entrevista

Sebastián Alfie: “Es inevitable pensar cómo alguien puede crear en un lugar como ese”

Sebastián Alfie dialogó con diario Hoy sobre su nuevo filme El Káiser de la Atlántida, un documental que muestra la obra de Viktor Ullmann, compuesta en un campo de concentración.

Este jueves llega a los cines El Káiser de la Atlántida, de Sebastián Alfie, un documental que reconstruye la búsqueda de la obra de Viktor Ullmann, creador de Der Kaiser von Atlantis, que compuso dentro de un campo de concentración en Checoslovaquia. En la propuesta veremos cómo, gracias a una médium y a la incansable investigación del músico Kerry Woodward, la obra finalmente pudo ser ubicada y tocada. Para saber más detalles de la película, Hoy dialogó con Alfie.

―¿Qué significa para vos que la propuesta se estrene en el país?

―Para mí es honrar un poco el peso que tiene la parte argentina en la película, que es mucho. El coprotagonista de la película, el fallecido y recordado Gustavo, era argentino, y hay mucha gente en Argentina que lo conoció, así que me pone muy contento poder mostrarla ahí, además de que va a ser el primer estreno comercial en el mundo. Y siempre es interesante ver cómo lo recibe la gente fuera de los festivales. Viste que los festivales a veces son un poco una burbuja para la gente que le gusta mucho el cine, y al estar en una sala donde cualquiera puede ir a verlo, bueno, te encuentras con otro público, y las reacciones van a ser muy interesantes.

―¿Cómo llegás a la historia? ¿Cuándo pensaste “yo quiero contar la historia de esta partitura y esta música”?

―Se produjo en el Teatro Colón hace ya varios años, y ahí fue donde yo la vi por primera vez. Cuando me siento en la butaca del teatro y agarro el programa de mano, empiezo a leer. Yo fui un poco sin saber demasiado, y empiezo a leer y veo que es una ópera hecha en campo de concentración. Y digo, no puedo creer que esta historia no se haya llevado al cine, seguro que hay alguna película que la cuente. Y empecé a investigar y vi que el tema nunca había sido contado y dije, bueno, a mí me interesa mucho todo lo que tenga que ver con la gente que tiene dificultades para crear. Gabor, otra de mis películas, va un poco de eso, un director de fotografía ciego, y en este caso, bueno, más que dificultades eran condiciones extremas y horribles, entonces es inevitable pensar en cómo alguien puede crear una música tan bella en un lugar como ese, claro, y así fue que me puse a investigar.

―¿Por qué creés que no se había contado todavía esa historia? Nosotros tenemos por ejemplo Argentina, 1985, y muchos nos preguntamos por qué no se había contado todavía la historia del Juicio a las Juntas. ¿Por qué creés que pasan estos olvidos, por decirlo de alguna manera?

―Se dice que los nazis mataron a estos músicos, a los músicos judíos y no judíos, pero que mataron a los músicos que estaban con su arte, a la vanguardia, y decretaron que había cierta música que se llamaba música degenerada. Era la música tocada por negros, el jazz, Benny Goodman y, obviamente, la música judía. Y yo creo que todavía hay un eco de eso, y creo que por eso su música no es conocida, y por eso esta historia nunca se había filmado. Ojalá nos vaya la mitad de la mitad de la mitad de bien que a Argentina, 1985.

―Pero seguramente es una película que, independientemente de lo que suceda en la sala, es necesaria e imprescindible para seguir revisando el pasado…

―Me parece que es una película que va a dejar como un hito, que a partir de la película, la vean o no la vean, el boca a boca va a seguir contando esta historia. Y la próxima persona que se siente en el Teatro Colón en unos años y diga, che, de esto tiene que haber una película, la película esté. Y no solo por los dictadores que llevan con fines políticos, y eso es lo que hizo la Dictadura Militar en Argentina. Galtieri utilizó la Guerra de Malvinas con fines políticos, y lo que estamos viviendo ahora es el resurgimiento de la idea de que el enemigo es el extranjero. Y entonces es cierto lo que vos decís, creo que es una historia que hay que sacar a la luz y que va a estar ahí como está El diario de Anna Frank, que es otro testimonio de lo que pasó en esa época, desde adentro. Pero además esta historia nos interpela a nosotros a la hora de ir a votar. ¿Qué estamos votando? ¿Al candidato que estamos votando le importa o no le importa que vivamos en paz?

―¿Cómo fue el proceso de desarrollo de la película?

―La primera persona que encontré fue la esposa de Kerry Woodward. Y ella me contó que, como era musicóloga, había guardado registro de todo lo que pasó desde el momento en el que Kerry, que es la persona que descubre el manuscrito, logra estrenar esta ópera. ¿Vos sabés que para un director tener ese material es una base sólida desde donde arrancar?

―Claro.

―La sorpresa me la llevé cuando fui a Ámsterdam y me entrevisté con Kerry, que fue el siguiente paso, y ahí él me contó de las grabaciones de la médium. Ahí fue cuando realmente yo supe que tenía una película, y cuando despertamos el interés de más productores y la película ganó fuerza, y ganó fuerza de producción.

―¿Cuánto tiempo fue más o menos todo el proceso?

―Desde que empecé a investigar hasta que se estrenó la película, fueron siete años.

―¿Es el proceso más largo de una película tuya?

–Sí, Gabor fueron como cuatro o cinco años. Acá parte de mi investigación fue ponerme al día con el tema del holocausto, del que yo no era un experto, leer la bibliografía pertinente y luego empezar a investigar sobre ópera, porque yo tampoco era un experto en ópera; y por último investigar en la música hecha en los campos de concentración nazis. Muchos de estos libros estaban descatalogados, algunos otros estaban en alemán, y yo creo que me debo haber pasado dos años con esta investigación, porque me parecía un tema demasiado delicado y que desde luego no podía tocar de oído, ni mucho menos.

―Y a medida que iba avanzando esa investigación, ¿en algún momento pensaste en hacer algo que abarque más todavía?

―Yo estoy ahora llevando esto a una ficción, es decir, en algún momento del proceso me di cuenta de que el siguiente paso natural sería convertir esto en una ficción. El tema es que bueno, como vos bien sabés, las películas históricas o de época requieren un desarrollo de producción mucho más complicado. Entonces bueno, si esta me llevó siete, la ficción me puede llevar el doble.

―El tema es apasionante y entiendo que, si bien es un momento complicado de la industria en todo el mundo, tal vez no sería tan difícil conseguir el interés, porque es algo que siempre nos interpela: películas que trabajan sobre la memoria, principalmente…

―Sí, por supuesto, hace no muchos años el Óscar a Mejor Película Extranjera la ganó una película maravillosa sobre el holocausto, Hijo de Saúl, y este año lo ganó Sin novedad en el frente.

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