la infelicidad. Emilia acaba de jubilarse, y ambiciona disfrutar la última etapa de su vida con la tranquilidad de haber cumplido con todo lo que debe cumplir una buena profesional, una buena madre y una buena esposa. Sin embargo, la inesperada visita de su hermana Nora ―que regresa sorpresivamente de un tratamiento de rehabilitación que la obligó permanecer internada durante mucho tiempo―, la de su hija Brenda ―buscando amparo y contención para sobrellevar el duro impacto de una infidelidad que se reitera― y la de su mejor amiga Diana ―víctima de un hecho delictivo que la sorprendió en la tranquilidad de su hogar― la enfrentarán a una realidad a la que supo resistirse.

—Un estreno más, ¿cómo lo estás viviendo?

—Mirá, hay algo que, después de pasar tanto tiempo, tiene que ver también no sé si con un comienzo, pero sí con algo distinto. Es rarísimo. No sé cómo me siento. Me siento muy rara. Por un lado, vuelvo a un lugar, no porque haya trabajado en el teatro, pero el teatro, quiero decir, un escenario, butacas, luces, actores. Algo que me es muy familiar. Y, por otro lado, como si hubiera pasado muchísimo tiempo.

—¿Lo último que hiciste en teatro fue La savia?

—Sí, porque no encontraba algo que me motivara como para volver. El teatro es un poco lo que más me gusta hacer, o por lo menos me ha gustado toda mi vida. Estoy contenta, estoy contenta con el elenco, me gustan las compañeras que tengo.

—Me decías que quizá no encontrabas una obra que te gustara como para volver. ¿Qué tenía esta en particular? ¿Qué encontraste?

—Que yo hacía mucho tiempo que no subía y extrañaba, y que era casi como una novedad muy buena, el teatro me gusta, la productora también, la asistente es divina, y entonces mi representante me dice, porque yo le decía que no, y me dice “¿qué es lo que no te gusta?”. Y yo no le podía decir nada, pero me costaba mucho decidir. Y ahora estoy muy contenta.

—¿Tiene algo distinto? Son todas mujeres, dirigidas por Corina. ¿Hay algo distinto o no?

—Por un lado, cualquier obra siempre es esa obra y es única. Algunas son más únicas porque a uno les gustan mucho, porque lograr realmente un muy buen espectáculo no es tan fácil. Así que uno se entusiasma cuando eso le ocurre. Y es igual en el sentido de que desde hace veinte años está muy de moda poner en el escenario mujeres. Hay algo de eso que me molesta, pero también me gusta, porque antes no había personajes; hay algo que me gusta de que la mujer haya tomado los espacios de la escritura, de la dirección, de la actuación, pero cuando se vuelve como una fórmula comercial, cuando se abusa, no me gusta.

—Generaron una buena química en los ensayos…

—Mónica tiene una sala en la casa. Y entonces íbamos primero a la parte que no es la sala, nos poníamos a charlar y ella nos recibía con cositas ricas, y después íbamos a su sala y ensayábamos. Y bueno, ya hay momentos propicios para que las cosas se pongan bien. Estaban bien aspectadas, digamos, y entramos en una sintonía muy linda que nos ponía contentas y nos hizo trabajar bien.

—Fue fácil en un punto, ¿no?

—En un punto fue fácil.

—La obra se llama Nada que no quieras: ¿cuántas veces dijiste no a algo que no querías?

—Y bueno, eso es un poco una clave para vivir, digamos. ¿Cuánto me gusta? ¿Qué es lo que tengo que dar? ¿Me interesa? ¿Me va a hacer feliz? ¿Voy a estar con gente en su mejor momento? Bueno, eso nos pasa todo el tiempo a todos, y no es fácil contestarse a veces. No la tenés tan clara, hay cosas que son claras.

—¿Hay momentos de la vida en los cuales es más clara la respuesta y otros en los que no?

—Y sí, pero también tiene que ver con la necesidad. Si vos hace mucho que no tomás agua, te dan un vaso de agua y es la felicidad en la vida entera. Yo tengo que cuidar el no, porque en principio no soy fácilmente entusiasmable, y no me gusta eso de mí. Me gusta más la gente que es más optimista.

—¿Qué cosas te entusiasman hoy en día?

—Y... juntarme con amigas. Ver a mi hija, ver a mi nieta que está ahora en Canadá, en Estados Unidos, y van a venir en diciembre.

—Se estrena la obra de teatro, pero ¿tenés algún otro proyecto pendiente, series, cine?

—Yo hice cinco películas el año pasado. Y se están por estrenar este año.

—¿Y series?

—Serie hice una que se llamaba El buen retiro. Me han llamado para más, pero bueno, no sé si ahora es el momento. En esta etapa de mi vida igual no me gusta que se me superpongan los trabajos.

—No, claro, aparte ya es un montón, cinco películas y ahora volver al teatro. Está relindo…

—Estoy contenta.

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