Astrofotografía, una profesión que crece en el universo

Fotografía, astronomía y la pasión por capturar imágenes del cielo. Diario Hoy dialogó con Jorgelina Álvarez, quien estuvo un año en la Antártida y retrató paisajes en el “fin del mundo”.

Siempre me gustó mirar el cielo, sacarle fotos, la observación astronómica, todo lo que es tormentas”, le contó a diario Hoy Jorgelina Álvarez, meteoróloga y astrofotógrafa. Durante un año trabajó en la Antártida y trajo de allí, desde el “fin del mundo”, postales maravillosas, que hacen repensar lo inmenso que es el planeta y todo aquello que habita en el infinito.

Llegó al continente blanco por su trabajo en el Servicio Meteorológico Nacional, que todos los años realiza una convocatoria para poder viajar. “Me postulé comenzando el 2017, hubo una selección para ir a la Base Marambio. Yo ya estaba trabajando de eso”.

Jorgelina se desempeñó en La Plata por muchos años, en la estación meteorológica; y en Buenos Aires lo hizo en el Servicio Meteorológico Nacional. Por estos días se encuentra en Flores, su ciudad natal, donde la sorprendió la cuarentena.

Desde su hogar lleva adelante cursos online. “Estamos muy felices, tenemos gente de la Antártida, de España, de México y de Argentina, de lugares del sur y del norte. Lo bueno de lo online es que podemos llegar a cualquier lado”, comentó. “Está creciendo notoriamente. Cada vez más gente lo está haciendo y también lo está enseñando más gente. Lo que he aprendido, estoy tratando de plasmarlo en diferentes clases”, añadió.

La astrofotografía se divide en diferentes ramas: astrofotografía de espacio profundo, astrofotografía planetaria y astrofotografía de campo amplio. Todas capturan luz de los astros.

“Lo que yo hago, que es astrofotografía de paisajes, está creciendo a pasos agigantados. En 2012 o 2013 se dieron las primeras veces que empecé a hacer fotos al cielo, combinándolo con un paisaje. Eso es lo que me gusta hacer a mí y ha ido creciendo cada vez más”, sostuvo.

Diferentes

Estuvo en la Antártida desde noviembre de 2017 a noviembre de 2018. “La experiencia fue como una fortaleza para mí, no solo a nivel profesional sino también a nivel personal, es como un trabajo constante de introspección”, reveló.

Alrededor de 40 personas conformaron aquel grupo, donde había dos cocineros, un carpintero y un plomero. “Cada uno tenía un puesto en particular. Había militares, gente con diferentes modos de pensar, diversas culturas. Como la casa de Gran Hermano, pero con gente que trabaja. Te hacés gente muy amiga y otra que no es tan compatible con vos”, detalló.
Sobre su travesía en la Antártida, recordó: “Todo el tiempo había algo que fotografiar, de noche ni hablar. Había noches que la temperatura estaba en -41°C”.

Aporte a la ciencia

“Me encanta la ciencia, cualquier tipo. Me gusta transmitir ciencia a través de imágenes”, expresó. En ese preciso momento de capturar la imagen, afirmó, le gusta mezclar un paisaje que tiene algo geológico con las estrellas. “Lo que me gusta hacer es mostrar algo que tenga significado para la ciencia; por eso estamos expectantes cuando vemos un cometa como sucedió hace poco, cuando hay algún tipo de luna o lluvia de meteoritos”, manifestó.

Al momento de presentar una fotografía, la joven remarcó que cuenta lo que hay en ella desde el punto de vista científico. “Cuando muestro algo muy importante como una conjunción de dos planetas, por ahí no lo aprecian, pero cuando lo mostrás y además lo contás llama más la atención”.

Para concluir, y consultada sobre qué destinos le gustaría indagar, la especialista respondió: “Me gustaría trabajar en distintos lugares de Argentina, me parece un país lleno de lugares increíbles. Agarrar una camioneta y empezar desde el sur, ir por la Cordillera de Los Andes y buscar lugares. En el mundo, por ejemplo, me gustaría América Central y América del Norte; me encantaría Rusia”. 

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