A través de su caca, los gorilas dan la clave sobre la salud de los humanos

Los alimentos que ingieren los primates, de manera estacional, mejoran su calidad de vida. La especie humana consume más grasa y proteínas.

Un estudio de los microbiomas de gorilas y chimpancés salvajes permitió obtener importante información sobre la evolución del microbioma humano e incluso podría tener implicaciones para nuestra salud. El proyecto de investigación fue dirigido por el científico Brent L. Williams.

A lo largo de tres años, el equipo dirigido por Williams recolectó materia fecal de gorilas y chimpancés y utilizó secuenciación genética para comprender la mezcla de microbios intestinales que viven en estos animales ,y compararlos con los ya documentados en otros primates no humanos y también en poblaciones humanas. 

Los resultados mostraron que los microbiomas de gorila y chimpancé fluctúan con los patrones de lluvia estacional y con la dieta, cambiando notablemente durante el período seco de verano, cuando las frutas abundan en su entorno y constituyen una mayor proporción de su dieta, en oposición a su alimentación habitual, más rica en fibra de hojas y corteza.

Estos cambios estacionales son similares a los observados en los cazadores-recolectores Hadza de Tanzania, que también dependen en gran medida de la disponibilidad estacional de los alimentos. Por su parte, los cambios estacionales en los microbiomas de las culturas industrializadas humanas son menos frecuentes debido a la menor dependencia de los alimentos disponibles estacionalmente y la globalización del suministro de los mismos.

"El hecho de que nuestros microbiomas sean tan diferentes de nuestros parientes evolutivos vivos más cercanos – concluye Williams – dice algo acerca de cuánto hemos cambiado nuestras dietas, consumiendo más proteína y grasa animal a expensas de la fibra. Muchos humanos pueden estar viviendo en un estado constante de deficiencia de fibra. Tal estado puede estar promoviendo el crecimiento de bacterias que degradan nuestra capa protectora de mucosa, lo que puede tener implicaciones para la inflamación intestinal, incluso el cáncer de colon”.