Crece la polémica por los “trapitos” en La Plata

Los fines de semana por la noche, en algunos puntos del centro del casco urbano cobran $20 para estacionar

Hace ya un buen tiempo, las principales ciudades del país comenzaron a preguntarse qué hacer con los conocidos “trapitos”. La extorsión a los propietarios de los autos, la organización montada detrás de cada grupo y los distintos episodios de violencia desatados por la dominación del territorio hicieron que esta actividad, aceptada durante muchísimos años, se pusiera en discusión.

La Plata no está exenta a esta situación y día a día se observa un mayor número de “trapitos” que empezaron a poner una tarifa fija. Aunque en la ciudad esto sólo se venía observando cuando se producía un evento masivo (para estacionar en las inmediaciones del Estadio Único durante un recital se llegó a cobrar hasta $150), ahora la colaboración a voluntad está dejando de existir en su totalidad.

En el centro del casco urbano, sobre todo durante las noches de los fines de semana, se están cobrando $20 para estacionar. De hecho, en la intersección de 5 y 50 y sus alrededores, los “trapitos” insisten en que el pago se realice ni bien se estaciona y no cuando la persona se está por ir, por lo que quedan tres opciones: pagar, llevar el vehículo a otro lado o dejarlo con temor a que le hagan algo.

¿Actividad prohibida o reglamentada?

La tarifa fija aparece en pleno debate sobre qué hacer con los “trapitos”. En la Legislatura bonaerense Mauricio D´Alessandro propuso prohibir la actividad. En este sentido, el fiscal Marcelo Romero expresó a Hoy: “Hasta el momento no hubo ninguna resolución política sobre el tema. Mi opinión como fiscal es que la actividad debe prohibirse porque se trata de extorsión”. Sin embargo, el funcionario dijo que ese no es el único motivo: “Acá la desocupación es un factor clave y estamos hablando de explotación porque hay un solo vivo que se queda con todo lo recaudado. Capaz más de uno no consigue trabajo pero esta actividad no es una respuesta a su necesidad y menos aún si la da el Estado. Detrás de esto hay una organización y para comprobarlo sólo basta ver cómo están organizados”, agregó.

Además, y en relación a los hechos de violencia entre “trapitos” por la dominación del territorio, Romero afirmó que esta es una organización delictiva compleja: “Siempre son los mismos, están bien repartidos y no se cruzan. Incluso, los enfrentamientos que se dieron pasaron en la cara de Control Urbano y la Policía de la Provincia, lo cual nos hace suponer que son una organización sofisticada”.

La necesidad de la reglamentación

Si bien el proyecto que el legislador Mauricio D’Alessandro presentó en la Provincia es uno de los que consiguió un alto nivel de apoyo, no todas las iniciativas del país van en ese sentido. De hecho, en Capital Federal existen propuestas que pretenden reglamentar la actividad a partir de permisos. Más allá de que el debate esté comenzando, lo cierto es que se necesita con urgencia que el Poder Judicial tome cartas sobre el asunto.

En la actualidad, las autoridades poco pueden hacer para evitar la extorsión, la explotación y la organización delictiva. Con la legislación actual “la Policía podría actuar sólo en caso de que, in fraganti, advirtiera la extorsión. Por ejemplo, un efectivo debería escuchar que un “trapito” le dice a alguien que si no le paga le va a pasar algo. No hay ninguna norma específica que prevenga este tipo de trabajo irregular”, dijo el fiscal Marcelo Romero.

Esto sucede porque en el pasado, cuidar coches “equivalía a lo que hacía una persona que tocaba timbre por timbre ofreciendo cortar el césped. No es algo que esté prohibido pero el tema de los “trapitos” tomó una dimensión absurda”, afirmó y agregó que la presión social sobre el tema logrará que los legisladores encuentren rápidamente una salida a esta situación.