Un nuevo desafío en el horizonte
Comienzan los ensayos de la vacuna en niños
La razón principal para vacunar a niñas y niños contra el coronavirus es frenar la transmisión comunitaria. Al no ser un grupo de riesgo, hoy no integran el plan provincial de vacunación.
Con el objetivo de alcanzar la inmunidad colectiva, varios laboratorios del mundo empezaron a reclutar voluntarios para comenzar a probar sus vacunas en menores de 18 años. Las niñas y los niños, como parte de la cadena de trasmisión, son un factor clave en el camino hacia la normalidad.
En un primer momento, las vacunas del laboratorio Moderna Inc, la Universidad de Oxford y AstraZeneca y Johnson & Johnson se probarán inicialmente en chicos de 12 a 18 años. En tanto, Pfizer hará lo propio con voluntarios de entre 12 y 15 años. En lo sucesivo, las compañías farmacéuticas irán dirigiéndose hacia los más pequeños.
“Probablemente vamos a tener que empezar a vacunar a los niños, pero ahora no es el momento. Quizás sean los últimos en el esquema de prioridad”, aseguró a diario Hoy la médica infectóloga Florencia Bruggesser, de la Agremiación Médica de Tandil e integrante de la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires.
Desde el comienzo de la pandemia, diversos índices evidenciaron que esta subpoblación era la menos afectada por el nuevo Covid-19. En los esquemas de vacunación de todo el mundo los niños “no son prioridad, básicamente porque son el grupo con las tasas más bajas de mortalidad y complicaciones en lo que respecta a la evolución del coronavirus”, explicó la especialista y añadió que el riesgo de que no entren en un esquema de prioridad, dado que se ven relativamente poco afectados, es que hoy “pueden ser trasmisores” del virus a las personas con mayor riesgo.
La carrera hacia la erradicación del virus
La aplicación de la vacuna contra el coronavirus en niños y, por ejemplo, en embarazadas, depende de que exista evidencia de que los fármacos puedan ser usados en estas subpoblaciones. Por eso, la puesta en marcha de los ensayos en estos grupos representa un paso importante en la carrera hacia la erradicación del virus.
“Cuando se hacen medicamentos nuevos –remarcó Bruggesser–, una de las primeras cosas que se piensa es en cuál es la población objetivo, con quiénes se van a hacer los primeros ensayos. La mayoría de los estudios, inicialmente, evitan empezar con niños, y pasa lo mismo con embarazadas, a no ser que la patología sea muy específica para estas subpoblaciones. Es normal que se deje para lo último los ensayos en estos grupos. En el caso del coronavirus se vio que los más afectados eran los adultos mayores, por lo que cualquier ensayo debe incluir a ese grupo de riesgo”.
Para la infectóloga si una vacuna demostró ser eficaz y segura en adultos “es esperable” que también lo sea en niños, aunque señaló que “igualmente son necesarios los estudios”. “Los niños no son adultos pequeños; hay variables que separan a los niños de los adultos, cuestiones que tienen que ver con el metabolismo o con el sistema inmunológico, entre otras, por lo que sí o sí hay que hacer pruebas”, enfatizó.
Y concluyó: “Si una vacuna ha hecho todas las fases de investigación y está siendo segura en adultos, con esa seguridad se empiezan los estudios en pediatría porque, probablemente, también sea segura en este grupo”.