Ahora son cinco los sospechosos del doble femicidio de Montañita

A poco de cumplirse un año del asesinato de las jóvenes mendocinas, la fiscal ecuatoriana del caso reveló que hay tres rastros de ADN nuevos en la escena del crimen. En agosto pasado, dos hombres habían sido condenados a 40 años de prisión 

A punto de cumplirse un año del doble femicidio de Montañita, las pruebas parecerían indicar que los deudos de las dos jóvenes mendocinas asesinadas en la ciudad ecuatoriana tenían razón en sus reclamos: de acuerdo a las investigaciones, en el doble femicidio que truncó las cortas vidas de María José Coni (21) y Marina Menegazzo (22) habrían participado más de dos personas.

Así lo confirmó en diálogo con la prensa argentina la fiscal que instruye el expediente, María Coloma Pazmiño. “De acuerdo a los genes presentes existen otras dos personas más que participaron del crimen. Eso es lo que se presume y por eso seguirán las investigaciones, pero eso quedará ya para que otro fiscal siga con el caso. Dios quiera que se llegue a identificar a todos”, dijo Coloma, quien se jubilará en los próximos meses. “Ya cumplí mi ciclo laboral, esta causa me detuvo por solidaridad de género”, explicó la fiscal.

Las estudiantes mendocinas, que planeaban recorrer juntas el mundo, fueron vistas por última vez el 22 de febrero en ese idílico pueblo del océano Pacífico, donde casi todo es sol, playa y surf. Pero las dos jóvenes encontraron un destino trágico. Según quedó comprobado en un primer juicio penal, las drogaron, las golpearon, abusaron de una de ellas y a la otra la agredieron con un cuchillo hasta matarla. Unos días después, cuando la desaparición de ambas se convirtió en un escándalo que trascendió fronteras, los cuerpos de las jóvenes universitarias aparecieron envueltos en bolsas de consorcio, en un paraje lejano de la playa.

El 17 de agosto pasado, Alberto Segundo Mina Ponce y Aurelio Eduardo “El Rojo” Rodríguez  fueron condenados a 40 años por un tribunal de la Corte Provincial de Santa Elena, en Salinas, Ecuador. A Mina Ponce lo consideraron “autor material directo” del doble crimen, mientras que Rodríguez fue condenado como “coautor”. Sin embargo, las familias de las víctimas gritaban a los cuatro vientos su convencimiento de que los asesinos eran más.

No estaban equivocados. Los presuntos culpables se fueron sumando a la causa judicial a medida que la pesquisa profundizó sobre los rastros de ADN en la escena del crimen. En noviembre de 2016, en una investigación complementaria que hoy está a punto de elevarse a juicio, se detuvo a José Luis Pérez Castro, compañero de trabajo de los condenados, cuya sangre fue detectada sobre una toalla roja y un palo. 

Ahora, la fiscal Coloma Pazmiño anticipó que se abrirá una tercera pesquisa para buscar a otros dos perfiles genéticos identificados en la casa que mataron a Marina y María José. Aunque tampoco se descarta del todo la hipótesis del asesinato narco. “Desde el primer día que llegué a Ecuador manifesté que no eran dos personas nada más, que por lo menos habían sido cuatro o cinco”, afirmó al enterarse de la novedad Gladys Steffani, la mamá de Majo, que sospecha que los criminales actuaron con complicidad policial. “Por la memoria de mi hija, voy a luchar para tener las cabezas de quienes mandaron a estos hijos de p… a cometer el crimen”, sentenció.

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