Apestados y automedicados

Los cuadros típicos del invierno copan las escuelas y los trabajos, pero las consultas al médico se ven reemplazadas por el consumo de medicamentos de venta libre. Qué dicen los especialistas 

Gripe, resfrío, tos, fiebre... en el trabajo y las escuelas todo el mundo parece estar “apestado”, y evitar el contagio puede convertirse en una misión imposible. En este panorama, cada vez cobran mayor protagonismo los medicamentos de venta libre, que se toman a mansalva ante los primeros síntomas gripales. Pero ¿hasta cuándo podemos vivir a ibuprofeno, jarabe y antifebriles?

La vida moderna tiene algo que ver en este auge de la medicación antigripal: ya no hay tiempo para el clásico reposo necesario para recomponerse. Y la solución a la alcance de la mano es una tentación para seguir adelante y buscar “funcionar”.

Esta serie de remedios (Quraplus, Refrianex y afines) “son una buena opción para el tratamiento sintomático de los cuadros de vías aéreas superiores”, explicó a Hoy el médico clínico Nicolás Haye, del Hospital Italiano de Buenos Aires, quien remarcó que estos remedios sólo atacan los síntomas. El problema, destacó, “es que el tratamiento no puede durar más de 5 días”. Luego de este período, se debe hacer una consulta para evitar complicaciones por “ocultar” una enfermedad de base, que puede agravarse.

En este sentido, el especialista señaló que “lo recomendable es no automedicarse, e ir a ver a un médico para que evalúe el cuadro, porque existen efectos adversos y, además, algunos casos pueden llegar a necesitar antibióticos”. Entre los efectos adversos más comunes, dijo el médico, “se encuentra la somnolencia (razón por la cual mientras se use no debería conducir vehículos ni manejar maquinaria pesada) y la taquicardia (en algunos pacientes con otras enfermedades no sería recomendable)”, subrayó.

Cuidado con los antibióticos

Por su parte, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de La Plata, Graciela Luján, señaló a Hoy que desde las farmacias “siempre se indica a los clientes que consulten al médico”, aunque los clientes suelen manifestar que los hospitales están atestados o que los turnos están muy extendidos en el tiempo, por lo que “en más de una oportunidad el farmacéutico recomienda una medicación de venta libre para alivianar la sintomatología”. Diferente es el caso de los antibióticos, en el que siempre se requiere la indicación de un médico. “A nivel farmacológico, cuando el paciente toma un antibiótico que el organismo no está necesitando, las bacterias lo reconocen y ya no lo incorporan frente a una futura posible infección”, explicó Luján. “Eso genera que cuando se produce, la infección no baja, porque se desarrolló una resistencia al medicamento” concluyó.