Como un canguro, la salud de la gente también puede dar un salto de calidad

Kangoo Jumps crece en la ciudad. La disciplina se pensó para curar rodillas

El Kangoo Jumps llegó a La Plata hace seis años atrayendo practicantes deportivos y también a los neófitos que encontraron en esta disciplina un “combo” de diversión, relajación y a la vez rehabilitación para lesiones óseas. Es como estar en zapatillas pero a 20 centímetros del piso mientras se entrenan todos los músculos en forma masiva. Los que toda la vida amaron salir a trotar hasta que un diagnóstico de rodilla o cadera no los dejó más, pudieron integrarse a esta actividad.

Todo lo que se precisa es un calzado especial (de todos los fabricados en el rubro, éste par de botas es la que menos impacto produce en el cuerpo humano) y seguir la técnica para su buen uso con un guía competente en la educación física. Cuentan que en las clases de una hora, quien esté bien entrenado puede llegar a dar más de 3 mil saltos.

“Estas botas son maravillosas, pero si a la primer persona que subís, el profe la empieza a hacer saltar como un loco, a los 15’ se las va a sacar y te va a decir que se sintió como un nene, pero no va a sentirse apta para todo un entrenamiento hasta tanto no fortalezca piernas, abdominales, dorsales e izquios” dijo a Hoy la profe Betty Magallán, que introdujo el “Kangoo” en el país.

Más allá del miedo a sufrir una lesión es imposible caerse de la plataforma, salvo algún empujón intencional. “Hace trabajar al cuerpo en resistencia aeróbica, coordinativa, velocidad, y reúne todo lo que se hace en otra actividad de educación física pero con un 80% menos de impacto. El miedo inicialmente está siempre, pero personas de cualquier edad y aptitud física pueden usarlo. Cardiovascularmente es buenísimo. Quema muchísimas calorías y al mismo tiempo tonifica, que es lo que buscan las mujeres, al no generar celulitis”, explicó a nuestro diario  Joaquín Arce (UNLP), quien da clases unisex a unos 80 alumnos.

Efecto rebote

El invento empezó a gestarse en Europa del Este en los años ’20; se desarrolló en Japón y Canadá en los ’70, y un ingeniero suizo, Denis Neville (fallecido) fue el hombre que en los ’80 mejoró el producto. En un primer momento, la misión era mejorar a través de estas botas las lesiones de rodilla hasta que se lo adaptó para el uso deportivo, contó Arce, quien hace 5 años -mientas trabajaba en un balneario pinamarense- descubrió a Magallán y no dudó en incorporarlo a la región. 

Sus dinámicos rebotes ayudan a mejorar patologías médicas: “En realidad las botas se inventaron para rehabilitar pacientes de cadera, rodilla, columna y tobillo. Lo pueden practicar todos excepto embarazadas, o alguien que con hernia de grado 4 se tiene que operar, aunque luego de la intervención, puede rehabilitarse con Kangoo”, afirmó Magallán.

Según se investigó, este sistema inteligente de amortiguación fue patentado por la Nasa ( "es el ejercicio más eficiente y eficaz jamás ideado por el hombre", asegura el informe del organismo).

Cuando van por la calle, parques o ramblas se les llama Boot Camp, pero si están bajo techo son Power Jump.  Según especialistas, entre 6 y 80 años se puede ejercitar con estas botas pesadas de 2 kilos por cada pierna. La técnica es fácil: panza adentro, abdomen junto a la columna lo más que se pueda, pisar el centro de la bota, piernas semi flexionadas, hombros arriba y atrás, columna alineada, mentón paralelo al piso. El adepto dibujará una sonrisa mientras saltará como uno de esos canguros que viven en Australia. 

Son muchas las personas que buscan sacarse el estrés, y que así hallaron una opción saludable para hacer un salto en su calidad de vida.