Pampita, otra vez enojada con la prensa

Recientemente, la modelo y conductora dejó su casa inteligente para mudarse a un departamento con todos los lujos, pero no le gustó nada que trascendieran algunos detalles de su nuevo hogar.

En medio de rumores de embarazo y en vísperas de su primer aniversario de casados, Carolina “Pampita” Ardohain y Roberto García Moritán dejaron la casa inteligente de Barrio Parque para mudarse a un lujoso departamento de tres pisos en un edificio de Palermo.

En este marco, trascendió que la pareja buscó un hogar que se adaptara a sus necesidades y las de sus cinco hijos: Bautista, Beltrán y Benicio, los tres hijos de la modelo, fruto de su relación con el actor chileno Benjamín Vicuña; y Delfina y Santino, hijos del empresario con su primera mujer, Milagros Brito.

Pese a que la mudanza tuvo lugar hace tres semanas bajo un total hermetismo, en los últimos días se filtraron varios detalles a la prensa. Cuestiones que tienen que ver con la ubicación hasta los números del costosísimo alquiler y expensas por los tres pisos que supuestamente incluyen siete habitaciones, once baños, pileta climatizada y una imponente vista a la ciudad.

Como era de esperarse esto se volvió tema de agenda en los programas y portales, y motivo de memes en las redes sociales.

Pampita, que suele mantener una relación conflictiva con la prensa, se mostró muy enojada y disconforme con el tratamiento de la información. En este sentido, reveló: “Es mentira todo lo que se mostró y lo que se dijo. No es gracioso. No me parece que esté bien que hablen así, no solo por la mentira sino porque también hablan de números. Yo tengo que cuidar a mis familiares, los están exponiendo a todos a algo muy peligroso”.

Además, añadió: “Estoy reenojada con este tema, me pareció abusivo, una falta de respeto. Es desubicado, nadie pensó en nosotros. Hablar así fue exponernos a todos a riesgos innecesarios. Yo no soy ostentosa, no muestro mi casa en las revistas, ni muestro si me compro algo, no es lo que hago en el día a día”.

Y cerró concluyente: “La casa de uno la muestra uno si quiere, no la puede mostrar otra persona, y hablan de números que no son reales. Me ponen en un lugar que me exponen a mucha inseguridad, a mí, a mis hijos y a mis familiares”.

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